Verónica Díaz: «A quien diga que ser influencer no es trabajo le diría: '¡Hazlo tú!' Nunca desconectas»

Desde el escaparate de las redes sociales, Díaz -que prefiere que le llamen 'creadora de contenidos'- muestra tanto sus looks como el día a día de su familia, junto a su marido -el autor de 'best sellers' malagueño Javier Castillo, todo un fenómeno de ventas con cinco novelas en el mercado - y sus dos hijos pequeños, Gala y Bruno (de 4 y 2 años).

A sus 32 años Díaz puede presumir de ser una de las 'influencers' españolas con más proyección. Y prueba de ello es que las marcas se la rifan. Givenchy, Lancome, Clinique, Primark, Calzedonia, Disney Plus o Netflix son algunas de las grandes firmas con las que trabaja actualmente. Ha lucido sus modelos en el Festival de Cannes, estuvo en Coachella y también dejó su huella en la alfombra roja de los Premios Goya. El pasado 3 de junio cumplió otro sueño al posar en el photocall de la inauguración del Festival de Málaga con un espectacular vestido morado de Elisabetta Franchi que le dio el pase directo al podio de las mejor vestidas. De aquella dulce experiencia, de su situación actual y de sus metas futuras hablamos con ella en esta entrevista junto al mar en la que se sincera.

- 689.000 seguidores en Instagram -y subiendo- y 958.000 suscriptores en tu canal de Youtube. No se si la palabra 'influencer' pesa. ¿Demasiada responsabilidad pensar que tus decisiones puedes ser determinantes en las de otras personas?

- Evidentemente lo piensas: «Soy influencer, mucha gente me está viendo»... y tienes ese sentido de la responsabilidad. Intento mostrar las cosas con naturalidad tal cual soy. De momento no me pesa, y el día que me pese creo que lo dejaré. Si siento que no puedo ser yo lo dejaré porque no me saldría, no sabría hacerlo de otra forma.

- Si tuvieras que presentarte ante alguien que nunca haya navegado por Internet, ¿cómo lo harías? En tu libro dices que eres «una chica muy normal que ha cumplido su sueño»

-Esa definición me encanta. Verdaderamente soy una chica muy normal, madre de dos pequeños a los que adoro, familiar y a quien le gusta vivir la vida con ilusión y tener esa esperanza de que los sueños se cumplen. Y sino, me he dado cuenta de que el camino quizás te lleve a otros lugares mejores. En eso confío mucho, y eso que soy controladora y que me gusta tenerlo todo bajo control, por mucho que la pandemia nos haya enseñado que no es imposible. Me gusta disfrutar de las cosas más sencillas. Pienso mucho en el día de mañana, en qué voy a recordar... ello me condiciona bastante últimamente a la hora de marcar mi agenda y establecer prioridades.

- Eres una persona muy exigente contigo misma. De hecho, confiesas en tu libro que eras «la pesimista número 1». Y, sin embargo, ahora transmites siempre afán de superación y positivismo, ¿como has logrado dejar a esa pesimista atrás?

- Tocando fondo, fondo. Eso me funcionó a mí. En aquella época era muy positiva para animar a todo el mundo, pero con mis problemas siempre tenía una forma de hablarme a mí misma y unos pensamientos muy dañinos. Por entonces no me daba cuenta. Estaba triste, sin ganas de hacer cosas y me fue afectando a decisiones que iba tomando. Estudié una carrera en la que me di cuenta que no quería estar... fue una etapa mala, en la que incluso sufrí ansiedad, hasta que dije: «¿Qué estoy haciendo?».

- En un mundo -el de las redes sociales- con tantísima competencia y tan imprevisible, ¿qué ingredientes crees que te han llevado al éxito?

- La verdad es que al 100% no lo se. Igual el ser yo misma y ser constante, lo cual es súper importante porque sino no te da visibilidad a la plataforma que estés utilizando. Ser de verdad, mostrarte tal cual eres, hace que llegues a los demás y que siempre haya quien se identifique contigo.

- ¿Qué les dirías a quienes no conocen tu trabajo y las horas que hay detrás? A aquellos que, por desconocimiento, se quedan en los regalos que recibes o en que vives 'de hacer vídeos'...

