25 personajes del Festival de Málaga

A lo largo de este cuarto de siglo, el Festival de Málaga ha ido creando su propio reparto de protagonistas. Los hay pioneros, históricos, visionarios, emocionantes, originales, profesionales, divertidos y hasta divos. Por una razón o por otra, todos dejaron huella en el Festival de Málaga y, con motivo de esta edición redonda y especial, rescatamos a 25 personajes que van desde el carismático Fernando Fernán-Gómez de la primera edición al cineasta Alejandro Amenábar de la última celebrada.

El Festival de Cine Español de Málaga, como se denominaba en su primera edición, ya puso las miras altas a la hora de otorgar sus premios. Y el primer galardón de honor -futuro Premio Málaga SUR- fue para una leyenda como Fernando Fernán-Gómez que, lejos del glamour, espero el momento del homenaje en el bar que se instaló en la plaza ante el Teatro Cervantes charlando con Agustín González, Marisa Paredes o María Barranco, entre otros. Y con el público arremolinado alrededor que alucinaba con ver a los grandes del cine español en la mesa de al lado y de copas. Ya en el Cervantes, el actor y director de 'El viaje a ninguna parte' respondió con agradecimiento y humor al reconocimiento del certamen: «Los honores que yo poseo no son por haber trabajo bien, sino mucho. Por eso, no me siento inclinado a rechazar este homenaje y voy a seguir esperando a recibir incluso más ya sea por listo o por viejo». Genio y figura.

El gran protagonista de la segunda edición fue otra leyenda: Tony Leblanc. Rescatado para el cine por Santiago Segura y su saga 'Torrente', el Festival de Málaga no dejó pasar la oportunidad de reivindicar a un grande, al que recibió en un abarrotado Teatro Cervantes. Un aplauso de cinco minutos ante el que este rey de la comedia respondió agachándose y besando las tablas del escenario. «Estoy acojonado», fue la exclamación castiza con la que comenzó su emocionado discurso en el que recordó que llegó a actuar cuatro veces al año en el teatro malagueño y que ese premio lo consideraba excesivo «porque yo para divertiros no tuve que esforzarme». No le faltó un «viva Málaga» y una despedida a lo grande, soltando unos ganchos de derecha en el centro del 'cuadrilátero' del Cervantes para mostrar que tenía puños para rato.

Cada paso de Gracia Querejeta por el Festival de Málaga se ha saldado con premio. La directora pisó por primera vez el certamen con 'Héctor' en 2004 y se coronó como la mejor película de aquella edición con la Biznaga de Oro. Un reconocimiento que repetiría nueve años después, en 2013, con '15 años y un día', que también redondeó su triunfo con el mejor guión, banda sonora original y premio de la crítica). La hija del productor Elías Querejeta fue la pionera en ganar dos estatuillas doradas en Málaga. Solo otro cineasta, Carlos Marqués-Marcet, puede presumir haber revalidado este título en Málaga en sus 25 años de trayectoria.

En el paseo marítimo Antonio Banderas está ese particular bulevar de la fama del festival con las manos impresas en bronce de todos los Premios Málaga SUR hasta la fecha. El único que no responde a ese perfil y que se ha merecido su propia estrella en este espacio de honor es el profesor Antonio Garrido Moraga, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Málaga y gran impulsor del certamen al proponer que aquel proyecto tuviera como eje temático el cine español. «De su idea nació el Festival de Málaga», dice la placa del monolito que recuerda a este fundador de la muestra nacida en 1998, bajo el mandato de la alcaldesa Celia Villalobos y con Salomón Castiel como primer director. El profesor e intelectual malagueño falleció en 2018.

«Es la primera vez que me dan un premio así, pero no es la primera vez que me ocurre algo en Málaga». Con estas palabras homenajeó al festival y a la ciudad Geraldine Chaplin, que en la edición de 2004 recibió el Premio Málaga SUR. La hija del mítico Charlot, con una llamativa camisa que pedía «paz» y «amor», recordó que en la Costa del Sol rodó su primera película, 'Secuestro bajo el sol' (1956), compartiendo planos y protagonismo con Jean Paul Belmondo, e incluso vivió sus primeras vacaciones «sin supervisión paterna». «¡Qué bien comimos, qué bien bebimos!», exclamó Chaplin, que recibió el galardón de manos del director y ex compañero sentimental Carlos Saura, con el que rodó títulos ya clásicos como 'Ana y los lobos', 'Cría Cuervos', 'Elisa, vida mía' y 'Mamá cumple 100 años'.

