Iker Jiménez salva a una niña que se tragó una etiqueta

Dios, el cosmos o lo que sea se compadeció de nosotros». Iker Jiménez, periodista rey del misterio con sus programas Milenio 3 (Cadena Ser) y Cuarto Milenio (Cuatro) vivió el sábado una de esas situaciones que marcan la línea entre la verdad y la nada, eso que tantas veces intenta explicar en sus programas. El periodista dedicó el comienzo de su espacio radiofónico del domingo para contarlo. Jiménez y su mujer y compañera de trabajo, Carmen Porter, salvaron la vida a una niña de 19 meses que estaba a punto de asfixiarse tras engullir una etiqueta en el probador de un centro comercial, en la Castellana madrileña. Habían acudido a comprar ropa para su hija, Alba. «Del probador salió una madre con un grito que jamás podré olvidar. ¡Mi hija se muere, mi hija se ahoga!».

La pareja entró y vio a un padre desencajado y a una niña «rígida y con una mirada azul». Sus intentos de meterle los dedos en la boca no habían resultado. Porter le arrebató a la niña y se la dio a Iker, que la giró boca abajo y comenzó a darle golpes con la mano hueca entre los omoplatos. «¡Uno, dos, tres... cinco! En un momento dado de su garganta salió algo parecido a un lazo o una etiqueta. El llanto posterior de la niña era lo mejor que me había pasado desde que naciera mi propia hija».

«¿Por qué estábamos allí y por qué actuamos así?». El rey de los programas de misterio se responde a sí mismo. Relata que habían visitado al pediatra días antes y les había explicado cómo actuar en caso de una crisis infantil de este tipo. Durante los doce minutos del programa dedicados a esta pequeña hazaña y tras insistir en que «no somos héroes, cualquier hubiera hecho lo mismo», el conductor de Milenio 3 dejó en las ondas sus preguntas clave. «¿Por qué no nos enseñan esto en lugar de los afluentes del Miño o los reyes godos? ¿Quién ha diseñado todo esto (por el mundo en general) para llenarnos la cabeza de cosas que no son importantes?».

Acostumbrado a teorizar sobre las puertas del más allá, el periodista recordó a sus oyentes que los «hilos de la vida son muy frágiles». No así su propia popularidad, ya que contó a su audiencia que ya es el periodista español más influyente en las redes, según el blog social Alianzo.