Crítica Festival de Málaga 'Lo que queda de ti': otro duelo que sale bien

La historia arranca con dos hermanas enterrando a su padre, fallecido en accidente de tráfico. Una se quedó en el pueblo y la otra voló a Nueva York con su piano y está a punto de grabar un disco. Pero la tecla de 'Lo que queda de ti' es el sentimiento de pérdida de la hija ausente. Y ahí, Gala Gracia nos cuenta un conmovedor y conflictivo drama personal sobre el sentimiento de culpa, la nostalgia y la reconciliación con el pasado y con uno mismo cuando la artista decide quedarse para que la granja familiar se mantenga. Aunque en realidad lo que busca es recuperar el tiempo perdido con su padre. El relato nos suena y lo que va a pasar se intuye, pero la directora modela una película con momentos cautivadores y planos cargados de belleza y soledad que, no obstante, se aleja del romanticismo urbanita por el campo y te muestra la dureza de este medio. Se nota que esta historia le sale a la autora de dentro y además lo cuenta con habilidad. Y con la complicidad de esas dos hermanas tan diferentes, tan iguales subidas al tractor: Laia Manzanares y Ángela Cervantes.

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El pequeño filme de Gala Gracia salvó una jornada con mayoría de cine latinoamericano que no convenció. Una lástima porque se estrenaron sendas propuestas cercanas a la comedia, pero que no llegan a estallar, por seguir con el símil pirotécnico. De Uruguay llegó el debut en la dirección de Gerardo Minutti, 'Perros', que expone esas miserias que todos escondemos detrás del visillo. Quien haya estado en una reunión de comunidad se sentirá identificado con esta película, porque la condición de vecino saca lo peor de algunos y del que tiene enfrente. Eso pasa en esta película cuando los Saldaña se quedan al cargo del perro y la casa del chalé contiguo y acaban tomándose más libertades de la cuenta. La honestidad, la envidia, la diferencia de clase, la tentación y la mentira surgen en esta comedia negra que, desafortunadamente, no es lo uno ni lo otro: ni llega a hacer gracia nunca ni tiene la suficiente mala leche. Pese al título, le falta morder. Y más que opresiva, resulta soporífera.

Hablando de vecinos, de Argentina llegó ayer 'Culpa cero', protagonizada por Valeria Bertucelli, que codirige esta pretendida comedia mordaz sobre el mundo editorial junto a la realizadora Mora Elizalde. Otro filme fallido que daba para más, aunque con algunas escenas francamente divertidas, sobre todo en su primera parte. Gracias a una Bertuccelli que pone todo su oficio y carisma en encarnar a una escritora tan pico de oro como caradura, que vende libros de autoayuda como churros, aunque en realidad el mérito es de su 'negra'. El juego con Séneca y el retrato de la sociedad actual es demoledor. Incluso la cancelación de la protagonista viene al pelo del reciente caso de Karla Sofía Gascón, pero este relato sobre los errores y la manipulación se acaba quedando sin ideas. Y la película se repite como uno de esos malos libros de autoayuda que firma la protagonista sin haberlos escrito.