La fallecida actriz fue doblemente premiada en el Festival de Málaga. Primero, en la cuarta edición de 2001 se llevó el galardón a la mejor actriz por su interpretación en la comedia de Josquín Oristrell 'Sin vergüenza', mientras que en 2005 volvía para recoger el Premio Málaga SUR y reconocía que se había «emocionado» al verse en el vídeo que precedió a su intervención junto a su «padre» -el cineasta José María Forqué-, que fue quien me introdujo el veneno del cine», recordó la intérprete, que recibió el galardón de manos del marbellí, Pepón Nieto, que mintió sobre su edad en el casting de 'El tiempo de la felicidad' para poder interpretar a uno de los hijos de Verónica en la película.

En 2008 explotó el fenómeno fan en el Festival de Málaga con el actor de moda de la televisión. El papel de 'El Duque' en la serie 'Sin tetas no hay paraíso' había catapultado a la fama pocos meses antes a un joven Miguel Ángel Silvestre hasta entonces desconocido. El certamen fue uno de sus primeros eventos públicos y el resultado desbordó todas las previsiones. Silvestre competía con dos películas en la sección reservada para las producciones más libres y arriesgadas: Zonazine. La primera de ellas, '3:19', tuvo que cambiar a última hora la ubicación de la rueda de prensa desde la carpa Forum Fnac de la Merced al interior del Cervantes ante la avalancha de chicas que le buscaban. Con la segunda, 'Zhao, se llevó la Biznaga al mejor actor. Una chica le arrancó la camisa en uno de los varios momentos de euforia colectiva que protagonizó, decenas de fans le esperaban gritando su nombre a las puertas de un restaurante donde celebraba su cumpleaños con sus padres y su autógrafo se convirtió en lo más codiciado de aquella edición.

Cercano, sonriente e ingenioso, Guillermo del Toro fue el gran personaje de la edición de 2018, a la que llegó con su recién ganado Oscar por 'La forma del agua' para recibir el principal premio honorífico del certamen, el Premio Málaga SUR. El director de 'El callejón de las almas perdidas' se plantó su chaqueta de cuero por la mañana para inaugurar su estrella en el paseo marítimo, ofrecer una masterclass cuyas entradas se acabaron en minutos pese a que la lluvia no animaba a hacer cola frente a la taquilla y culminó la noche en el Cervantes, donde mostró su agradecimiento al cine nacional para 'curarse' y madurar tras su primera etapa en Hollywood. «Tras hacer »Mimic« en Estados Unidos, volví a España para recuperar la fe en la vida y en el cine», dijo el cineasta mexicano sobre sus imprescindibles cintas 'El espinazo del diablo' y 'El laberinto del fauno'.

Está desde antes incluso de que se institucionalizara la alfombra roja. Marisa Paredes ha participado en el Festival de Málaga desde su primera edición y es de las que más veces ha pisado el escenario del Teatro Cervantes para aplaudir a compañeros o entregar galardones. También ha competido varias veces en la sección oficial y, en 2010, ganó el premio Nesspreso a la mejor actriz por la cinta de Vicente Molina Foix, 'El dios de madera'. La actriz volvió a Málaga el día de la clausura y confesaba que no estaba en sus planes recoger el galardón, porque no pensaba que podía ganar. Pero al enterarse de que su premio estaba patrocinado por una marca comercial se mostró contraria, rehusó recogerlo y dio plantón al festival en la gala de clausura.

