Amargo se queda compuesto y sin revista

Rafael es un talentoso bailarín flamenco gitano del Sacromonte granadino al que, una vez cumplida la mayoría de edad, su primo le convence para que intente triunfar en Madrid. Ese es el argumento de 'Un chico de revista', la comedia musical que anoche devolvió a la vida el teatro La Latina de la capital. Este estreno acaba con casi un cuarto de siglo de silencio y olvido del templo que Lina Morgan convirtiera en el salón de la revista musical. La incombustible Rosa Valenty y Cayetano Fernández son las cabezas de cartel del espectáculo que dirige Juan Luis Iborra.

Pero en la trastienda de este estreno hay otro Rafael, también granadino y flamenco, que sufre la parte menos amable de los duros tiempos que viven las artes escénicas. Hasta pocos días antes del estreno, Rafael Amargo tenía su papel en la obra y su imagen, barbada y morena, presidía la cartelería junto a Cayetano Fernández. Anoche, su lugar lo ocupaba, casi clonado, Edu Morlans, al que Amargo se refiere despreciativo como «el ahijado de Jorge Javier Vázquez» (presentador de 'Sálvame'). Unos días antes del estreno al bailaor le llegó una fulminante carta de despido que dejó desolado ese pundonor y entrega que pone en todo lo que hace. «Estoy muy afectado y con tratamiento médico. Me prometieron un personaje y al leer el guion vi que era un secundario y sin justificar en la obra», declaró al portal 'Vanitatis'.

El artista se siente dolido y utilizado «como reclamo para vender entradas». Aunque la productora cambió lo más rápido que pudo la cartelería y el cambio de protagonistas, los representantes legales de Amargo están estudiando qué acciones legales se podrían emprender. Al despido se sumaría una supuesta publicidad engañosa por usar su nombre con posterioridad. Además, Rafael asegura que no ha cobrado ni un euro por los ensayos ni ha estado dado de alta en la Seguridad Social. Esta práctica es muy habitual hoy día en la preparación de muchos espectáculos dadas las dificultades económicas para hacerlos rentables.

El relato del Rafael real parece tener más tirón que la comedia arrevistada que desde anoche se representa en La Latina.