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A.N.
Miércoles, 9 de octubre 2024
Sencillo, sin artificios, elegante, y sobre todo, muy romántico. Así querían que fuese su 'sí quiero'. El que pusiera el broche de oro a una historia de amor de película iniciada con un 'Suerte' entonado en mitad de Central Park allá por 2021. Aquel día Garbiñe Muguruza salió de su hotel neoyorquino para tomar el aire y desconectar de la presión del Open de Estados Unidos. Lo que no esperaba era que el destino le tuviera guardada una sopresa en mitad del caos frenético de la Gran Manzana. Arthur Borges, ejecutivo del mundo de la moda y empresario, la reconoció y le transmitió sus mejores deseos para el partido. Tres años después, la pareja selló el pasado 5 de octubre su relación con una espectacular boda celebrada en Marbella en un escenario idílico -uno de los más codiciados en las bodas en la Milla de Oro-: la finca de La Concepción. Un espacio de 10.000 metros cuadrados de jardines con palmeras, plantas tropicales y un centenario nogal americano.
Como recoge en exclusiva la revista ¡Hola! en su edición de este miércoles, el enlace comenzó a las cinco de la tarde con la llegada de la extenista en un Rolls-Royce Cornice acompañada de su madre, Scarlet Blanco. Para la ceremonia -oficiada bajo una pérgola envuelta en buganvillas en español, inglés, sueco y finlandés-, la deportista vasco-venezolana eligió un elegante vestido de Atelier Pronovias de escote asimétrico con cuello perfilado en rocaille de cristal. Un traje confeccionado en Mikado con una voluminosa falda, con drapeado en la cintura, cola de dos metros y una glamurosa gran lazada en el hombro. Maquillada por Jorge Fortes Gutiérrez y peinada por Elena Polo de Dior Beauty, la novia lució radiante con un look inspirado en las grandes divas del Hollywood con una rejilla como tocado. Remató el estilismo con unos pendientes y una pulsera de Suarez.
El novio, por su parte, llegó del brazo de su madre y madrina vestido con un esmoquin cruzado de mohair negro hecho a medida. Durante el enlace no hubo discursos ni intercambio de votos, aunque sí se escucharon algunos poemas de amor, entre ellos uno muy especial de Khalil Gibran sobre el matrimonio. Durante el intercambio de alianzas -también de Suarez como publica '¡Hola!- sonó Diamonds y los recién casados salieron con la balada 'Dancing on my own', de la cantautora sueca Robyn. El ramo nupcial fue de rosas Constance en sintonía con la decoración floral, que fue de los rosas al borgoña.
Entre los invitados no faltó la familia de ambos y sus amigos más cercanos. En total 90 personas llegadas de todas partes del mundo, de Los Ángeles a Miami, Suecia, Finlandia o Dubái. Entre ellos, Conchita Martínez, que fue entrenadora de Garbiñe durante varios años, y Carla Suárez, junto a quien formó pareja de dobles. Ambos tenían claro que querían darse el sí quiero en Marbella, donde se comprometieron en la primavera de 2023. Y es que la localidad ha sido su refugio durante todos estos años de romance. Allí celebraron también el evento previo a su boda, con una fiesta flamenca en una villa privada, según recoge ¡Hola!. El pasado domingo, ya convertidos en marido y mujer, la pareja volvió a reunirse con sus invitados para un almuerzo a la orilla del mar en el municipio.
Para su gran día, Garbiñe -actual directora del torneo de la WTA Finals- se puso en manos de las expertas de Sophie Kors Weddings, que hicieron real su sueño de una boda íntima y elegante y sofisticada. El menú corrió a cargo de Dani García y consitió en salpicón de bogavante con salsa especiada, mimosa y aguacate, solomillo de ternera con trompetitas de la muerte y lámina de setas, todo regado con vinos de Ribera de Duero. De postre, los novios se decantaron por una tarta nupcial de fresas en forma de gran corazón y también elaborada especialmente por Dani García para ellos con el sello de la repostera malagueña Marta Pino.
Acabada la cena, la extenista se cambió de vestido para la fiesta. Para dicha ocasión, se decantó por un diseño propio del Gran Gatsby, también de Atelier Pronovias. Un traje de de silueta columna, con escote palabra de honor y abertura frontal coronado con flecos de cristal en los bajos de la falda.
Arthur Borges, director de la firma Tom Ford en Norteamérica, tiene una sólida carrera en el mundo de la moda y fue previamente manager de ventas en Giorgio Armani. Este es su segundo matrimonio, tras haber estado casado previamente con la patinadora finlandesa Kiira Korpi.
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