Aún recuerda que cuando Scorsese estrenó 'El irlandés' lo que más le preocupaba era tener que dejar el móvil sin sonido más de tres horas. Porque Borja Cobeaga (San Sebastián, 1977) descubrió los colmillos del miedo hace ocho años, cuando fue padre: «Estoy tenso desde entonces. La paternidad me ha instalado una preocupación permanente». Poco que ver con la generación anterior, «más pasota». Poco que ver con su padre, fallecido en 2023. Aquellos padres despreocupados, en muchas ocasiones ausentes, han dado paso a una angustia perpetua: «Lo vivimos todo con una intensidad que no es buena. Hay mucho melodrama ahora en la crianza, una sobreprotección terrible». Por eso Cobeaga, detrás de éxitos como 'Ocho apellidos vascos' y 'Pagafantas', vuelve a decantarse por la comedia: «Es un género que me gusta porque relativiza cosas que nos tomamos muy a pecho».
Publicidad
En 'Los aitas', presentada ayer fuera de concurso en el Festival de Málaga, propone una road movie protagonizada por cuatro padres que, a finales de los ochenta, se ven obligados a llevar a sus hijas a un campeonato de gimnasia rítmica en Alemania. El viaje deja al descubierto las carencias de los cuatro hombres encarnados por Juan Diego Botto, Quim Gutiérrez, Iñaki Ardanaz y Mikel Losada, para quienes el cuidado de sus hijas es una cuestión epidérmica, algo que no va con ellos. «Son absolutos incompetentes emocionales», resume Botto. La mirada de Cobeaga es más tierna, incluso empática. «Siempre es muy generoso con las miserias humanas», reconoce el intérprete de 'Martín H', «aunque la crítica está implícita».
Esa masculinidad, que ahora en pantalla resulta cómica, «vuelve a defenderse con impunidad y orgullo», denuncia Quim Gutiérrez en un evidente dardo al auge de la ultraderecha. Pero sin nombrarla. Porque en el festival las entrevistas se suceden en un carrusel minutado y perverso que supone el anticlímax de cualquier conversación y, con ellas, los titulares sacados de contexto. «Quim Gutiérrez no descarta interpretar a Jesulín de Ubrique en el biopic de Belén Esteban», reza el primer resultado en las noticias de Google cuando se busca el nombre del actor catalán. Botto tampoco se libra: «Juan Diego Botto no se plantea participar en la serie sobre Isabel Pantoja». Ellos ríen, resignados. Están acostumbrados.
Cobeaga admite que 'Los aitas' «no es una comedia loca, como otras que he hecho». Tampoco era su intención: «Me dedico a esto porque me parece flipante que un chiste que escribes en tu casa despierte las carcajadas de un desconocido cinco años después, me parece magia». No hay muchas más ambiciones, al menos aparentes: «Aspiro a hacer pelis normales, que no vayan ni al Festival de Rotterdam ni sean chabacanas. Que sean populares pero no insulten la inteligencia del espectador». Arriesgadas a veces, como 'Su majestad', la serie de Movistar en la que Anna Castillo interpreta a una joven princesa, futura reina de España.
—En la serie muestra a unos jueces metiéndose rayas en el picadero del Rey después de jactarse de condenar a raperos por sus letras. ¿Tiene límites el humor?
—No me gusta la hipocresía. A veces detecto que hay asuntos sobre los que se bromea en la calle pero que aún no han llegado a la ficción. Y yo siempre intento ponerlo en pantalla, desde las cobras en 'Pagafantas' hasta las bromas sobre ETA en 'Ocho apellidos vascos' o ahora sobre la Corona en 'Su majestad'. Siempre ha habido preocupación por parte de los productores, pero luego no pasa nada. El público está más avanzado de lo que pensamos y el error es tratarlos de ingenuos.
Publicidad
—¿Y la Academia? Los Goya casi nunca premian comedias.
—No puedes estar a setas y a Rolex, como en el chiste de los vascos. Si haces una comedia popular y la gente va a verla, encima no quieras quinientos Goya. Pero considero que hacer comedia es más arriesgado que hacer drama. El silencio en una comedia es humillante y en el drama se disimula mejor. Ojalá los festivales acogieran más comedias. Se puede hacer comedia popular y de calidad, yo estoy convencido. Y en España tenemos ejemplos como 'Mujeres al borde de un ataque de nervios', 'Ópera prima' o 'El amor perjudica seriamente la salud'. Es una pena que ahora la mayoría de comedias que se estrenan sean remakes de películas italianas o francesas.
Volviendo a 'Los aitas', Botto y Gutiérrez analizan las claves de sus personajes, hundidos también en lo profesional: «Son hombres cuya fuente de seguridad es el trabajo, llevar dinero a casa. Y si pierden eso, ¿qué les queda? Cuando en la película intentan sostener esa máscara es cuando se producen los momentos más graciosos».
Publicidad
—Y vosotros, ¿sois nostálgicos?
—Botto: La nostalgia encierra siempre algo peligroso, una mirada idealizada del pasado. Es una negación de los cambios, que son la parte inevitable de la vida.
—Gutiérrez: Es un tema que me apasiona. Leo mucho sobre todo esto, me encanta. Y creo que la aceptación radical del presente es la mejor forma de encontrar la paz.
Dejémoslo ahí. «Qué final más elevado, ¿no?», se ríe Quim. Toca otra entrevista.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.