- Pues sí, es una pena que no sepan lo que hay detrás, aunque intento mostrarlo siempre que puedo. Este es un trabajo muy bonito, pero psicológicamente también es un trabajo complicado, recibes mucho 'feedback', opiniones de mucha gente... unas bonitas y otras no tanto. Además aunque hoy no hay ningún trabajo estable, este hoy lo tengo y mañana no se sabe. Es 24/ 7 todos los días del año e implica no desconectar nunca en redes, estar pensando contenidos, elaborando campañas para marcas... Quien diga que no es trabajo como se dice en TikTok: «¡Hazlo tu! (Risas).

- Al meter tu nombre en Google entre las búsquedas más repetidas sale la de cuánto cobras. ¿Te sorprende este interés?

- Es cierto que a la gente le suscita mucho interés lo que gana una influencer, fruto de que es un trabajo myu desconocido. Pero bueno, a mi también me gustaría saber, por poner un ejemplo, cuánto gana un presentador de la tele...

- Pero, ¿se gana bien?

- No se gana mal, se gana bien cuando llegas a un punto porque en publicidad siempre se ha ganado bien. No obstante, es un sueldo muy aleatorio, porque un día hago muchas campañas y otro puede que no.

- ¿Te ha llegado a superar esa falsa perfección que se vende en Instagram? ¿Tanto postureo cansa?

- Bueno, creo que por suerte las redes están cambiando mucho, cada vez veo a más gente mostrando todo: lo bueno y lo malo. El otro día yo, por ejemplo, subí una foto en bikini mostrando mis estrías. De adolescente me acomplejaban mucho y hace unos años no lo habría hecho ni de broma. Todas tenemos estrías, celulitis, ojeras, malos días, la casa patas arriba, mis niños hoy se portan bien mañana no...

- Y luego está el abuso de los filtros. Tú misma abriste el melón el otro día... ¿Con tanta máscara puede que no nos aceptemos realmente como somos?

- Pues hay opiniones muy diversas. Yo lancé la pregunta por stories en Instagram y hay mucha gente que dice que los usa y afirma tener suficiente autoestima como para que eso le afecte. En mi caso, empecé usándolos todos por diversión, de forma muy inocente. Nunca ha sido mi intención ocultar mi cara, más que nada porque en Youtube está sin maquillaje por todos lados. Pero los filtros han pasado de ser divertidos y cómicos a otros en los que ni te reconoces, que te cambian las facciones por completo. Yo prefiero grabar tal cual con la cámara del iphone la realidad. Creo que es importante, sobre todo para la gente joven. Mejor no abusar, los extremos no son buenos.

- Ya que mencionas a los jóvenes, a las nuevas generaciones, ¿qué les dirías a tantas niñas que afirman, a ciegas, que de mayor quieren ser 'influencer' sin saber lo que hay detrás? ¿Realmente hay una gallina de los huevos de oro?

- Yo no lo he vivido. Cuando era pequeña este mundo no existía. Pero siempre ha habido profesiones de este tipo que llaman la atención a los niños. Mis primos, por ejemplo, querían ser todos Cristiano Ronaldo. Trabajos que ven desde fuera como algo fácil, pero todo tiene su esfuerzo y su aquel. Si quieren serlo y lo tienen claro, oye ¡que lo persigan! Pero que sepan que no es sencillo, que hay mucha competitividad, mucho sacrificio... este mundo te obliga a un reciclaje continuo y a estar siempre al día para saber editar con los últimos programas, sacar las mejores fotos... hay que estar al 100% todo el rato.

- Has logrado crear una familia numerosa (Los Coquetes), que os acompaña en cada aventura, ¿qué significa esta comunidad para ti?

- ¿Ves? Me dices coquetes y sonrío, es automático. Estoy super agradecida porque es una comunidad de gente muy buena. Siempre había querido tener una familia numerosa, al ser hija única, y ahora tengo familia allí donde vaya. Recuerdo una vez que fui a un triatlón sola con Javi, lo puse en redes y acabé rodeada de muchos coquetes. Es algo mágico.

