Secciones
Servicios
Destacamos
Imanol Uribe es uno de los grandes directores españoles de los últimos 30 años. En su carrera hay temáticas diferentes, pero siempre con la historia o la política como telón de fondo. En 2022 ha regresado a Málaga para presentar 'Llegaron de noche', un relato ... sobre la matanza de los jesuitas españoles en El Salvador.
– ¿Por qué ha querido contar esta historia?
–Bueno, a nivel personal me afecta. Yo nací en El Salvador, estudié en los jesuitas, conocí al padre Ellacuría... Me impresionó muchísimo la matanza, que me pilló en Sudamérica. Hace seis años leí una novela de Jorge Galán que se llama 'Noviembre' que habla de muchas historias de El Salvador, entre ellas la de Lucía (la protagonista). Y pensé que aquí estaba el vehículo para contar la matanza, a través del recorrido del personaje.
–Es curioso, porque si uno no conoce la historia detrás de la matanza y ve la película, la sensación es que todo acabará bien para ella, que al final contará toda la verdad. Pero entonces la realidad hace que la película acabe.
–Es más, estuvo a punto de ocurrir lo contrario, que ella diera una rueda de prensa contando lo que no era, porque en un momento determinado le quebraron la voluntad tras la presión del interrogatorio. En la cinta se observa ese camino. Afortunadamente apareció un jesuita hijo de una multimillonaria irlandesa que se movía muy bien por los pasillos de Washington. Él los rescató (a Lucía y a su marido).
–Pero fíjese, incluso alguien aparentemente poderoso tampoco consigue el objetivo real, que era que la gente conociera la verdad.
–Exacto, pero lo que sí pasó fue que después de la matanza de los jesuitas, el Senado de Estados Unidos cortó las subvenciones al ejército salvadoreño y dejó de apoyarles militarmente. Eso fue el principio del fin de la guerra civil.
–La película acaba donde acaba, pero como espectador aparecen esas ganas de saber qué fue de ella.
–Lucía vive en un pequeño pueblo de... fíjese cómo son las cosas que le da miedo decir dónde vive. Está en California. Jamás pudo regresar a su casa.
–En el capítulo narrativo, resulta especialmente interesante esas diferentes líneas que van entrelazándose entre sí. No sé si eso ha supuesto un reto a la hora de escribir el guión o de montar la película.
–Sí, la idea era huir de lo lineal y desmenuzar la historia a través del núcleo duro de la película, que es el interrogatorio al que sometieron a esta pobre mujer y su pareja tras sacarlos de allí. Utilizar las idas y venidas del interrogatorio nos parecía un buen sistema de estructura de la historia.
–Y luego está la secuencia de la matanza en sí misma, que es dura, pero sin ser extremadamente explícita.
–Está basada en los testimonios de lo que allí pasó. En su momento hablaron algunos de los responsables, pero les amnistiaron rápidamente. Hoy están en la calle vivitos y coleando. Nosotros hemos intentado contar lo que ocurrió de la forma más exacta posible, aunque por motivos obvios tuvimos que rodar fuera de El Salvador, en concreto en Colombia. Pero fíjese, cuando Lucía la vio pensó que lo habíamos rodado en su país.
–¿Cómo cree que se va a encajar esta película en El Salvador cuando se estrene?
–No lo sé, pero me consta que hay bastante revuelo porque me están llegando correos de gente que quiera verla. Hay expectativa, pero no se podía estrenar hasta que pasase por Málaga.
–Esta película llega en el momento de la invasión de Ucrania. En Europa estamos condenando muchas de las actitudes de Rusia, pero algunas de estas las ha cometido Estados Unidos también. ¿Qué le parece? Porque en 'Llegaron de noche' se puede percibir muy bien...
–Son los poderes, los bloques, la influencia, la propaganda, los intereses creados... Durante mucho tiempo ha sido 'el amigo americano' y tras el telón de acero estaban los malditos comunistas. Yo creo que lo de Putin es condenable en cualquier caso, pero como la participación de Estados Unidos en Chile, Argentina o El Salvador.
–Claro, es que al principio de la película incluso parecen los americanos los salvadores de Lucía.
–Sí, los buenos. Los Estados Unidos tuvieron una política terrible durante esos años en Latinoamérica. Fue terrorífico.
–Siguiendo un poco con esto del cine y de la política. Hace poco vi de nuevo 'Días contados' (1994) y tuve la sensación de que ahora sería más complicado hacerla. ¿Lo cree así?
–Hacer 'Días contados' ahora sería más problemático que cuando la hicimos, que era un tiempo jodido. Es que de repente que el protagonista de la película sea un terrorista...
–Un terrorista con el que se empatiza.
–Exacto. Aún recuerdo que un año después del estreno se emitió la película en televisión, y en esos días hubo un crimen de ETA. Entonces se publicó una columna en 'El País' en la que prácticamente se nos acusaba de haber apretado el gatillo. Pues ahora creo que sería aún más complicado.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.