27 Festival de Málaga: 'Nina', un 'western' de venganza que denuncia los abusos y la ley del silencio

'Nina' adapta la obra de teatro homónima de José Ramón Fernández sobre una mujer atormentada que vuelve a su pueblo después de muchos años en busca de venganza. Una historia de una huida y un regreso abrupto que se irá desvelando poco a poco con una relato paralelo entre el presente y el pasado, los años 90, en el que el personaje central de la protagonista está interpretado por Aina Picarolo. Ese drama que arrastra Nina tiene que ver con un abuso, aunque la directora huye de los clichés.

«Si vamos a retratar buenos y manos es fácil construir al monstruo, pero para él aquello fue una cosa de dos. La mujer de Antonio Machado tenía 13 años, así que está bien que mostremos personajes que no son estereotipos de maldad», ha explicado la directora, a la que su protagonista, Patricia López Arnáiz, ha añadido que la película muestra cómo los comportamientos de acoso y abuso «estaban naturalizados en aquellos momentos». Una situación que la película no reduce a los protagonistas, sino que también amplía a los amigos, vecinos y ese pueblo que nunca dijo nada y olvidó. «La mayor denuncia del filme es frente al silencio cómplice y me parece que es importante poner el punto ahí porque ya no nos podemos esconder más detrás de esto», ha señalado Darío Grandinetti, que da vida a un escritor en el filme.

Esta historia de venganza tiene un punto de vista muy cinematográfico con un homenaje al ‘western’ clásico y, particularmente, a ‘Johnny Guitar’, con su presencia en la cartelera de un cine que aparece en los fotogramas y ese pañuelo rojo al cuello con el que llega Nina al pueblo ‘Vestida para matar’, otra referencia a Brian de Palma, según la directora. Un aire de ‘western’ femenino y suspense que Andrea Jaurrieta añadió al texto teatral original. «En la obra de José Ramón ella vuelve destrozada aunque disculpando en el fondo, por lo que dije que no, que en la película ella vuelve con una escopeta», ha defendido la directora, que también maneja referencias musicales de las bandas sonoras de Bernard Hermann para el suspense de made in Hitchcock. Una gran coctelera de influencias y homenajes en esta película que tampoco oculta la referencia a Carlos Saura y su ‘Ay, Carmela’ que sirve para situar el pasado en los años 90.

Ese carácter metafórico tan presente en el filme no solo determina la música, sino también en el rojo predominante en el personaje principal. «Sabíamos que ese color tenía que estar presente en la película por referencia al ‘western’ clásico, al technicolor y al elemento simbólico de la sangre que está constante en la película», indicó Andrea Jaurrieta que también recurre con toda la intención a los escenarios costeros e invernales de Bermeo y Mundaka para ambientar el pueblo de la protagonista. «Ella está atormentada y el mar, la tormenta y los paisajes son una referencia a la protagonista y el ‘western’», ha cerrado la directora que, pese a lo tempranero de su pase -ocho y media de la mañana-, despertó el aplauso de la crítica en esta cuarta jornada del Festival de Málaga.