¿Qué son 60 años para el arte?

Las gracias habrá que dárselas a Kike Mesa, el director y productor de un nuevo presente que pronto tendremos el placer de disfrutar y el que, con anécdota de por medio, chispa incluida y mucha desobediencia titulan 'Prohibido ser actor. Estereograma de Lucio Romero'. Es el mismo homenajeado quien, a sus 87 años y tono risueño, nos cuenta de dónde viene esa prohibición expresa de hacer lo que realmente le gusta: «Yo soy un actor rebelde, y esa era la frase que me decía mi padre. Yo no había nacido para ser carnicero... ¿Qué hace un artista cortando chuletas? Es el que se las tiene que comer. Aunque bueno, hubo un tiempo en el que pasé hambre, eso es verdad, pero lo volvería a hacer», relata con ímpetu y con la misma fuerza que la juventud otorga.

Ayer mismo se presentaba en el Rectorado de la UMA, en la sección de NeoCine, este proyecto al que le queda poco tiempo de cocción. Romero cuenta que «falta que vengan a mi casa a escanear, ¿se dice así?» todas esas imágenes de una vida dedicada al arte en las que el actor posa junto a los grandes (como él) del cine: Fernando Fernán Gómez, Alfredo Landa, Irene Gutiérrez Caba o Mari Carmen Prendes, entre la veintena de nombres que Romero enumera con un cumplido para cada uno de ellos.

En palabras del artista, «es un documental entrañable», en el que muchos amigos que le han acompañado durante su carrera prestan testimonio para explicar por qué es necesaria una ovación y recuerdo constante a un intérprete, amante del teatro y el cine, que sigue dando corazón y vida por una profesión que le llevó por muchos puntos del globo: «He llegado a 60 años de oficio sin ayuda de nadie, sin enchufes, sin ponerle la zancadilla a ninguna persona... Creo que por eso me quieren tanto», apunta con orgullo sobre su trayectoria y aquellos que le acompañan por el camino. Aunque reconoce que Mesa aún no le ha «dejado ver nada del documental, ni un poquito», por lo que tendrá que esperar paciente para esta «segunda parte» de su vida.

Otro reconocimiento a un esfuerzo encomiable (y comestible) y que cumple su cuarta edición a los fogones, los Premios de Cinema Cocina le otorgaron la Biznaga de Plata al Mejor Largometraje y el Premio del Público en esta 24 edición de cine en Málaga a 'De quijotes y semillas'. Se trata de una historia a lomos de una bicicleta rocinante en la que sus protagonistas llevan una huerta móvil: un total de 900 kilómetros de manera sostenible para visitar muchos de los puntos de la España olvidada y despoblada, desde Tudela hasta Málaga repartiendo semillas de esperanza: «Al final estamos llevando el norte al sur», apuntan.

'PanSoy, cambiando vidas' se llevó el mismo premio en la modalidad de cortometrajes con el foco puesto en un grupo de emprendedores de Perú con un proyecto solidario entre manos: ayudar a aquellas personas con menos recursos. 'Basajaun' obtuvo el reconocimiento del público en la categoría de corto por su acción reivindicativa hacia el viñedo.

Y si de alzar la voz para acabar con las injusticias va la película, a Manuel Jiménez, Tània Balló y Serrana Torres les sobran los motivos para que la tercera parte de su documental 'Las Sinsombrero' llegue a buen puerto. Aquellas mujeres de la Generación del 27, no reconocidas y olvidadas, vuelven a tener ahora su espacio en este proyecto al que Jiménez no le ve un final explícito, aunque hayan cerrado con este documental una trilogía realmente bella, documentada e interactiva que cualquier persona y de cualquier edad debería conocer. 'Las exiliadas', aquellas mujeres que dejaron España tras la guerra y partieron a países como México o Argentina, son ahora su objetivo para no dejar que muera su legado, historia y acción por crear un mundo mejor a través del arte, algo similar a lo que Lucio Romero sigue haciendo en vida, con mucho que contar y espacios en los que actuar.