MUJERHOY / THE SUNDAY TIMES
Martes, 28 de octubre 2014, 10:22
Malala Yousafzai estaba en clase de Química cuando se enteró de que había ganado el Premio Nobel de la Paz, el pasado 10 de octubre, y allí se quedó. "No quedaría muy bien que la chica a la que dispararon por querer ir al instituto no se sacara la Secundaria", comenta con sentido del humor. De hecho, según ella, de las 10 asignaturas que tiene este año, la única que se le da bien sin tener que esforzarse demasiado es la de Religión, porque "para esa clase solo hacen falta opiniones, ¡y yo tengo un montón!", dice.
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Una superviviente
Al observar con qué facilidad pasa de intervenir en los foros políticos de medio mundo a hacer los deberes en su cuarto de Birmingham (Inglaterra), es fácil olvidarse de que hace dos años estaba luchando por su vida en un hospital de Pakistán, después de que un talibán le disparara a la cabeza mientras volvía a casa en el autobús escolar. Afortunadamente, lograron extraerle la bala. Su madre llora muchas veces cuando la mira porque, desde entonces, ha experimentado una recuperación milagrosa. Cuando volvió en sí, el oso de peluche blanco que había en el alféizar de la ventana lo veía verde, porque su visión era tan nebulosa como un recuerdo. Se llama Junaid, en honor al cirujano militar pakistaní que le sacó la bala de la cabeza. (Más información en MujerHoy.com)
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