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Claudia San Martín
Miércoles, 9 de junio 2021, 02:00
Un pequeño pueblo del interior de Navarra vio crecer a Julia Juaniz. Entre el verde pasto y las casas de piedra su inocencia ya soñaba con el cine, un cine ajustado al momento y también a sus posibilidades. Cuenta entre recuerdos que sus hermanos más ... mayores se trasladaron a Pamplona para estudiar y, a la vuelta a Orellano, su pueblo, eran ellos quienes les contaban las películas que habían visto, «una tradición» que reconoce se extendió en el tiempo.
Aquí entra en juego su imaginación al poder, lo que le permitió crear otros mundos sin haberlos visto y componer las imágenes en su cabeza: «Yo por las noches siempre estaba pensando en películas y tenía clarísimo que quería hacer cine, pero lo que pasa es que en esa época no había escuelas», relataba ayer en una charla junto al director del Festival de Málaga, Juan Antonio Vigar, antes de recibir el reconocimiento a sus treinta años de carrera.
Anoche tomaba entre sus manos encima de las tablas del Teatro Cervantes el Premio Ricardo Franco-Academia de Cine, un galardón por su labor como montadora, directora y videoartista en una extensa trayectoria a los monitores de 60 títulos y acompañando a directores como Carlos Saura, Imanol Uribe o Víctor Erice. Lo curioso es que cuando esta profesional dejó Orellano para buscar oportunidades en Zaragoza, comenzó a estudiar Medicina, pero reconoce que le duró bien poco esa vocación, porque lo que realmente estaba ahí latente, como una llama que nunca se apaga y a la que ahora le sigue quedando mecha para rato, era el cine.
En sus miras por seguir expandiendo su profesión, no se quedó en la línea del montaje, así que emprendió ese viaje para embarcar su talento en la dirección: «La manera en la que empecé fue por aprender más, necesitaba que dentro del montaje tenía que dirigir para entender más a los directores, sufrirlo yo para entender otras cosas», reconocía en su charla con Juan Antonio Vigar.
Además, es consciente de que para hacer cine hay que «estar en el mundo», saber lo que ocurre y no cerrarse a los estímulos, porque no hay más verdad para inspirar el cine que la vida cotidiana.
Y ante esta afirmación, el malagueño Fran Perea está claro que vive con los pies en el suelo desde que cogió su mochila, cruzó Despeñaperros y se instaló en Madrid para comenzar una vida dedicada a la interpretación. En un encuentro con Domi del Postigo en la Fábrica de Cervezas Victoria, Perea se mostraba con esa sencillez que la caracteriza: espontáneo, resuelto, sincero y natural, porque no hay ni trampa ni cartón ante una historia de vida que aunque esté escrita y tiene muchos capítulos, sigue sumando páginas. Esa charla a modo de coloquio, con algunos alumnos de la Escuela de Cine de Málaga entre el público, sirvió para arrojar luz a una profesión difícil, a veces cercana a la suerte y de búsqueda del momento o el papel indicado.
Para Fran Perea lo importante, además de seguir creciendo en otros ámbitos artísticos como el teatro o la música, es «dejarse de tonterías en la vida». Cuando abandonó la carrera de Biología para centrarse en la actuación, no tenía claro qué iba a ser de él en el aspecto profesional, pero pegar con el puño recio en muchas de las puertas de la capital le brindó la oportunidad de hacer series (recordando su paso por 'Al salir de clase' o 'Los Serrano'), cine ('El camino de los ingleses') y teatro ('Fedra' o 'Electra').
Y aunque aún haya que esperar, el malagueño Salva Reina nos trae una 'Tregua(s)' al cine a través de esta ópera prima en la dirección de Mario Hernández, que él mismo produce y protagoniza junto a María León. Se trata de un proyecto sobre una historia de amor ficticia y envuelta en secretos y mentiras que habrá que aguardar pacientes hasta 2022 para visionarla. Su rodaje, que comienza en noviembre, se basará en el contexto del Festival de Cine de Málaga... ¿Qué mejor lugar que este para celebrar la vida?
Eso mismo pensaría la Academia de Cine de Andalucía (ACA), que eligió la capital y el Teatro Cervantes como punto de partida para presentar los Premios Carmen, cita a la que podremos asistir el próximo 29 de enero: «Estamos muy orgullosos de que los premios tengan nombre de mujer. Es el comienzo de un sueño que se ha hecho realidad», comentó la presidenta de ACA, Marta Velasco, sumando hitos a una institución que no para de crecer.
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