Willy Bárcenas: «No presto atención a los insultos a mi padre»

Los caminos de las redacciones son inescrutables. En plena vorágine por los papeles de Bárcenas, en mitad de aquella tempestad de titulares, alguien apuntó en las redacciones: tiene un hijo que canta. De aquellos escombros siguió creciendo Willy Bárcenas (madrileño, 26 años), líder de Taburete, un grupo que entonces era de culto entre las niñas bien de Madrid. Tocaba allí con el nieto de Gerardo Díaz Ferrán. Ahora, el grupo que nació de los papeles llena salas y festivales hasta la bandera. Lo acaba de hacer en el Arenal Sound de Burriana, en Castellón.

¿Qué les dais?

A la gente le gusta la música de toda la vida con letras que llaman la atención, que, aunque a veces puede que no tengan mucho sentido, son pegadizas y suelen gustar a todos los públicos. Es muy importante también combinar diferentes registros. El público se cansa de escuchar siempre lo mismo en un grupo y nosotros nos esforzamos por dar un poco de todo.

¿Por qué Taburete?

No tiene una explicación muy concreta. Cuando empezamos, planteamos muchos nombres hasta que salió este... Por suerte, ha gustado y ha adquirido una muy buena imagen.

¿Es cierto que solo les escuchan los pijos?

No creo... Es cierto que cuando empezamos nos escuchaba mucha gente cercana, pero el fenómeno ya ha traspasado fronteras y, por fortuna, cada vez llegamos a más personas sin importar la edad, ideología o forma de pensar.

¿Qué es electro chotis con toques new age pero tranquilito?

(Risas) Al igual que muchas cosas que decimos, no tiene mucho sentido. Es una forma de llamar la atención con un género que no existe, pero nuestra música toca desde las baladas españolas de toda la vida, a pop, flamenco y sonidos con mucha influencia de música fronteriza y demás.

Lo han definido en una revista como «pop melódico de toda la vida». ¿Eso a día de hoy no es casi un insulto?

Qué va. Al final, esa definición puede ser de personas muy concretas. Creo que la música, hoy más que nunca, inspira cosas diferentes a cada persona y, por eso, se la cataloga de muchas formas. Con tal de que el sonido interese y a las personas que lo escuchan les guste, todo irá bien.

¿Se echaría una novia de Podemos?

¿Por qué no?

¿Me puede explicar qué significa que está cansado de las locas?

Las locas son una maravilla, pero a veces se necesita a esa persona que haga un poco de balanza, alguien menos impulsivo y más sensato.

Usaron al pequeño Nicolás para anunciar un concierto, ¿no había otro?

Sí, hay muchos más, pero nos hizo gracia y pensamos que sería una buena pieza para viralizar la convocatoria de uno de nuestros conciertos.

¿Se imagina un dueto con Leticia Sabater?

Pues por ahora no, ja, ja, ja.

Dice que se metió en jardines para que escucharan su música. ¿Lo de su padre le ha venido artísticamente bien o mal?

Depende de cómo se vea... Ha habido momentos más complejos que otros, pero, como decía antes, llega un momento en el que la propia música está por encima de los prejuicios.

¿Cómo se queda uno cuando insultan a su padre? ¿Les entiende?

No le presto mucha atención. Yo me dedico a preocuparme por lo que a mi respecta: la música.

¿Su padre le echó la bronca por ir a la cárcel a verle en chándal?

Sí. La verdad es que no le hizo mucha gracia.

Él y el abuelo de la otra pata de Taburete, Antón Carreño (nieto de Díaz Ferrán), se conocieron en Soto del Real. También es casualidad.

Puede ser...

Le dedicó una canción al falso cura que secuestró a su familia. ¿Cómo fue eso?

Me gusta dar un toque de humor hasta a las situaciones más complicadas. Además, La última noche de Andrey Popol ¡es un temazo!

¿Llegará un momento en el que en su puerta haya más fans que periodistas?

¡Esperemos que así sea!

¿Vota al PP?

No.

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