«Ya no me quiero ir con mi hijo», dice Ana Obregón

La actriz llevaba tiempo expresando a través de sus redes sociales su deseo de marcharse con su hijo y así lo ratifica en la entrevista exclusiva que publica esta semana la revista '¡Hola!'. «Lo he pensado hacer. Me quería ir. No podía soportar el dolor ni la realidad».

Y es que al igual que no existe un concepto para definir a los padres que pierden un hijo, para ella perderlo es morir y tener la obligación de vivir. Obregón siente que debe continuar con el legado de Álex. «Ya no me quiero ir porque quiero hacer cosas que él quería hacer y no pudo terminar», confiesa en la entrevista. Se refiere a la Fundación Álex Lequio que está registrando y cuyo único objetivo será la investigación contra el cáncer. Allí, por ejemplo, irán a parar todos los beneficios obtenidos por la exclusiva a la revista.

Obregón ha sido muy crítica con los presupuestos estatales destinados a la investigación de la enfermedad. «En España mueren al año 120.000 personas de cáncer. El doble que por la pandemia. Desgraciadamente España es uno de los países que menos invierte. Ojalá se invirtiera tanto como para hallar la vacuna del Covid-19», ha criticado a través de sus redes sociales.

Sobre su presencia en la Puerta del Sol el próximo día 31, la actriz asegura que no la veremos en su versión más guapa pero sí la de corazón más bonito porque lo está trabajando para volver a recomponerlo todo.

El público da por hecho que la emoción se apoderará de la presentadora para la que será difícil contener las lágrimas. «Tengo que llorar lo que no he podido en dos años y medio. He sido fuerte cuando mi hijo me necesitaba». Ana ha aprovechado la entrevista para recordar la pérdida de Fernando Martín, el jugador de baloncesto que fue su gran amor y que también murió con 27 años. Y aunque su ex Alessandro es muy importante para ella porque le dio a su hijo, está segura de que Álex ha sido el auténtico hombre de su vida.

Todos los días acude a visitarlo al cementerio para reencontrarse con él. Es la única cercanía que le consuela. Ahora espera a que llegue la última noche de este año horrible para mandarle un beso que está segura llegará a la eternidad.