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Puede que sus nombres, a secas, no les sitúen. José Víctor Rodríguez y José Luis Medina del Corral. Sin embargo, estamos ante el tándem más sólido de la moda patria: Victorio y Lucchino. Sus diseños de colores vibrantes, gasas vaporosas y sutiles volantes llevan más de tres décadas conquistando armarios con ese inconfundible toque andaluz hiperfemenino. Este martes desfilarán por Málaga, «una ciudad que adoramos», confiesan. Los diseñadores presentarán por primera vez colección en la capital, en el marco de la decimotercera edición de la Pasarela Larios (la misma que en 2022 los galardonó con el Alfiler de Oro por su carrera). Será a las 19.30 horas en el Gran Hotel Miramar. De 'Clásico vanguardista' -como han bautizado a su nueva línea de prendas festivas para ocasiones especiales-, de su trayectoria y de la industria fashionista charlamos con ellos en esta entrevista, que transcurre en pleno viaje en un tren Sevilla-Málaga.
- Este martes volvéis para presentar nueva colección en el marco de nuestra gran cita con la moda: la Pasarela Larios. ¿Por qué ha sido Málaga la elegida?
- Por varias razones. Siempre aceptamos cualquier invitación que nos ofrece la ciudad con tanto cariño. Málaga es una tierra que adoramos. En esta ocasión será la primera vez que estrenemos aquí una colección. A continuación la llevaremos a Madrid, Santo Domingo, Puerto Rico, Miami o Londres. Pero su debut será en Málaga. Forma parte de nuestra querida Andalucía y sus costas han sido lugar de veraneo nuestro durante muchos años. Le tenemos mucho cariño.
- Vuestra conexión con la ciudad siempre ha sido fuerte. De hecho, en 2022 recibisteis el Alfiler de Oro de la Pasarela Larios por vuestra trayectoria. ¿Sentís que Málaga os quiere? ¿Es un amor correspondido?
- Por supuesto, sentimos que Málaga y los malagueños nos quieren. Además, la labor que está haciendo la alcaldía por la ciudad nos parece totalmente excepcional. Hablamos de su apuesta por las expresiones artísticas, la apertura de museos... Málaga se está moviendo muy bien, demostrando una enorme sensibilidad hacia el ámbito creativo. Está en plena ebullición cultural y lo aplaudimos.
- Formáis una de las parejas más estables del mundo de la moda, tanto en lo personal como en lo profesional. Más de tres décadas juntos. ¿Cuál es el secreto de vuestro éxito?
- Es dificil de poder expresar. Diría que es cosa del destino. De la vida que nos quiere así juntos y fruto del respeto y admiración que sentimos el uno por el otro.
- ¿Y la receta de vuestro tándem perfecto en una industria tan cambiante y competitiva como es la textil?
- Diría que el saber trabajar en equipo. Cada uno soñamos con una colección, compartimos nuestra ideas y diseños, nos corregimos el uno al otro... hasta que llegamos a una conclusión definitiva tras muchos procesos. Cada nueva colección pasa del dibujo en papel al patronaje, pruebas con modelos... En ese proceso hay arrepentimientos y cambios... Es un trabajo largo y arduo pero tenemos una sintonía y una filosofía en común. Ese es el resultado de Victorio Y Lucchino.
- En alguna ocasión habéis declarado que el trabajo ocupa casi todo vuestro tiempo. Balenciaga decía que era una profesión asesina. Me consta que siempre tenéis a mano en la mesita de noche un cuaderno para apuntar cualquier chispa que surja. «Las ideas vienen pero se van», soléis decir. ¿Cómo de exigente y sacrificado es el diseño de moda?
- Así es. Las ideas desaparecen y hay que cazarlas al vuelo. Por ello nunca descansamos. Cualquier objeto, color o textura de la naturaleza incluso en los lugares más inesperados fuera de nuestro ámbito de trabajo puede provocar ese efecto en nosotros. El espíritu creativo aflora y no espera. Los creativos somos así en todo momento. Pero no nos pesa.