Los clásicos de nuestro cine siempre dejaron momentos irrepetibles en el festival. Fernán-Gómez con su carisma, Leblanc con su beso al suelo del Cervantes y Paco Rabal con su poema al recoger el premio honorífico en el Cervantes de manos de su mujer, Asunción Balaguer. Con su inseparable gorra que se quitaba para brindar en pose torera al personal como haría su personaje Juncal, el actor llegó dando aire a su fama de galán al afirmar que la ciudad le recordaba «a una novia muy guapa que tuve aquí» y poniendo en pie al teatro Cervantes. Un aplauso prolongado al que respondió con un poema en el que rememoró sus recuerdos flamencos (Juan Breva y la Cañeta); hizo un brindis al arte (Picasso), mostró su agradecimiento al público («A toda la gente buena que come pescaíto frito y de alegría se alimenta») y acabó hilando fino al mezclar al gran actor de la ciudad con su célebre cinta malagueña y cofrade, 'Amanecer en Puerta Oscura': «Al gran Antonio Banderas, que no olvida su Málaga, y al buen Jesús el Rico, que por segunda vez me absuelva».

Otra personalidad arrolladora de nuestro cine que dejó escenas inolvidables en el Cervantes fue Concha Velasco, que con su imponente traje rojo y arrodillada en las tablas del teatro protagonizó uno de los momentos más emocionantes de la undécima edición de 2008. Rodeada de amigos, recibió el galardón de manos del escritor Antonio Gala e hincó la rodilla en el escenario con los brazos abiertos para agradecer el aplauso del público que no cesaba. «Lo más emocionante es que hoy está aquí toda mi familia», dijo la mítica actriz que, al borde de la lágrima, hizo subir a todos los suyos, a los que dio las gracias y pidió perdón por si alguna vez les «había hecho daño».

La alfombra roja no fue lo único imitado del Festival de Cine Español de Málaga. En el éxito del certamen y su buena fama en la industria nacional tuvieron mucho que ver la puesta en escena de sus impecables galas, con una escenografía cuidada, unos guiones trabajados hasta la última coma y un reparto de presentadores de altura. Y en ese estilo que marcó época y mantiene el festival hoy día fue determinante la dirección artística del director, escenógrafo y figurinista de teatro, cine y ópera Gerardo Vera, que permaneció nueve años al frente de las ceremonias y la puesta en esccena del certamen.

Se estrenó en el Festival de Málaga en 2009 con 'Fuga de cerebros'. Apenas tenía 22 años, pero Mario Casas ya sabía bien lo que era la fama. La serie 'Los hombres de Paco' le había convertido en el chico de oro de la pantalla junto a su también compañero Hugo Silva y la alfombra roja de Málaga solo lo confirmaba. Mario Casas se dejó querer ante decenas de fans que le pedían a gritos un 'selfie', un beso y un autógrafo en la primera de otras muchas semanas de cine que pasaría en la capital de la Costa del Sol. A lo largo de los años ha vuelto con películas a competición, con avances de largometrajes y también con series; solo, con su novia o incluso acompañado de su hermano. Y de Málaga se llevó en 2013 una Biznaga de Plata, uno de los primeros reconocimientos de su carrera como actor, por su interpretación en 'La mula'.

Después de Málaga, empezó todo. Rodrigo Sorogoyen presentó en 2013 su primera película en solitario, 'Stockholm', una apuesta del festival por una pequeña producción de apenas 60.000 euros de presupuesto sustentada en el micromecenazgo. Fue de las primeras películas españolas en llegar a la pantalla gracias a ese sistema alternativo de financiación que empezaba a extenderse en un país y una industria afectada por la crisis económica mundial. Y la cinta arrasó con tres Biznagas (dirección, mejor actriz para Aura Garrido y guionista novel para Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen) y la Mención Especial del Jurado de la Crítica. Fue el espaldarazo definitivo a la carrera del cineasta, nominado meses después a director revelación en los Goya, una estatuilla que finalmente lograría con el corto 'Madre' (2018) y el largo 'El reino' (2019). En 2018 regresó al Festival de Málaga por la puerta grande, como homenajeado del Premio Málaga Talent-Eloy de la Iglesia.

En 2012 Paco León era un actor y un cómico de gran popularidad: El Luisma de 'Aída', la Raquel Revuelta de 'Homo zapping'. Pero su paso por el Festival de Málaga le convirtió además en un respetado director de cine con su sorprendente debut en la dirección con 'Carmina o revienta'. Paco León se llevó tres Biznagas de Málaga, entre ellas el codiciado Premio del Público, pero sobre todo un unánime aplauso de la crítica. Los Goya lo avalaron meses después con tres nominaciones, incluida la dirección novel. Desde entonces su conexión con el certamen ha sido especial. Dos años después volvió a elegir Málaga para el estreno de la segunda parte de su disparatado retrato familiar, 'Carmina y amén'. Y de nuevo abarrotó las salas de cine y la rueda de prensa con la gracia natural y la espontaneidad de su madre Carmina Barrios y la especial relación entre ambos. En 2015 regresó al festival, pero esta vez ya con todos los honores para recoger el Premio Eloy de la Iglesia para los grandes talentos españoles.

