«Me tomaría una cerveza con Pablo Iglesias»

Cuesta no llamarle Carlitos en esta entrevista, o Carlos mejor dicho, porque ahora ya es todo un hombre. Como también lo es Ricardo Gómez (Madrid, 21 años), la persona que hay detrás del personaje de Cuéntame. Y aunque hay similitudes entre ambos, sus guiones son bien distintos. El de la tele, el Alcántara, se ha colado en nuestros hogares. «¡Qué entrañable es!», comentan las abuelas. Es uno más de la familia. En estos 15 años de la serie le hemos visto crecer. Al de verdad, le conocemos poco.

Empezó a los seis añitos a trabajar. ¿A esa edad uno sabe lo que quiere?

Mi madre es bailarina y yo, desde muy pequeño, le pedía que me llevase al teatro. Con cuatro añitos ya me aprendía sus guiones. Empecé en el musical de La Bella y la Bestia y terminé en Cuéntame que era lo que buscaba. Aunque mi madre no quería.

¿Cómo se portaba Miniricardito en los rodajes? ¿Era llorón?

¡Me portaba genial! O eso creo. Igual hablas con algún adulto y te dicen que era un cabrón. Pero me recuerdo muy profesional.

¿Hay muchos platós en sus recuerdos de infancia?

Tengo recuerdos de los rodajes, pero también del colegio, de mis amigos, del equipo de fútbol... Nada que ver con la imagen que se vende de que si trabajas en tele te has perdido la infancia.

Además, dirige su primer corto. Es precoz para todo, ¿no?

¡Eso es una pregunta trampa! Ja, ja. No diría que soy precoz, diría que cuando algo me interesa, en vez de decirlo, lo hago. Tengo la suerte de haber crecido junto a un equipo de cine y televisión y muchos actores de Cuéntame han participado en el corto.

Si le dejasen elegir, ¿a qué actor pondría bajo sus órdenes?

¿Sabes qué pasa? Que poner bajo mis órdenes a alguien muy bueno, como Imanol o Echanove, es muy complicado, porque apenas necesitan correcciones, es más fácil a alguien que sí que las necesita.

¿No se moja entonces?

Me mojo. Ficharía a mi compañero Nao Albet (Marcelo) porque nos echaríamos unas risas.

Hablando de prematuro... Se ha independizado de las faldas de su madre.

Llevo un par de años ya. Primero estuve viviendo solo y este año estoy compartiendo casa con una amiga. Nos apetecía a los dos y como ella no es de Madrid, pues compartimos. Y la verdad que muy bien, nunca he tenido problemas, ni con mi madre. Cuando decidí marcharme, no es marcharse, que suena fatal, sino valerme por mí mismo.

¿Qué tal de amo de casa?

Pues mira, ¡no soporto la plancha! Con la facilidad que tengo para aprender lo que me interesa, y lo que me cuesta lo que no. ¡No tengo ni puta idea de planchar! Ja, ja, ja. Sin embargo, quité el lavavajillas para poner un horno porque me gusta cocinar, no me importa fregar...

Así que está hecho todo un cocinillas. ¿Cuál es su especialidad?

Se me dan bien los huevos fritos, la tortilla... Para comérmelo yo, se me da bien todo, pero para los demás ya no lo hago tan bien.

¿Es de los que le lleva la ropa a su madre para que se la lave y tira de tuppers?

¡La ropa a lavar no, pero tuppers sí que me llevo! Y además unos tuppers de cocido que vamos...

Para los espectadores es el novio, hijo y nieto perfecto. ¿En la vida real también?

El personaje sí que es muy bueno, pero yo no soy así ni mucho menos... ¡Ni ganas, vaya! Tengo mis defectos como todo el mundo.

¿Ha llegado a tener pelusilla de Carlitos por lo que se le quiere?

Para nada. Me gusta mucho que lo quieran. Y si hiciera de malo, me encantaría que me parasen y me dijeran soy un cabrón. Eso es que el trabajo está bien hecho.

