Lola Salvador, premio Ricardo Franco, reivindica el papel del guionista: «Somos escritores»

Este premio, que se entrega en colaboración con la Academia de Cine para reconocer los diferentes oficios de la gran pantalla, reconoce la firma de Lola Salvador en títulos imprescindibles, como el argumento original de 'El crimen de Cuenca' (1979), una denuncia del abuso de poder y la tortura que se convirtió en la única película secuestrada en plena democracia. La guionista nunca ha perdido ese sentido reivindicativo con la participación en las principales asociaciones como en la propia Academia de Cine, en DAMA Derechos de Autor de Medios Audiovisuales y en el Sindicato de Guionistas, el que «mejor ha funcionado» desde su punto de vista. «Las asociaciones están llenas, igual del mundo, de gente estupenda y de grandes hipócritas. Cuando algo funciona bien durante mucho tiempo, te asombra», señaló.

La guionista también es crítica con las nuevas formas de llamar a ciertos papeles dentro del mundo del cine. «¿Qué es eso de 'showrunner'? Eso es mentira. Eso de la idea o del creador de la serie es para llevarse el dinero de los que escriben», defendió Salvador, quien apuntó una simple idea: «Un guionista es un escritor». La profesional considera que esto contribuye a que su trabajo empeore por el dinero y el control sobre el creador.

Los premios no son plato de buen gusto para la escritora. «Me horrorizan», llegó a decir. Sin embargo justificó el haber dicho que sí a este: se llama Ricardo Franco y la llamó Juan Antonio Vigar. «Lo bonito que ha ocurrido es la relación que hemos empezado a establecer su hija Lola y yo», dijo sobre el guionista que da título a este galardón. Salvador tampoco está de acuerdo con que el premio no esté dotado. «El premio Lola Salvador tiene 30.000 eurazos, eso es un premio de verdad», reivindicó para no sentir que su profesión «no interesa a nadie».

A pesar de su extensa trayectoria, Lola Salvador prefirió reivindicar y lanzar un mensaje para que la sociedad no esté «idiotizada» ante las noticias que se ven a diario como los mensajes de Donald Trump o las guerras. «Si alguien quiere unos cañones, que se los pague él», aseguró.