El nombre de Mabel Lozano está estrechamente unido al Festival de Málaga desde 2008 cuando la actriz y documentalista se puso al frente de la sección 'Afirmando los derechos de las mujeres'. El proyecto, con la colaboración del Área de Igualdad de Oportunidades del Ayuntamiento de Málaga, nace con el fin de explorar y tratar cada año temas que contribuyan a la concienciación social de los derechos de las mujeres. Se concibe con una doble finalidad: informar de las injusticias que todavía en este siglo siguen sufriendo las mujeres por el mero hecho de ser mujeres, y fomentar y apoyar el trabajo de las cineastas. Mabel Lozano desarrolla desde hace años un intenso activismo feminista, un trabajo que se ha visto reconocido recientemente con el Goya al mejor cortometraje documental por 'Biografía del cadáver de una mujer' (2021), donde da voz a las víctimas de la trata.

Antonio de la Torre recuerda perfectamente la primera vez que se alojó como actor en el AC Málaga Palacio. Era 2006 y presentaba en el festival 'Azuloscurocasinegro' de Daniel Sánchez Arévalo. «¿Cómo dice? ¿Adolfo de la Torre?», le preguntó el recepcionista. Poco después ganaría su primer Goya y ya nadie se confundiría con su nombre. Pese a los muchos éxitos el malagueño nunca se ha desvinculado del certamen de su tierra, donde volvió a competir con 'Cobardes' dos años después. Además, en 2015, obtuvo la gran distinción honorífica del festival, el Premio Málaga SUR (momento de la foto), y regresó en 2019 a las pocas semanas de conquistar su segundo cabezón por 'El Reino' para promocionar el corto 'Black Bass', del malagueño Rakesh B Narwani.

Silvia Abascal reconoce haber vivido en Málaga algunos de sus mejores momentos profesionales, pero también el más difícil a nivel personal. La actriz sufrió en 2011 un ictus hemorrágico en el hall del AC Málaga Palacio mientras esperaba al coche que la llevaría a la alfombra roja del Festival de Málaga para asistir a la gala de clausura. Fue ingresada de inmediato en el Hospital Regional de Málaga para ser trasladada seis días después al Gregorio Marañón de Madrid, donde fue intervenida por una malformación vascular congénita cerebral. Lo superó. Poco a poco, salvando muchas dificultades, Silvia Abascal fue recuperando su vida pública y su lugar en la profesión, pero había un hito marcado en rojo en su agenda vital: volver a Málaga. Lo hizo en 2014 desfilando frente al Cervantes con un poderoso vestido rojo, levantando el brazo en señal de victoria y llevándose la mano al pecho en un gesto emocionado. Al año siguiente presentó la gala inaugural.

Mucho se ha hablado del fenómeno fan surgido en Málaga y experimentado por un cine español poco acostumbrado a estos baños de masas. En la segunda edición ya se plantó una alfombra ante el Cervantes para la llegada de los actores y las entrevistas con la prensa que acudía a las galas. Pero paralelamente el público también hizo suyo el certamen y se acercaba a las inmediaciones del teatro para ver a los actores. Y el primero en ser asaltado en plena calle fue Santiago Segura, que con el estreno de su saga 'Torrente' llevó a millones de espectadores a las salas. Algo poco habitual también en aquel cine español de hace más de dos décadas. Segura además dejó muchas sonrisas en aquella edición con una disparatada gala de clausura que presentó con el Gran Wyoming y en la que apareció en pantalón corto.

La directora Carla Simón también es de las que puede presumir de Biznaga de Oro. La logró de forma unánime con 'Verano 1993', una cinta que ya venía con el premio ópera prima de la Berlinale y que se convirtió en una auténtica revolución en la vigésima edición con la historia de una niña que tiene que afrontar una adopción tras el fallecimiento de sus padres por sida. Una forma de contar y una sensibilidad que descubrieron a una directora que ahora ha vuelto a sorprender con 'Alcarrás', que ha convertido a la cineasta en la primera que gana para España el Oso de Oro en Berlín en más de tres décadas. Una cinta que se puede ver esta edición en Málaga, aunque esta vez fuera de concurso.

