La historia del Festival de Málaga. Cine en Español a lo largo de estos 21 años es determinante para entender este sector en lo que llevamos de siglo. Además de ofrecer películas que luego han tenido un recorrido extenso, han lanzado a la fama o ... han consolidado a actores y actrices que hoy son estrellas. Sin embargo, en este tiempo se han vivido pocas jornadas como la de ayer, en la que la ciudad disfrutó de la presencia de Guillermo del Toro, último ganador del León de Oro de Venecia, el Globo de Oro, el Bafta y el Oscar. El realizador mexicano es director de moda en el cine mundial, y su presencia en la ciudad no hace sino consolidad este festival como una referencia.
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Del Toro recibió ayer el Premio Málaga-Sur que otorga este periódico como homenaje a toda una carrera en la que los monstruos han sido su punto de partida para entender tanto las historias que ha contado, como el lenguaje cinematográfico tan característico que presenta en todas sus producciones. Pero lejos de quedarse en eso, Del Toro dedicó todo el día a prodigarse por la ciudad. Primero destapó el monolito en el Paseo Marítimo Antonio Machado, y luego brindó una emocionante 'masterclass' en la que trasladó su particular visión de la faceta como director.
Despreocupado en cuanto al protocolo, Guillermo del Toro evitó llevar a la alfombra roja de anoche un esmoquin –bastantes se ha tenido que poner en estos últimos meses–, pero eso no le impidió mostrarse tan simpático y afable como siempre ha parecido en sus intervenciones públicas. Ya en el escenario, después de que la actriz Paz Vega le hiciera subir, el mexicano se tomó unos cinco minutos para insistir en el agradecimiento que tiene al cine español. «Tras hacer 'Mimic' en Estados Unidos volví a España para recuperar la fe en la vida y en el cine», admitió. Así, explicó que además de 'La forma del agua', filme que le ha encumbrado , 'El laberinto del fauno' y 'El espinazo del diablo' son sus dos películas favoritas.
Como ya ha venido haciendo durante toda la carrera de premios, Del Toro habló en profundidad de los grandes protagonistas de sus historias: los monstruos. Y lo hizo prácticamente otorgándoles el poder redentor de la sociedad. «Vivimos, por desgracia, en un mundo en el que cada vez hay más blancos y negros. El oxígeno, por tanto, solo está en los grises; y todos sabemos que es en esos tonos intermedios donde los monstruos tienen su poder», sostuvo.
El cineasta señalaba, además, que el éxito de 'La forma del agua' (que ha costado menos de 20 millones de euros y lleva recaudados casi 200) demuestra que se puede hacer poesía a través del cine fantástico. Del Toro comentaba que después de este año, ha decidido tomarse un año sabático para «volver a casa», y contó que cuando regresó a Guadalajara (México) a ver a su familia, su padre pareció entender lo que era hacer cine cuando tuvo un Oscar en su mano. Ahora, se centrará en un documental en el que charlará con directores como George Miller para hablar de lenguaje cinematográfico. Eso sí, en 2019 tiene previsto estrenar una nueva cinta, en este caso una historia de cine negro en la que parece que por primera vez la fantasía y los monstruos se quedarán en casa para dar paso al crimen.
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Además de la presencia de Paz Vega (que también recibió en 2016 el Premio Málaga-SUR), Del Toro fue precedido por las intervenciones de cinco protagonistas de sus historias producidas en este país. Fernando Tielve ('El espinazo del diablo'); Santiago Segura (varias películas); Irene Visedo ('El espinazo del diablo'); Ivana Baquero ('El laberinto del fauno'); y Eduardo Noriega ('El espinazo del diablo') recordaron anécdotas del rodaje y de la forma de trabajar del cineasta. Tielve y Baquero explicaron que en ambos casos fue el propio Del Toro quién les dijo en el casting que estaban elegidos, mientras que Santiago Segura –que fue una de las estrellas de la primera alfombra roja tras la lluvia de la viernes–, estuvo en su línea humorística. «Yo a Guillermo del Toro le debo toda mi carrera en Hollywood; que es ninguna», comentaba entre risas mientras recordaba a la audiencia que sus papeles siempre eran pequeños y acababan con él muerto.
Cuando ya tocaba el turno de subir al escenario, salieron Marisa Paredes y Ron Perlman ('Hellboy'), que le calificaron como un 'monstruo' del cine. «Seguiré intentando crear una mitología de monstruos», decía para terminar el mexicano. Lo consiga o no, el Festival de Málaga ya tiene un monstruo en su firmamento. Se llama Guillermo del Toro y es el director más importante del momento.
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