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Un vagón abarrotado, una megafonía que apenas se acierta a escuchar y las pantallas de información apagadas. Este es el escenario con el que se encuentran estos días miles de usuarios del Cercanías, aunque es especialmente sangrante para los turistas extranjeros, que utilizan este medio de transporte para acceder a sus destinos y que no manejan el español.
Viajeros del tren de la Costa han contactado con SUR para advertir de que algunos convoyes en circulación lo hacen sin monitores, y ello provoca mucha confusión entre los usuarios que no son habituales. «La megafonía sí suele funcionar, pero con la saturación de los vagones no se escucha bien», explica Francisco Moya, un viajero que hace este trayecto a diario desde Torremolinos hasta el Centro de Málaga, y que se ha ganado el sobrenombre del «azote de Renfe» por sus compromiso para sacar a la luz los problemas en este servicio público.
Además, los nombres de las paradas dictadas por megafonía a menudo no hacen referencia al municipio en el que se ubica (Montemar, El Pinillo, La Colina), lo que todavía provoca más caos entre los usuarios no habituales, que toman como referencia Torremolinos, Benalmádena o Fuengirola. Este problema también es habitual a la hora de comprar los billetes en las máquinas expendedoras automáticas.
De hecho, entre los pasajeros enseguida ha surgido la relación de ideas, y se vincula el hecho de que los monitores no funciones con la anécdota que se produjo meses atrás, cuando la información estuvo apareciendo durante varios días en catalán y con referencias a los servicios de Rodalies. «Antes de que salga otra vez mal, se ve que directamente las desconectan», especula otro viajero.
En cambio, desde Renfe, un portavoz justifica esta situación como «errores puntuales en las pantallas de los trenes, pero no en el resto de sistemas de información al viajero, tales como la megafonía y la aplicación del móvil».
Al final, son generalmente los pasajeros más veteranos, y con nociones de inglés, los que atienden a los que están más perdidos, y les ayudan a llegar a su destino, ya que dentro de los trenes no viaja personal de la operadora.
Al hilo de esta situación, se han conocido las quejas por otra que también afecta a los turistas desde hace años, sin que hasta ahora se le haya puesto remedio. Se trata de las señales en los andenes de algunas estaciones, que generan mucha incertidumbre, especialmente la del polígono Guadalhorce.
Y es que, cuando el tren se detiene en esta parada, al lado de su nombre aparece otro panel que hace referencia al aeropuerto (quiere decir que circula en sentido a esta infraestructura), pero muchas personas se confunden y se bajan allí. «Tenemos que estar pendientes de los que van con maletas y avisarles», concluye Francisco Moya.
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