La de Miguel Herrán es una historia de película. Con 17 años, a la una de la madrugada de un día entre semana se cruzó con «¡el de 'Aquí no hay quien viva!'». Daniel Guzmán le escuchó, se acercó a él y a sus amigos y les preguntó: «Qué estudiáis, cuántos años tenéis, conducís moto, tenéis calle hecha...». Y Herrán, nacido en Málaga y criado en Madrid, lo tenía todo. «¿Te gustaría hacer una película?». El resultado fue 'A cambio de nada', el debut en la dirección de Daniel Guzmán, el retrato de su difícil adolescencia. Al joven aquello le cambió la vida. De ser un bala perdida -como el protagonista- se centró en los estudios para terminar la ESO y empezar interpretación. Lo que vino después es de sobra conocido: un Goya al actor revelación y un papel en 'La casa de papel', la ficción española de mayor proyección internacional de los últimos tiempos. En 2020 regresó a Málaga ya convertido en un actor de éxito con 'Hasta el cielo' de Daniel Calparsoro, pero este 2022 será especial: vuelve junto a Daniel Guzmán en su segunda película como director, 'Canallas'.

Vinieron tantos amigos que casi no cabían en el escenario. Ventura Pons, Fernando Colomo, Fernando Trueba, Joaquín Oristrell, Imanol Arias, Manuel Gómez Pereira, Verónica Forqué, Jorge Sanz y Beatriz de la Gándara. Y todos hablaron mucho y bien de la homenajeada con el Premio Málaga SUR en 2010. Pero cuando Rosa María subió al escenario del Cervantes, puso una media sonrisa y soltó: «Lo más tremendo de todo esto es que no se lo creen. Están convencidos de que me conocen y eso es imposible. Todos tenemos un tamiz que nos hace ofrecer a los demás una parte de nosotros. Y esa idea no es la verdad». La reina de la ironía mostró su genio aquella noche, en la que estuvo divertida y feliz a partes iguales, sobre todo tras recibir el premio de manos de su propio hijo Pol.

El cineasta catalán es, junto Gracia Querejeta, el único director que puede presumir de tener dos Biznaga de Oro en su filmografía. Primero llegó como un desconocido con '10.000 km' a la edición de 2014 y salió premiado con el máximo galardón para su ópera prima, que más tarde le reportaría también el Goya al mejor director novel. El reconocimiento en Málaga se repitió en 2019 con 'Los días que vendrán', otra película pequeña en la que el cineasta daba muestra de su sensibilidad y talento al convertirse en el gran triunfador de la vigesimosegunda edición. Uno de los nombres indiscutibles de la cantera surgida del certamen malagueño.

Estuvo en la primera edición y aquí sigue un cuarto de siglo después. Evaluando películas en el comité de selección de la sección oficial a concurso y presentando todas las ruedas de prensa de la competición con su habitual flema y golpes de humor. El director Fernando Médez Leite es uno de los personajes imprescindibles del Festival de Málaga y memoria viva de su trayectoria. Por ello, en esta 25 edición, el certamen ha preparado un volumen especial con todas las películas ganadoras de la Biznaga de Oro en el que el cineasta, crítico y profesor revisa las aportaciones de este palmarés de lujo al cine español y en español.

Principio y fin de este repaso se puede hacer con Alejandro Amenábar, que después de deslumbrar con 'Tesis' (1996) y con 'Abre los ojos' (1997), ya participó como jurado del festival en la segunda edición de 1999 en la que triunfó la cinta de Enrique Gabriel 'Las huellas borradas'. Desde entonces, el director ha ganado el Oscar, el Globo de Oro y nueve Goyas, aunque nunca había aceptado un premio honorífico hasta que el Festival de Málaga le propuso en 2021 el Premio Málaga Diario SUR. Y con la Biznaga en la mano, aseguraba que recibía el galardón como un mensaje del público que le decía: «Chaval no lo has hecho mal. Sigue contando historias».

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