carlos benito
Sábado, 12 de julio 2014, 18:32
Muchos de los protagonistas del número de verano de 'ESPN' se encontrarían con problemas en un cásting de moda, porque sus cuerpos incumplen de una manera u otra las reglas absolutistas que han impuesto los diseñadores. Las dificultades resultarían particularmente insalvables en el caso de algunas mujeres, cuyos físicos musculados harían añicos el molde establecido, pero también entre los hombres se dan desproporciones, ya que han especializado su anatomía para alcanzar la excelencia en tareas muy determinadas. Y esa es precisamente la intención de la revista estadounidense, que lleva ya seis años publicando sus desnudos de deportistas: sus responsables aspiran a proponer otro canon de cuerpos perfectos, todos distintos, todos saludables, todos bellos.
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La selección de 2014, con seis portadas para elegir, incluye a veintidós representantes de dieciséis disciplinas, encabezados por la tenista Venus Williams -hace cinco años, fue su hermana Serena quien se quitó la ropa para la revista- y por el nadador Michael Phelps. Como de costumbre, muchos desnudos de 'ESPN' tienen cierto aire de escultura griega, con los cuerpos en tensión para mostrar la potencia de la máquina, pero esa herencia clásica se combina con un pudor contemporáneo, que lleva a extremar el cuidado para no enseñar nada más controvertido que algún culo, y normalmente de refilón: Venus, por ejemplo, parece tener un brazo adherido al pecho, y al futbolista Omar González se le ve en una imagen con un balón misteriosamente suspendido frente a sus genitales. Es casi un mandamiento que el muslo más cercano a la cámara esté adelantado, para impedir que se vislumbre más de lo debido.
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El número estival de la revista lleva como lema 'los cuerpos que queremos', y sus protagonistas explican en las entrevistas cómo han conseguido ese físico, qué sacrificios hacen para mantenerlo y cómo se llevan con él. Esa relación puede volverse especialmente peliaguda en el caso de las deportistas. «Yo tenía la idea de que el músculo no es femenino. Existe la imagen de la mujer deportista como pequeña, menuda, el tipo corporal del yoga», analiza la jugadora de hockey sobre hielo Hilary Knight, que finalmente logró superar esos estereotipos: «Es bueno estar en forma, sano y cómodo con tu cuerpo, tengas la estructura que tengas». No es la única, ni mucho menos, que afrontó esas incertidumbres juveniles: «A mí me costó aceptar mis piernas -explica la surfista Coco Ho-. Yo pensaba que la palabra musculosa no era algo bueno para aplicar a una chica. Pero, cuando crecí y me hice deportista, fui apreciándolas más y más. Me hacen poderosa en la competición. Es bonito ser fuerte».
Amputada a los 19
Entre los retratados figuran el jugador de baloncesto congoleño-español Serge Ibaka -que detalla qué complicado resulta para los altos conseguir unos abdominales marcados-, el boxeador Bernard Hopkins -con 49 años, el de más edad de la lista-, la futbolista Megan Rapinoe, el tenista Tomas Berdych o el jugador de fútbol americano Marshawn Lynch. Dos de los deportistas han cobrado una relevancia especial. Amy Purdy, bronce paralímpico en snowboard, aparece radiante con sus prótesis: le amputaron ambas piernas a la altura de las rodillas cuando tenía 19 años, a causa de una meningitis. «De mi cuerpo me encanta, especialmente ahora, lo fuerte que es -reflexiona Purdy-. Noto ese contraste, porque ha sido todo lo débil y vulnerable que puede llegar a ser».
Pero el que más comentarios ha suscitado es el jugador de béisbol Prince Fielder, cuyos 125 kilos le distinguen inmediatamente dentro del grupo. El bueno de Prince -que, además, está inactivo a causa de una reciente operación de columna- es un hombre redondeado, y su imagen desnuda ya está circulando por internet en montajes cómicos, pero él insiste en que esa figura no debe inducir a error: «No hace falta parecer un modelo de la marca Under Armour para ser deportista -plantea-. Ser grande no significa que no puedas ser un atleta. Y el hecho de entrenarte no implica tener tableta abdominal». Parece que, en este terreno, también hay cánones que obligan a justificarse.
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