- Centrándonos en la nueva colección que presentáis en Málaga, ¿qué nos trae V&L para las próximas temporadas?
- Se trata de la colección para 2025, que hemos llamado 'Clásico vanguardista'. En ella hemos querido expresar con absoluta libertad nuestro sentimientos más íntimos materializados en moda. Se trata de prendas atemporales que beben de nuestro amor por la costura y el buen hacer con un mestizaje entre la esencia clásica y los volúmenes y formas más vanguardistas. La paleta de color es contundente y concisa, con un claro predominio del blanco y el negro dejando un leve espacio a los grises ahumados. Además, incluimos notas de brillo con azabache y pailletes, pero sin obviedades. Todo muy sutil y femenino. Es una colección glamurosa pensada para la noche y los momentos festivos, alejada del 'low cost y de la ropa fácil y barata que no permite dejar volar la imaginación.
- ¿Cuántas prendas componen 'Clásico vanguardista'? ¿Estarán disponibles 'on line'?
En total son 28 looks. Y sí, estarán a la venta 'on line'. Tenemos una gran clientela también fuera de España, en Hispanoamérica, donde tenemos mucho tirón desde estos últimos años. Se trata de personas con poder adquisitivo que aprecia las prendas laboriosas. Ofrecemos un prêt à porter pero rayando la alta costura, con muchos bordados a mano, mucha artesanía y mucho trabajo detrás.
- En la era del minimalismo, de los tejidos naturales, del casual, de las deportivas... ¿cómo se logra mantener las raíces, esa esencia de la moda más castiza y andaluza adaptándose a las nuevas exigencias de las tendencias?
- Para nuestro gusto vivimos un momento decadente. Hay un movimiento en estética que deja mucho que desear. No se valora el buen gusto, la artesanía, el arte, la calidad de los tejidos... Vamos hacia ese lado aunque confiamos en que habrá un renacer y un resurgimiento. Mientras tanto, nos mantenemos en nuestra línea con tejidos nobles que nos hagan vibrar y producen esa sensación especial. Apostamos por diseños que vuelan, sueñan y emocionan. Seguimos luchando por lo bello y lo bonito.
- El flamenco está en vuestro ADN, aunque en las últimas colecciones de forma más sutil. ¿De qué manera seguís bebiendo de ese peso de nuestro folclore?
- Son etapas. Es cierto que a veces nos inclinamos por raíces más profundas pero en el fondo ese poso, esa esencia nuestra, siempre queda. En nuestros últimos trabajos más que como una obviedad, el folclore reside en ese toque de feminidad, ese querer hacer a la mujer lo más bella que podamos. Es una sutileza.
- Andalucía sigue siendo vuestra cuna y vuestra gran inspiración, ¿dónde la encontráis?
- En toda Andalucía en sí. Es una tierra amplia que nos ofrece ese sentimiento, esa forma de vida, esa dulzura, ese amor por lo festivo se palpa y está en constante evolución. Bebemos de nuestra idiosincrasia y de nuestra manera de ser. Nos sentimos muy andaluces y mamamos de esa fuente.
- Con vuestro bagaje, ¿qué consejo le daríais a un diseñador novel que esté empezando en esta industria?
- Que adquiera mucha cultura sobre la moda, que conozca la historia del vestido, que aprenda de los maestros... Pero sobre todo, que tenga una dosis de humildad enorme. Sin egos. Nunca debemos dejar de sentir como que estamos empezando. Con los mismos nervios y miedos en cada colección. Eso te hace crecer, nunca creer que has llegado al techo.
- Habéis trabajado para el cine, el teatro o la danza. Tenéis perfumes, gafas, bisutería, un libro, un museo..., ¿queda alguna asignatura pendiente?
- Gracias a Dios hemos tocado muchos palos y todos nos han dado grandes satisfacciones. Entre ellos, un museo en Palma del Río en un espectacular convento del siglo XVI. Lo que nos encantaría -y aún no ha llegado- es hacer una ópera. ¡Y si fuera Carmen ya sería lo máximo! (risas).
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