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Ella ha sido durante 30 años la primera persona a la que han visto los actores al empezar un rodaje. Antes incluso de reunirse con el director, han conocido a la diseñadora del vestuario y con ella han empezado a construir el personaje. «Estoy acostumbrada ... a tratar con los actores». Clara Bilbao, figurinista con tres Goya, da el salto a la dirección con una película arriesgada desde el mismo título: 'Tratamos demasiado bien a las mujeres'. Una historia de maquis, de las dos Españas y también de feminismo contada a través del humor negro y el esperpento.
Con un reparto coral de lujo, con una espléndida Carmen Machi y un gran Antonio de la Torre al frente, Clara Bilbao hace suyo el guion de Miguel Barros, inspirado en una novela francesa de Raymond Queneau: Remedios Buendía, una defensora a ultranza de la patria, se prueba su vestido de novia en una sucursal de correos que acaba siendo tomada por un grupo de maquis a la fuga. «Hoy será el día en el que Remedios demostrará hasta dónde puede llegar defendiendo sus valores. Y nadie podrá pararla. Ni siquiera este batallón de rebeldes con fusiles humeantes y puños en alto», se lee en la sinopsis. Un grupo de «hombretones tiernos y estúpidos que hacen la guerra», los definió Julián Villagrán.
Bilbao cuenta una historia que le «conmueve»: la de los perdedores de la guerra desde el humor, como una vía de escape al drama y a temas profundos. «Me parecía valiente contar el tema de las dos Españas, de los ideales que nos separan y nos pesan, el tema del feminismo desde un punto completamente distinto al que estoy acostumbrada a ver en las películas, el tema del paternalismo y la condescendencia como una especie de machismo soterrado», reflexiona.
Es consciente de las reacciones encontradas que genera cualquier acercamiento a la Guerra Civil. «Pero contar algo con lo que sé de antemano que no vamos a estar todos de acuerdo me parecía una motivación», sentencia, antes de aclarar que no pretende ser «dogmática ni revisionista». Solo ha pretendido, dice, contar su visión. Su intención era hacer una película divertida, «con una pátina de poética y melancolía».
Carmen Machi se crece como Remedios Buendía, «una mala auténtica, en progresión, que no tiene fin». Para la directora, es una mezcla entre un tiburón y La Magnani. Fan declarada de Valle-Inclán, Machi ve «algo esperpéntico» en su personaje, una «mujer de armas tomar se despeina y se mancha de sangre y sigue caminando».
Fueron seis semanas de rodaje en una única localización, con una dinámica muy teatral a nivel escénico y cronológico. Un «reto» incluso para el experimentado y premiado Antonio de la Torre. «Las cosas nos iban pasando. Es tan arriesgada, tan arriesgada, que había que hacerla momento a momento. Sin juzgar. No te la prepares sé tú», resume el actor malagueño.
Junto a ellos, secundarios de excepción como Luis Tosar, Gonzalo de Castro y Óscar Ladoire, y debutantes como el rapero Ayax, al que Clara pone a cantar. «Quería sacarlos de su zona de confort: Ayax rapea muy bien pero canta fatal. Al fin y al cabo, yo también estaba totalmente fuera de mi registro».
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