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Más ágil, con un cartel más reducido -con cinco desfiles menos que en la anterior edición- y con más debutantes que nunca (nada menos que cinco caras nuevas). La gran cita malagueña con la moda celebró anoche su séptima edición. De nuevo, el corazón comercial ... de la capital se vistió con sus mejores galas para acoger la que es la alfombra azul más larga de Europa. Más de 300 metros que fueron testigo -un año más- de las propuestas del sector de moda nupcial y de ceremonia para la próxima temporada. La Pasarela Larios Málaga Fashion Week sirvió de escaparate de las creaciones de siete destacadas agujas malagueñas y tres firmas nacionales. La representación internacional corrió a cargo en esta ocasión de la argentina Ivana Picallo.
Para los eventos de otoño/invierno, Larios reivindicó anoche una mujer atrevida, segura de sí misma y dispuesta a explotar su lado más sexy. Transparencias cuidadas, encajes, siluetas sirena y escotes de vértigo -reservados a la espalda, eso sí- fueron la tónica dominante en unos desfiles que arrancaron con una puntualidad británica pasadas las 20.30 horas.
La malagueña Sonia Peña fue, como ya es habitual, la encargada de romper el hielo con una colección teñida de blanco, negro y amarillo en la que los estampados geométricos y los encajes fueron absolutos protagonistas. ¿Su apuesta más tentadora? Faldas asimétricas con cola combinadas con ‘crop top’ de pedrería, una atractiva alternativa al tradicional vestido.
Tras Peña llegó el turno de Protocolo, que se estrenó por la puerta grande: recibiendo una placa conmemorativa por su trayectoria. La firma de moda masculina -nacida en 1991 en Zaragoza y encargada de vestir a actores como el malagueño Dani Rovira en la gala de los Goya- hizo una llamativa entrada en Larios al arrojar varios de sus modelos capas de terciopelo a los pies del público. De líneas clásicas renovadas, la marca pone el foco en los complementos para vestir al perfecto ‘dandy’: pajaritas de tartán o ‘slippers’ de terciopelo en lugar de mocasines son algunas de sus sugerencias.
Bajo antifaces y al ritmo de música electrónica aterrizaron las modelos de la diseñadora local Carla Ruiz. Gustaron sus abrigos vaporosos, sus románticas aplicaciones florales rematando bajos de vestidos y, sobre todo, sus elegantes maxi capas con capucha. Ideales para las invitadas de invierno. ¿Y para las novias? El dictamen de Vertize Gala fue claro: escotes corazón, faldas con bolsillo y cinturones joya. La compañía madrileña de moda nupcial ‘low cost’ - que cuenta con una tienda factory en Málaga- fue otra de las novedades de la séptima Pasarela Larios, un escenario hasta ahora reservado a la alta costura que parece querer diversificar su público con la inclusión de esta firma comercial de bajo coste.
Y de una debutante a tres ‘agujas’ que llevan décadas entonando aquello de ‘hecho en Málaga’. Tres de los nombres propios con mayor recorrido en la moda local que ayer volvieron a pisar la alfombra azul: Gemma Melé, Ángel Palazuelos y Rafael Urquizar. La primera lo hizo con ‘Perlas’ -una colección delicada en tonos blancos, crudos y nude con la feminidad por bandera- mientras que Palazuelos arriesgó un año más con una llamativa puesta en escena para presentar su ‘materia experimental’. Diseños inspirados en la hípica que reinventan a las amazonas clásicas vistiéndolas con atrevidos modelos en blanco y negro. Al igual que Melé, el malagueño subió a pasarela a su hija dejando patente que hay relevo generacional en sus talleres.
El aplauso más sonado de la noche se lo llevó Rafael Urquizar, que una vez más lo bordó. El modisto quiso incluir en su desfile a una modelo en silla de ruedas, un gesto que fue muy elogiado por los miles de espectadores agolpados a ambos lados de la arteria comercial de la capital. Sus impecables creaciones dieron paso a las propuestas de Juan Segovia para Perlas y Bombones. El malagueño hizo un primer paseíllo en Larios plagado de guiños étnicos mientras que el tinerfeño Lucas Balboa se estrenó con la que fue la colección más transgresora del viernes. Rompedores trajes de chaqueta para ellos con interesantes pinceladas de color en puños y solapas. Un soplo de aire fresco.
La argentina Ivana Picallo puso la nota internacional con seductores diseños que centran el foco de atención en la espalda mientras que Jesús Segado -el homenajeado de la noche- volvió a dar una lección de maestría con su alta costura artesanal mimada hasta el último detalle. El malagueño recibió el ‘Alfiler de Oro’ tras subir a pasarela una ‘retrospectiva’ con los 24 trajes más icónicos de su trayectoria.
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