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Los vecinos de Atajate no tienen farmacia desde 2012, cuando ésta echó el cierre por la crisis económica.
La Málaga casi al margen del siglo XXI

La Málaga casi al margen del siglo XXI

Pueblos del Valle del Genal no disponen de farmacia, médico a diario y banco y temen el cierre de un colegio

Vanessa Melgar

Martes, 3 de mayo 2016, 00:39

En los pequeños pueblos, en cuanto a número de habitantes, lógicamente no hay centros comerciales con cine pero cuesta entender que en pleno siglo XXI tampoco existan en ellos panaderías, farmacias y bancos. Comprar el pan, adquirir medicamentos y sacar dinero no es tan fácil en la actualidad para una parte de los malagueños como para el gran grueso de éstos. Estas acciones cotidianas son toda una odisea para los vecinos de algunos municipios del Valle del Genal, dentro de la comarca de la Serranía de Ronda, que alberga a poblaciones como Atajate con tan solo 158 habitantes. Otras son Parauta con 249, Cartajima con 247, Benadalid con 253, Benalauría con 470, Júzcar con 238, Pujerra con 294, Alpandeire con 257 y Faraján con 265. Éstas y el resto de esta zona, hasta 15, suman una población total de 7.366 residentes. En los últimos 15 años, ésta ha descendido en casi un 11 por ciento (en el año 2000 había 8.138 vecinos en las localidades del Valle del Genal).

Paralelamente a la despoblación han mermado los servicios básicos en estos pueblos. En Atajate se dan varios ejemplos, tal y como relató su alcaldesa, Auxiliadora Sánchez. Hace cuatro años, aproximadamente, la única farmacia, situada junto a entrada por la carretera de Algeciras a Ronda, echó el cierre por motivos económicos... se la llevó por delante la crisis. No ha vuelto a abrir y los atajateños tienen que esperar a la visita de un boticario de otro pueblo para adquirir las medicinas que necesitan: «Un boticario viene desde Jimera de Líbar, que está a unos seis kilómetros, tres días a la semana, se lleva las tarjetas y vuelve con las medicinas. Viene a Atajate los lunes, miércoles y jueves», explicó la regidora mientras que la persiana de la antigua farmacia sigue cerrada a cal y canto y en la carretera, antes de llegar a Atajate, un cartel anuncia Farmacia a 200 metros.

Los vecinos de Atajate tampoco pueden sacar dinero del banco o hacer en él otras gestiones. Lo del cajero, en general, es casi inimaginable en el Valle del Genal. «Unicaja cerró su sede hace varios años al igual que en otros pueblos», expresó la alcaldesa, al tiempo que relató que tienen que acudir a otros municipios como Benadalid para ello o directamente a Ronda.

Afecta más a los mayores

Parauta, como indicó su alcaldesa, María del Carmen Gutiérrez, tampoco tiene banco, ni Júzcar, el conocido Pueblo Pitufo, denunció su regidor Francisco Lozano. «En Parauta la antigua sede del banco la compró un particular», manifestó Gutiérrez. En Júzcar, la oficina de Unicaja la ocupa ahora la farmacia del pueblo. «Entendemos que somos pueblos pequeños y que no podemos tener todas las comodidades pero creo que contar con un banco es una cosa básica», criticó la alcaldesa de Parauta. Alpandeire tampoco dispone de banco, recordó su alcaldesa, María Dolores Bullón. «Las personas mayores son las más afectadas», subrayó el de Júzcar. En muchos casos, éstas no disponen de vehículos propios.

Ir al médico también se complica en algunos pueblos ya que no disponen del mismo a diario. «En Atajate tenemos consultorio pero el médico viene desde Benaoján los lunes, miércoles y viernes», explicó la regidora. En caso de una emergencia, tienen que desplazarse hasta Benaoján o al hospital de Ronda.

En Cartajima el temor, en cuanto a la carencia de servicios básicos, es que el colegio termine cerrando. Tiene solo dos alumnas y por ello el Ayuntamiento, que encabeza Francisco Benítez, ofertó trabajo temporal y vivienda en alquiler a bajo coste a familias dispuestas a irse a vivir a Cartajima y escolarizar a sus niños en el centro educativo.

«Hemos recibido más de 3.000 solicitudes. Hemos contestado a unas 2.700 desestimando también ya las que no cumplen con los requisitos», dijo Benítez. A partir de esta semana, el Consistorio tienen previsto avanzar en el selección. Las peticiones han llegado desde la comarca, Málaga y otras provincias andaluzas pero también desde el extranjero, desde Suiza y Portugal, entre otros.

Cartajima solo busca una o dos familias para evitar quedarse sin centro educativo y Benadalid también está buscando estos días aunque en este caso un panadero al carecer el pueblo de una tahona desde hace más de 20 años. El Consistorio, dijo Leonor Andrades, la alcaldesa, ha construido el local y recibido más de una y de dos solicitudes de personas dispuestas a asentarse en el pueblo y emprender el negocio. Y es que en estos municipios los comercios suelen brillar por su ausencia. Es habitual que existan tiendas todoterreno que lo mismo venden a sus vecinos fruta, leche y lejía que tornillos y ropa interior. Intentan suplir una de las carencias de los pueblos del Valle que, en la otra cara de la moneda, regala a sus moradores muchas ventajas:la mayor, la alta calidad de vida gracias a su entorno natural.

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