El pueblo del valle del Guadalteba que tiene una isla en su corazón

Javier Almellones

Málaga

Viernes, 28 de marzo 2025, 00:09 | Actualizado 11:54h.

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Un pequeño olivar y varias huertas en el centro del pueblo. Es una imagen poco habitual, casi exclusiva de Cuevas del Becerro, una villa donde la agricultura es tan importante como el agua. Este oasis agreste y rural es parte de lo que se conoce en esta localidad como el barrio de la Isla. No es un monumento ni un enclave de gran valor ecológico, pero sí una excepción urbanística que sorprende a quien recorre el pueblo por primera vez.

Aunque también hay un pequeño parque, lo que más impresiona es encontrar parcelas agrícolas en pleno centro del pueblo. El río Carrizal, que pasa domesticado por una acequia, se encarga de poner el murmullo del agua como banda sonora.

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Hasta allí se puede llegar desde varias vías o enclaves cercanos. Lo más recomendable es hacerlo con la ruta de las Fuentes, un itinerario que en estos días, tras las copiosas lluvias de las últimas semanas, está realmente esplendoroso.

Aquí de nuevo hay que mirar al Carrizal, afluente del río de las Cuevas, porque no sólo atraviesa el casco urbano sino que ofrece varias imágenes espectaculares, a pesar de tener muy poca longitud.

El lugar donde mana con fuerza, conocido como el Nacimiento de Cuevas del Becerro, está a tan sólo un puñado de metros del casco urbano. Este año hidrológico ha roto en más de una ocasión gracias a las lluvias, que dejan una imagen que impresiona, con el agua que sale de varios puntos a la vez y que bajan incluso por escalones.

Desde allí, se puede ir por el paseo del Carrizal, un bonito pasaje peatonal que desde allí se adentra en el pueblo. Casi como hace el Guadiana, llega a perderse de vista, aunque se escuche su murmullo, hasta que aparece en escena después en el mencionado barrio de la Villa. Ese susurro de agua se convierte en un estruendo cuando abandona el pueblo a la altura de un antiguo molino. Se trata del salto o chorrera del Cao, una cascada que está en estos días primaverales en uno de sus mejores momentos del año. Es uno de los hitos de la citada ruta de las Fuentes y otro de los emblemas hídricos de este pueblo que históricamente ha presumido de abundancia de agua.

Desde allí, el agua se precipita acelerada hacia el río de las Cuevas, que atraviesa todo el término municipal para más tarde unirse al Guadalteba, el curso fluvial que presta su nombre a este fértil valle malagueño y a uno de los grandes embalses de la provincia de Málaga.

Desde allí, se puede bajar al río de las Cuevas a través del conocido como paseo o sendero del Tilín, situado un nivel por debajo del casco urbano, con una vegetación y una banda sonora bien distintas.

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El agua está también muy presente en este pueblo a través de sus distintas fuentes, muchas de ellas con siglos de historia. Desde el entorno del Nacimiento, como las de la Fuentezuela, la Era o el pilar de los Resbalaeros, hasta las que están próximas al río de las Cuevas, como el Caño o los Frailes, o las que están en el casco urbano (Gertrudis, El Puentecillo, El Patito o Los Leones).

Todas ellas son hitos de la mencionada ruta de senderismo temática, que con un recorrido de poco más de 3 kilómetros, ofrece uno de los mejores itinerarios para disfrutar del agua en este inicio de la primavera.

Pero, además del agua, hay otros elementos que son importantes en Cuevas del Becerro. En sus alrededores, aguardan sierras calizas que crean bonitos contrastes con las fértiles parcelas agrícolas del pueblo. Muchos de esos enclaves que hay en el entorno se pueden ascender gracias a otros senderos locales.

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Cuevas del Becerro es también un pueblo idóneo para la observación del firmamento. De hecho, desde hace más de un año es oficialmente un municipio 'Starlight', una declaración otorgada por su ubicación geográfica y su altitud sobre el nivel del mar.

Y no hay que olvidar su oferta gastronómica, ya que allí, además de varios productos de elaboración artesanal, como el pan, hay una tentadora oferta de bares, ventas y restaurantes.

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