Intuyo por la peluca rosa que lució en Nochevieja, que es más canalla que su personaje. ¿Qué le diría Carlitos a Ricardo?

Ja, ja... Carlos Alcántara, que es tan responsable y tan serio, me diría que me centrase, y que qué estoy haciendo con mi vida, subiendo gilipolleces todo el día a las redes sociales.

En las redes sociales se ve que la política le ilusiona. ¿Se queda con el Felipe González de entonces o con los nuevos?

Cada político tiene su momento. Felipe González generó entusiasmo en la época cuando ganó el PSOE. Y los nuevos políticos están creando una ilusión parecida. A mí me alegra muchísimo que salgan políticos nuevos, pero igual que me encanta que el Atlético pelee por la Liga, que no existan dos partidos, sino que haya una tercera, una cuarta y una quinta opción.

¿Y con qué político actual se iría a tomar una cerveza?

Me encantaría tomarme una cerveza con Pablo Iglesias.

¿De qué hablaría con él?

Un buen amigo mío, que ha sido alumno suyo, me contó que Pablo en una clase dijo que no le gustaba Cuéntame, por un capítulo en el que vamos a Benidorm y estamos con una familia sueca. Criticaba esa imagen de que el español se siente inferior al europeo. Y me encantaría decirle: Oye, tío. ¿Qué pasa con la serie? No nos la denostes en clase. Ja, ja, ja.

Llama cariñosamente Manu a Imanol Arias y dice que Ana Duato es como su madre. ¿Le aconsejan más que su madre verdadera?

Son consejos diferentes. Mi madre me ha hecho ser como soy y eso se lo debo a ella. Imanol y Ana me han dado mil consejos, no solo profesionales, sino de vida.

Es el mimado de la serie, incluso eligió a Verónica Echegui para su romance con Carlitos.

Fue un caso especial. Normalmete hacemos una prueba con dos o tres actrices para ver si los perfiles encajan. Pero esa vez leí el capítulo y se me vino Verónica a la cabeza. Se lo dije al director y a producción, se echaron las manos a la cabeza por el presupuesto, pero finalmente, aceptaron.

Su primer beso

¿Le siguen dando reparo las escenas íntimas?

Soy una persona y al final cuando tienes delante a una chica, que encima nunca suele ser fea, y se tiene que desnudar y tienes que fingir que estás en la cama, con treinta personas delante, la situación te puede violentar. Y sabes que la muchacha no lo está haciendo por gusto. Pero por regla general, como yo conozco tanto al equipo lo paso peor por ellas. Por ejemplo Carla Nieto, llegó el primer día y ya teníamos una secuencia de cama...

Dio su primer beso en Cuéntame. ¿Le valió la práctica para la vida real?

¡Ahí sí que estaba nervioso! En lo que menos pensaba es en que me sirviera de entreno... (Risas)

A Carlitos le encantan todas las mujeres. ¿Usted es más escogido?

Sí, sí. No considero que me gusten todas. Tengo mis cánones conscientes e inconscientes.

¿Ha sufrido tanto como él en este terreno?

Negativo, en absoluto. En esta vida estamos para pasarlo bien, y sí que hay rupturas y se pasa mal, pero de ahí a martirizarte...

Es de los pocos del 90 que ha vivido La Movida madrileña. ¿Qué tal la vida de sexo, drogas y rock and roll?

¡Una envidia! Siempre que ruedo esas escenas pienso en lo bien que se lo pasaron. La fiesta era fiesta, pero también arte. Ahora es salir, beber e ir a una discoteca. De antes se hacían exposiciones de arte, fotografía, pintura... Y no se tomaban al pie de la letra las críticas, como ahora con las redes sociales.

¿Es ochentero también en su vida personal?

Sí, ¡muchísimo! Aunque escucho de todo: desde el hip hop de Violadores del Verso y Eminem, hasta el rock and roll de Platero y tú, escucho a Sabina, Extremoduro...