

Secciones
Servicios
Destacamos
Alvaro Frías
Martes, 19 de julio 2016, 00:47
El marrón de la tierra cuarteada por las altas temperaturas y el blanco de las costras de sal colman la paleta de colores con la que se dibuja estos días la Laguna de Fuente de Piedra. Casi ha desaparecido el azul de la lámina de agua de este humedal y, sobre todo, el rosa de los flamencos que por estas fechas crían a miles de pollos nacidos en la localidad malagueña. La falta de precipitaciones y el fuerte viento han provocado esta situación, que ha empujado a las aves a migrar hacia otros puntos del Globo para reproducirse.
Actualmente solo permanecen unas 500 de estas aves en Fuente de Piedra, que se alimentan y descansan en un pequeño reducto de agua de unos 300 metros cuadrados, cuando la laguna tiene una extensión total de más de 1.300 hectáreas. De hecho, aunque algunas parejas de flamenco común incluso llegaron a reproducirse y a poner huevos en el humedal, finalmente las condiciones adversas provocaron que se marcharan a otras zonas o que se fueran antes de intentar aparearse y criar en la reserva.
El principal motivo de esta situación es la sequía que azota a la provincia. El responsable de la Reserva Natural Laguna de Fuente de Piedra, Manuel Rendón, explicó ayer que la lámina de agua no ha alcanzado los 30 centímetros de profundidad que, como mínimo, son necesarios para que estas aves decidan establecerse en la laguna para criar: «Otro factor indispensable es que este nivel se mantenga en el tiempo, ya que los pollos permanecen en el humedal varios meses hasta que vuelan, algo que tampoco ha ocurrido».
Las pocas precipitaciones, que han dejado menos de 286 litros de agua en la zona en un año medio suelen caer 450 litros, se han visto agravadas por los fuertes vientos de levante, con rachas de más de 54 kilómetros por hora, registrados a finales de abril. «La Laguna de Fuente de Piedra es de tipo playa. Esto significa que el aire mueve por la zona el agua de un sitio a otro, lo que hace que se seque más rápidamente que si estuviese estancada», afirmó Rendón.
Que los flamencos comunes no se hayan reproducido en el humedal malagueño es un hecho que solo se ha registrado en seis ocasiones desde que la laguna se convirtió en reserva natural hace 32 años, según informó el delegado de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Adolfo Moreno, quien apuntó que la última vez que esto ocurrió fue en 2012.
Sin embargo, el responsable de la laguna no se mostró preocupado porque estas aves no se hayan reproducido en la localidad. En este sentido, expuso que este humedal es de carácter temporal. Es decir, su situación viene marcada por las precipitaciones: «En años húmedos la lámina de agua puede llegar a superar los dos metros de profundidad, pero en los secos se convierte en un verdadero desierto salino. Que esta situación dependa solo de la naturaleza y no de la mano del hombre es el gran valor de esta laguna y lo que la hace única en Europa».
Rendón aseguró que todo el ecosistema del humedal malagueño está preparado para afrontar estas situaciones extremas que vienen marcadas por el clima mediterráneo, en el que hay años marcados por las fuertes precipitaciones y otros por la sequía. La vegetación hunde sus raíces en la tierra en busca de humedad en periodos secos y, además, aguanta «muy bien la salinidad».
Por otra parte, el zooplancton, que es el alimento del que se nutre el flamenco, resiste las épocas en las que las lluvias son reducidas. «Sobreviven en el barro. Por ejemplo, si ahora extraigo un bloque de tierra de la laguna y le echo agua encima, surgirán estos microorganismos», apuntó Rendón.
Por su parte, el flamenco rosa o flamenco común, que es el ave que puebla esta laguna habitualmente 327.428 parejas han criado 201.408 pollos en los últimos 32 años, «es el mejor especialista para sobrevivir en estos medios que fluctúan tanto». Rendón manifestó que los ejemplares son capaces de volar durante una distancia de 1.300 kilómetros cada día, lo que les permite desplazarse hasta otros humedales que estén en una situación más favorable para la cría o para alimentarse.
«Si tuviera que buscarme la vida ante una situación de sequía me gustaría ser un flamenco», bromeó el responsable de la reserva natural malagueña para transmitir un mensaje de tranquilidad sobre la situación del humedal. Al respecto, aseguró que es «algo cíclico, que se repite cada cierto tiempo, en función de las precipitaciones que se registren ese año». Por ello, Rendón aseveró que, cuando vuelvan las lluvias, estas aves regresarán a la localidad. Entonces, el rosa colmará de nuevo la paleta de colores con la que se dibuja la Laguna de Fuente de Piedra.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Pillado en la A-1 drogado, con un arma y con más de 39.000 euros
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.