- En la balanza de las redes, en tu caso gana el cariño a los 'haters' que supongo también surgirán, ¿es así?

- Por supuesto, y ahí es muy importante poner el foco. Es muy fácil tener un mal día y fijarse en ese 1% que quiere desestabilizarte y hacer daño, pero debes ser objetiva y atender siempre esa feedback positivo. Por suerte, jamás he sufrido un 'hateo' mas allá de las redes, de perfiles anónimos sin importancia.

- ¿Alguna crítica que te haya dolido especialmente?

- No soy de las que le duelen esas cosas, si me lo dice mi madre, mi mejor amiga... pero sí es cierto que cualquier crítica que cuestione mi labor como madre fastidia. Me da igual que me digan fea, o que visto mal... eso no me molesta en absoluto.

- Entre vídeo y vídeo y una agenda intensa de reuniones eres mamá de dos niños pequeños (Gala y Bruno, de 4 y 2 años) ¿Cómo logras cuadrar el círculo de la conciliación?

- Aprovechamos mucho las mañanas cuando los peques están en el cole, como cualquier familia, e incluso tenemos más ventaja porque los dos trabajamos desde casa y tenemos flexibilidad horaria. Además, están los abuelos.

- ¿Quién cocina? ¿Quién acuesta a los niños? Y, el más difícil todavía, ¿quién atiende el grupo de Whatsapp del cole?

- Cocinar cocina Javi, no es un secreto eso lo sabe todo el mundo. Es un cocinillas. Acostar a los niños a veces nos metemos los 4 en la cama por petición de Gala y otras nos turnamos. Esa hora es muy potente en redes y a veces me quedo yo trabajando . El Whatsapp del cole lo atiendo yo (risas), pero por ahora lo llevo bien. Somos pocas mamis y nos llevamos muy bien.

- Hablando de Javi (Javier Castillo), ¿como se vive estando casada con un autor de 'best sellers? Vuestras trayectorias han sido pararelas y han despegado casi a la vez, aunque tú ya tenías una importante comunidad antes de su éxito, ¿Te molesta que ahora sin embargo desde muchos sectores se te mencione como 'la mujer de'?

- Bueno, si es con mala fe obviamente no me gusta, pero yo soy muy bien pensada. Yo soy conocida en mi mundo de las redes y Javi es bastante más conocido que yo fuera de ellas. Nos paran mucho por la calle y yo hago fotos de él con sus lectores. En ese caso yo soy simplemente su mujer y no le doy mayor importancia, al revés, estoy súper orgullosa de Javi y de lo que ha conseguido.

- ¿Hay parte de vuestro mundo y de vuestra complicidad entre las páginas de sus novelas?

- Sí que hay cierto detalles. Cosas mías en algunas descripciones, como en una que menciona unos lunares... son guiños a nosotros que están ahí y muchos seguidores de hecho se han dado cuenta.

- Has estado en Cannes, en los Goya y esta edición has posado junto a Javier en el photocall inaugural del Festival de Málaga generando una gran expectación, ¿cómo lo viviste? ¡Encima lograste el pase a las mejor vestidas con un vestido de Elisabetta Franchi!

- Estar en Cannes o en los Goya me hizo muchísima ilusión pero esta vez estar invitados por el propio Festival de Málaga y acudir con Javi fue doblemente especial por ser nuestra tierra, así que feliz y muy contenta. Estaba nerviosa, pero él (Javi) siempre me transmite serenidad y aplomo. Respecto al look, me tenía enamorada pero para gustos colores y no sabía qué aceptación tendría. Estoy muy contenta de que haya gustado tanto.

- Para terminar... ¿una meta pendiente? Siempre has confesado que te encantaría tener tu propia marca y en las últimas semanas has dejado caer que ese sueño ya está cerca, ¿para cuándo?

- Empezamos las reuniones antes de la pandemia, luego dejó de ser una prioridad y ya, por fin, estamos más cerquita del final. Es algo que no me corre prisa, quiero sacarlo estando muy contenta con el resultado. No puedo avanzar más, solo que será algo muy yo, muy coquete, muy 'Just Coco'.