Rincón de la Victoria ya tiene un plan para implantar su Zona de Bajas Emisiones

Rincón de la Victoria, que en 2022 superó los 50.000 habitantes, está dentro de los municipios españoles que, por la entrada en vigor de la Ley del Cambio Climático y Transición Energética, debería de tener una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) desde 2023; es decir, de tráfico restringido para reducir las emisiones de dióxido de carbono. No es así, aunque, desde ayer, al menos, hay un estudio en marcha para su implantación. El documento se aprobó de forma inicial con el visto bueno del PP., que, con mayoría absoluta, gobierna este municipio de la Gran Málaga; la única negativa fue de Vox y el resto de la Corporación se abstuvo, no por no estar de acuerdo con la futura y obligatoria ZBE, si no por querer realizar aportaciones a este análisis preliminar.

El alcalde, Francisco Salado, tomó la palabra al final el debate de este punto, que se planteó de forma conjunta al del Plan de Movilidad Urbana Sostenible, también preaprobado y que, a su vez, incluye la implantación de la Zona de Bajas Emisiones. Su intervención sirvió para deslizar algunas de las medidas que incluye este estudio que, como aclaró, «son orientaciones» que, posteriormente, podrán ser desarrolladas o no, puesto que, insistió, «todavía no hay nada decidido».

Entre estas, está la conversión de la Avenida del Mediterráneo en una vía de un solo sentido, lo que implicaría la desaparición de los aparcamientos existentes, para que este espacio sea ganado para peatones y bicicletas; el cierre al tráfico de la plaza de La Laguna, en la Cala del Moral, o el establecimiento de una línea de bus circular, que sea alternativa y disuada, por lo tanto, al uso del vehículo particular.

Salado se empleó para contestar a los argumentos esgrimidos por el portavoz de Vox, José Antonio Rodríguez Díaz, que esgrimió que la nueva ZBE limitaría la circulación de más del 90% de los vehículos de Rincón, que no cuentan con etiqueta ecológica o que afectaría a la actividad comercial. Ante ello, el máximo responsable municipal dejó claro que las limitaciones no afectarán a aquellos conductores que se dirijan a un aparcamiento público o privado, aunque vayan al volante de un modelo diesel o gasolina, y recordó que el sector comercial podrá hacer las aportaciones que sean necesarias, para que la creación de la zona de tráfico reducido se ajuste a sus intereses.

Igualmente, ante las dudas planteadas sobre la obligatoriedad de la implantación de la ZBE, Salado sostuvo que no adaptarse a esta norma podrá suponer quedarse fuera de fondos y ayudas, en forma, definió, «de sanciones indirectas».

Aunque la llegada de la ZBE es bastante embrionaria, sin que el alcalde lanzara un plazo concreto para su implantación completa, la agenda del equipo de Gobierno, que fue avanzada durante el debate plenario, pasa por «facilitar zonas donde aparcar y por las que moverse con seguridad y tranquilidad» en entornos peatonales, dedicados al comercio y a la hostelería. Este es el requisito previo al avance de las áreas en las que se limite el paso de vehículos. «Si no vamos así, iremos con el paso cambiado», razonó el regidor, que también defendió la necesidad de combatir el cambio climático, con la reducción de emisiones.

El estudio de la ZBE, una vez que ha pasado por el pleno, entrará en una fase de exposición pública, durante treinta días, una vez que llegue al Boletín Oficial de la Provincia, para su posterior desarrollo. Hasta el momento, el Ayuntamiento rinconero ha ido implementando acciones encaminadas a aumentar las zonas peatonales y reducir la circulación. Estas han tenido como escenario el Barrio de Pescadores y las calles Frigiliana, norte de Carril de Domínguez, y zona este de la calle Ronda.

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