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Hace seis años que no viene a Málaga, el lugar donde se destapó como un auténtico fenómeno fan frente a las puertas del AC Málaga ... Palacio y en la alfombra roja del Cervantes. La euforia juvenil a su paso no ha cambiado demasiado (ayer repetían su nombre quienes hacían guardia en el hotel), pero han pasado muchas cosas desde entonces. En lo profesional, ha ganado un Goya y ha seguido manteniendo el tipo en el cine. En lo personal, ha madurado, lleva una vida sana, hace más deporte que nunca e incluso ha dejado el alcohol y el tabaco. Se ha hecho mayor y regresa al festival con un proyecto diferente a lo acostumbrado, la película 'Molt lluny', ópera prima de su amigo Gerard Oms. Un filme de corte independiente, con un importante componente autobiográfico, donde interpreta a un joven que busca su identidad.
-Mario, ya te echábamos de menos en el Festival de Málaga.
-Gracias. Yo a vosotros también.
-Han pasado seis años desde que viniste con la serie 'Instinto'. En este tiempo el festival ha cambiado y tú también.
-Sí, pero no tanto. Miro para atrás y realmente en la esencia, en lo que era con veintipocos, sigo siendo el mismo. No recuerdo cuándo vine la primera vez, no sé cuántos años tendría, 19 o 20 a lo mejor. Me parece increíble. Yo he conocido lo que es un festival de cine aquí. Esto era una locura.
-Es que has vivido momentos muy locos en este festival.
-Sí, sí, he vivido que me tirarán del pelo, que no me soltaran, de todo... Al final son anécdotas que uno vive y le tengo mucho cariño al festival.
-Y confiésalo, también mucha fiesta.
-Sí, pero ahora ya no. Por ejemplo, ayer ya ni a cenar. Me quedé aquí y he ido a correr esta mañana por la playa. Con eso te lo digo todo. Ahí sí que he cambiado (ríe). Me he hecho como diez kilómetros esta mañana con mi hermano Cristian. Es una cosa también que hago desde hace unos años, aparte de porque me gusta correr, porque es una manera muy bonita de conocer las ciudades.
-Y además he visto que has dejado el alcohol. Una declaración que ha dado varios titulares.
-Sí, sí. Y de fumar también. Es verdad. Me hace gracia que suene tanto que haya dejado de fumar y de beber alcohol. Pues sí, quiero cuidarme, quiero tener una vida más sana, más deportista. Hacer deporte y llevar una vida sana es algo que ahora me aporta todo cosas buenas. Entonces, poca fiesta.
-Te has hecho mayor.
-Un poco, claro. Es lo que toca. Hay que disfrutar de los momentos y de las etapas de la vida. Y ahora estoy en otra. Tengo 38 años y me gusta disfrutar desde otro sitio. Ahora vengo aquí y me gusta parar, y de repente estoy viendo la ciudad (dice mirando a la Alcazaba que tiene de frente en la terraza del AC), por la mañana me voy a correr, a ver el mar. Sí, hacerse mayor.
-Aún así, las chicas que hay abajo, en la puerta del hotel, te están esperando a ti. El fenómeno fan sigue.
-Bueno, somos unos cuantos, sí. Piensa que mucha gente, mucho público, ha crecido conmigo, desde que tenía 18 o 19 años. Y hay muchos jóvenes, nuevas generaciones, que retoman pelis o series que he hecho. También estar en redes y estar siempre ahí con pelis hace que la gente al final te conozca.
-Con esta película apuestas por el cine independiente. ¿Te parecen ahora más interesantes este tipo de propuestas?
-Pues mira, realmente me llega muy poco cine indie, autoral o como, en este caso, una película de un director novel. Pero no la hago porque sea un tono o un género de autor, sino por el director. Llevamos trabajando cinco años juntos, lo conocí en 'No Matarás', es mi 'acting coach' de todas las pelis que he hecho. Y se lo dije, si algún día escribes una peli en la que yo pueda encajar, la hago. Veía que tenía un talento enorme para dirigir actores y para contar historias. Me siento muy orgulloso por lo que ha conseguido.
-Es probable que no te llegue más cine indie porque piensan que vas a decir que no.
-Puede ser, no sé el motivo, pero a mí me encantaría. Este año hay bastantes películas de cine autoral que cuentan historias preciosas. Y muchas veces en este tipo de cine y en las primeras películas hay menos miedo que cuando ya llevas tres o cuatro pelis. Te desinhibes más, vas un poco más a lo loco, porque no sabes lo que va a pasar, y creo que esto da muy buenas primeras películas. Hay algo en todo eso que a mí me gusta, me encanta. Pero es cierto que no me acaban de llegar películas de este tipo de corte.
-¿Sientes que te costó ganarte el respeto del cine y de la crítica?
-Bueno, yo creo que ya no es ganar, tampoco lo veo así. Yo me he esforzado y me sigo esforzando como el primer día. Con esta peli hemos trabajado con Gerard muchísimo preparando el personaje. A lo mejor hay gente a la que no le gustas tanto, pero si trabajas, te esfuerzas, eres alguien que lucha por hacerlo lo mejor posible, eso se ve. Sí me he hecho un poco más mayor, y sí también hay algo más de respeto. Pero por la edad también. Me pasa con la prensa, con la crítica, pero me pasa también con el público, con la gente que te encuentras y que ya no te hablan solo de 'Tres metros', ya te hablan de todo tipo de películas y de cine. Te das cuenta que han crecido contigo y que siguen viendo películas tuyas.
-Hablaba el director de la necesidad que tenemos muchas veces de alejarnos del grupo, de la realidad que uno vive, para verlo todo con distancia. ¿Tú has sentido esa necesidad de alejarte de la vorágine de esta vida?
-Es salir de esa zona de confort, de lo que te produce nacer en un lugar, de la educación familiar que te dan. En este caso se cuenta a través de un personaje que se va a Utrecht y se queda allí solo. Te encuentras con la vida de cara, no tienes ningún apoyo, no tienes una pata donde cogerte. A mí me pasó con 18 años, cuando me fui a Madrid desde Barcelona. Ahí hubo un antes y un después. Estás solo, no tienes familia, estás buscando un sueño y tienes que buscarte la vida. Creando este personaje, volvíamos mucho a ese Mario adolescente.
-Y seguro que más de una vez has querido escapar también de todo esto, de la fama y de la popularidad.
-No, porque al final tú decides dónde vas. Yo si vengo a Málaga y vengo al festival, vengo feliz. Vengo a promocionar y a enseñarle a la gente algo que he hecho, yo trabajo para el público. Trabajo para vosotros. Lo que quiero es que la gente esté contenta. Al final mi trabajo es entretener al público un rato. Entonces, si sabes dónde vas, te apetece y eres consciente, es algo bonito y se agradece mucho también hablar con periodistas de la película, destripar cómo ha sido, cómo has creado el personaje. Es una parte muy interesante. Si después quiero desaparecer, pues me voy a mi casa, fuera de Madrid, con mi familia, mis amigos o mis perritas. Al final sabes buscarte los lugares donde puedes estar solo o en paz.
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