Le han puesto de nombre Gipsy (Gitana, en inglés), aunque en realidad no se sabe su verdadero nombre porque, como tantos otros animales en el campo, no tiene puesto el microchip identificativo. Aunque es una vieja conocida en la barriada cartameña del Sexmo, donde vive con la ayuda de los vecinos y pasa el tiempo persiguiendo coches y motos, ha saltado a la fama que dan las redes por su última hazaña.
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Se ve que el cruce de pastor alemán quería explorar y conocer mundo, más allá de donde le daban sus patas, y hace unos días se coló en el tren de Cercanías C2, donde viajó desde Cártama Estación hasta Málaga capital. Ni que decir tiene que su llegada al vagón fue la sensación para los viajeros, que no dudaron en hacerle fotos y compartir la historia, dado que además es un animal tranquilo y acostumbrado a tratar con la gente.
Casualmente, en el mismo tren viajaba de camino al trabajo Donata Jurgaityte. Originaria de Lituania, Donata lleva 25 años en España, es especialista en adiestramiento y voluntaria del refugio Perritos del Higuerón, que está en Pizarra y cuida a unos 200 animales abandonados, entre perros, gatos, caballos y otros.
«Iba a Málaga con el tren de las 8.00 de mañana cuando se subió un cruce de pastor alemán en la estación de Cártama que iba solo, así que me lo llevé a mi trabajo. No podía dejarlo sólo y era una causa de fuerza mayor», narra.
Ya de vuelta al refugio, publicaron en redes el anuncio por si su dueño lo estaba buscando y mucha gente respondió que el perro llevaba varios días vagando por el Sexmo. «De allí fue a Cártama y luego decidió ir a Málaga de viaje. Ha pegado un salto y se ha colado dentro del tren y se ha sentado muy tranquilo en el suelo», sonríe.
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Donata admite que la vuelta al Guadalhorce fue todo el camino ladrando. «Se ve que el perro no quiere estar en el pueblo», bromea. Puesto que ya estaba en la capital, primero intentaron que lo acogieran en el refugio de la Sociedad Protectora de Animales, pero su presidenta, Carmen Manzano, alegó que están saturados después de un aluvión de casos graves de abandono, y no pueden hacerse cargo de más animales.
«En lo que va va de mañana del lunes llevamos cinco avisos por perros abandonados de toda la provincia, y la semana pasada se rescataron 17 que tenía una persona con síndrome de Noé. Estamos hiperdesbordados y nos llaman desde toda la provincia, el abandono ha aumentado de manera exponencial... ¡La Protectora no puede más!», es el grito desesperado de la presidenta de la ONG animalista de la capital.
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La situación es idéntica en Perritos del Higuerón, donde ha ido a parar Gipsy. «Somos una protectora pequeña y tenemos unos 200 animales, nos falta espacio y tenemos muy pocas donaciones y adoptantes, mientras que no paran de entrar animales», se lamenta Donata Jurgaityte.
A su juicio, la nueva ley estatal está dificultando la tenencia de mascotas, a lo que se suma ahora la cuestión de los veterinarios, que les obliga a hacer costosas pruebas para recetar antibióticos, lo que encarece cualquier tratamiento porque antes hay que hacer una analítica. «Tener animales se va a convertir en un lujo, por desgracia», se lamenta.
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En cualquier caso, si alguien quiere compartir su vida con un perro activo, astuto y que sabe moverse sólo en los transportes públicos de Málaga, Gipsy está disponible para adoptar en el refugio Perritos del Higuerón de Pizarra.
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