‘El Dioni’ ha cambiado de aspecto desde 1989. Aquí, en su nueva faceta como actor. :: Twitter

De ladrón a actor porno

‘El Dioni’ celebra los 25 años del golpe que le lanzó a la fama. A sus 64 tacos vive con una pensión de 730 euros y es la ‘estrella’ de una película X

borja olaizola

Lunes, 22 de septiembre 2014, 01:06

Cada época tiene sus héroes y sus villanos, pero la nuestra es tan confusa que los límites entre unos y otros hace tiempo que dejaron de estar claros. Un ladrón como El Dioni, por ejemplo, ardería sin ningún género de dudas en las llamas del infierno de haber nacido en un tiempo menos líquido que el que nos ha tocado vivir. A un tipo que se lleva 298 millones de pesetas (1,7 millones de euros), huye a continuación a Brasil, provoca con el robo la ruina de su empresa y deja a sus compañeros en el paro, solo se le puede situar en la categoría de los malos-malos.

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Sin embargo, ahora que se han cumplido los 25 años de aquel golpe, el que sin duda es el ladrón más famoso de las últimas décadas en España no solo está lejos de ser uno de los enemigos públicos de nuestro país, sino que despierta incluso simpatía. Puede que después de haber descubierto a tanto y tanto malhechor resguardado bajo el manto de la honorabilidad, el encuentro con alguien que nunca ha renegado de su condición de ladrón resulte hasta reconfortante. Porque si algo no oculta El Dioni, a la sazón Dionisio Rodríguez, es su pertenencia a la hermandad de los cacos. El título que ha puesto al último de sus libros Palabra de ladrón zanja cualquier duda que pudiera haber al respecto.

En la obra, publicada hace ya un par de años, volvía a contar lo que ya había desgranado una y otra vez en los platós de televisión que tanto frecuentó tras su salida de la cárcel: que el golpe lo dio por despecho, que en las cárceles brasileñas lo pasó tan mal que pensó que allí se acababan sus días y que ignoraba el paradero de la parte del botín unos 131 millones de pesetas (alrededor de 0,8 millones de euros) que no ha sido recuperada.

Hagamos un poco de memoria: El Dioni desapareció del mapa el 28 de julio de 1989 al volante de un furgón blindado. El golpe, sostiene, lo dio porque el jefe de personal de su empresa le había degradado de escolta a simple vigilante. «Me ofendió porque pasé de llevar traje y corbata y cobrar 250.000 pesetas (1.500 euros), a vestir de romano y percibir 75.000 pesetas (450 euros)», ha recordado esta semana en una entrevista en la cadena Ser. Repartió la mayor parte del dinero del botín entre tres amigos «se lo dejé en depósito porque no me podía ir con esa cantidad» y se fugó a Brasil vía Lisboa, después de haber atravesado la frontera por Ayamonte. Vivió unos cuantos meses a cuerpo de rey al otro lado del Atlántico hasta que fue localizado y detenido por la Policía.

Extraditado a España, cumplió tres años de condena entre rejas. En 1995 salió en libertad condicional a pesar de que una parte sustancial del botín había volado. El Dioni montó hasta tres bares de copas en Madrid mientras explotaba sin medias tintas la fama que le había procurado el golpe. Llegó a imprimir billetes de 10.000 pesetas con su rostro para promocionar la inauguración de uno de sus locales, lo que le valió una acusación de falsificación de dinero que fue desestimada. Después de esa primera etapa fuera de la cárcel y consolidado ya como referencia a medio camino entre el esperpento y la canalla (hasta Sabina le había dedicado una canción titulada Con un par), El Dioni pasó a ser un protagonista asiduo de los programas de televisión. Santiago Segura, Javier Sardá y José Mota fueron algunos de los que recurrieron a sus apariciones para hacer más amenos sus espacios. Antes había pasado por el quirófano para corregir un estrabismo que se había convertido en un signo de identidad, a la vez que daba el primer quiebro al cáncer de cuerdas vocales que le habían detectado.

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Sin éxito como cantante

Ágil de reflejos y con ese instinto de supervivencia de los que han vivido la calle, El Dioni no decepcionaba en la tele. Aprovechó el tirón mediático para lanzar el libro sobre su atraco y embarcarse en una campaña de promoción en la que exhibía un desparpajo que se ha convertido en sello de la casa. Amparado en la nube de corrupción que mancha hasta el último rincón del país, El Dioni adopta el rol de ladrón legal que reconoce lo que ha hecho, en contraposición a los delincuentes que pasan encorbatados de juzgado en juzgado sin admitir nunca sus fechorías. «No robé un furgón. Financié ilegalmente un viaje a Brasil y las putas cobraron sobresueldos con el dinero que nos roban a todos», escribe con retranca en su cuenta de Twitter.

A punto de cumplir los 65 años. El Dioni está jubilado y percibe una pensión de 730 euros tras no haber podido pegar el pelotazo como cantante (grabó el disco Todo sobre mi furgón). Dado que como cantante no ha tenido mucho éxito, ahora se ha enrolado de actor de pelis porno a las órdenes de Torbe, un vizcaíno que le ha puesto a hacer tríos, y al que se le considera el rey del porno friqui y que fue condenado a un año por estafa.

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