Dani Fernández: «Mi público me ha visto llorar, es bueno mostrarse vulnerable»

Es el artista del momento (en Málaga ha agotado la Sala París 15 y será cabeza de cartel del Brisa Festival), un triunfador para todos, pero no tiene reparos en mostrarse vulnerable, en llorar en público, admitir sus equivocaciones y confesar que hay momentos de su pasado que le avergüenzan. El Dani Fernández de hoy, un reclamo en festivales de pop rock de toda España, es el resultado del niño que se esforzó para representar a España en Eurojunior, del adolescente que tocó el éxito como parte de una de las 'boy band' más famosas de la escena nacional (Auryn) y del artista que tuvo que reinventarse desde cero cuando el grupo se disolvió. Por el camino ha sufrido las burlas por estar en un «grupo para niñas», ha sentido inseguridades y ha tenido muchos miedos. Y solo tiene 33 años.

El documental 'Todo cambia', dirigido por Charlie Arnaiz y Alberto Ortega, condensa en 75 minutos esa evolución personal. Una cinta, producida por Repsol, que ayer se estrenó en el Festival de Málaga por la puerta grande, en la pantalla del Teatro Cervantes.

–Hablan de ti como el fenómeno del momento, el cantante de moda. ¿Cómo lo recibes después de todo lo que has vivido?

–Sinceramente no considero que sea ningún tipo de fenómeno. En el documental se puede ver que llevo desde que los 18 y 19 años dedicándome a la música, incluso tonteando de antes, cuando representé a España en Eurovisión Junior. Me considero un artista más que tengo la suerte de poder dedicarme a lo que me gusta. Fuera de cámaras, vivo una vida muy loca, con muchos viajes y demás, pero sin pensar en lo que soy.

–La gente cree conocerte, ¿pero sientes que en realidad no saben nada de ti?

–Yo creo que sí me conocen. Sí pueden entenderme, pueden saber cómo pienso, solo por el hecho de cómo escribo. Pero sí es verdad que luego cada uno en su mundo interior, en su casa, es de una forma que no todo el mundo puede ver. En este documental se ve ese punto, pero teniendo un poquito de respeto por mi vida privada, por supuesto.

–En el documental te vemos vulnerable, te vemos llorar, y eso no es habitual.

–Yo siempre he sido bastante vulnerable, de hecho en el escenario muchas veces mi público me ha visto llorar, siempre lo he visto como algo natural. Creo que es bueno el hecho de mostrarte vulnerable. Puedes intentar ir de duro, pero en muchos momentos de mi vida he sentido debilidad, he tenido muchos miedos e inseguridades. Somos personas y todos lloramos. Todos vamos a comer, al baño y todos lo pasamos mal en algún momento

–En Málaga has llorado en la presentación, imagino que también en el palco viendo el documental.

–En el palco he llorado más veces. Al final es mi historia, hay muchas cosas que me revuelven, que me hacen recordar cosas que son fuertes. He tenido momentos delicados en mi vida y me siento orgulloso de haber podido salir de ahí y de haberlos afrontado de forma que están más o menos sanados.

–Y de no haber caído en algo oscuro. Muchos se refugian en el mundo de las drogas, del alcohol, de la fiesta.

–Es verdad que yo nunca he tenido un entorno muy oscuro. Sí tengo gente que al final ha caído, pero desde que soy chaval mi foco estaba en la música, no en ese tipo de cosas. Por eso yo creo que en vez de afrontarlo de esa forma, lo afronté llorando en el hombro de la gente que merece ver una lágrima mía. Soy un tío muy pasional, muy de sus amigos, muy de su familia, y yo creo que eso también se refleja en la personalidad.

–¿Te has sentido utilizado?

–Bueno, quién no se ha sentido utilizado. La industria de la música es un arma de doble filo. Hay una canción que se llama 'Criminal' en la que hablo de que soy esclavo de mi arte, de lo que me gusta sentir, de lo que me gusta hacer. Eso conlleva que cuando se genera dinero haya otros intereses, pero intento evitarlo. La persona que me ha hecho daño, que ha intentado utilizarme, intento que esté lo más lejos posible de mi vida.

–Porque tú has vivido el éxito y el «des-éxito», no le llamas fracaso.

–Para mí fracasar es una palabra muy dura y yo no consideraba que había fracasado. Al final era una transición. Por supuesto, eres consciente de que tu popularidad está bajando, de que tu economía está bajando, de que tus amistades están bajando. Todo lo que considera el mundo el éxito, cada vez era menos. Y claro, para mí eso fue duro, pero a la vez fue muy bonito darme cuenta de que eso no me hacía peor persona, no me hacía peor músico, no me hacía peor artista, sino que me estaba dando más fuerza para volver con otras armas. Utilicé esos sentimientos para poder hacer un disco, para poder conocer a gente nueva. Aunque fue una situación dura, fue necesaria para lo que soy ahora.

–¿Tú cómo quieres que te recuerden, como un buen artista o como una buena persona?

–Todos hemos venido a este mundo a hacer algo, es necesario sentirte válido. Pero prefiero irme de la forma en la que yo mismo considere que he sido feliz. Con eso me sobra. Que la gente que me rodea, mi hija, me recuerde de una forma bonita simplemente. Artistas somos muchos, cantantes somos muchos y canciones hay muchas. Y cuando dicen eso de 'los mejores discos de la historia', no deja de ser un cúmulo de intereses que a mí sinceramente no me representan. No me sirve de nada que me recuerde gente que nunca ha vivido conmigo y que en mi casa no nos hablemos. Para mí eso es mucho más importante.

–Ya solo tienes que ponerle el documental a Belice (su hija) para que entienda muchas cosas.

–Todo el rato pienso en que, cuando se haga mayor, la palabra 'mal padre' la diga lo menos posible. Sé que la va a decir, porque todos nos hemos enfadado con nuestros padres, pero voy a intentar que su sensación sea de orgullo. Lo más importante es que cuando vea mi hija este documental me vea reflejado de verdad.

–Parece que has vivido varias vidas, y solo tienes 33 años.

–Es que empecé la carrera muy joven.

–¿No crees que demasiado?

–Sí, sí. De hecho, hay veces que me preguntan si me gustaría que mi hija se dedicara a la música y yo digo que, si lo pensara egoístamente, no me gustaría. Pero sé que eso yo no lo puedo controlar y cada uno elige su destino. Para mí es muy importante que mi hija elija un camino bonito en el que estar bien y yo le apoyaré en todo. Pero es verdad que temo el momento en el que me diga que quiere ser artista, la verdad. Porque somos muy difíciles de entender.

–En el documental se ve como después de ver algunas imágenes de tu etapa con Auryn sientes vergüenza y lo reconoces.

–Sí, yo creo que es importante ser honesto con lo que sientes y si siento vergüenza de algún momento de mi vida, lo digo. No nos tiene que importar admitir errores, admitir equivocaciones y corregir. Al final eso es lo que nos hace mejorar. Para mí era muy importante asumir que equivocarse es una virtud. Por supuesto, si eres capaz de señalar esa equivocación y darte cuenta. Si te equivocas 200.000 veces y no eres capaz de reconocerlo, eso ya no sirve de nada. Pero creo que es muy importante poner el foco en tus errores y poder decir, he salido de ahí y me avergüenzo. Porque yo me avergüenzo de muchas cosas que me han pasado en mi vida, por supuesto.

–¿Como qué?

–Millones de comportamientos que he tenido. Creo que todos hemos tenido un pasado y cuando eres adolescente eres mucho más hiriente, eres mucho más irresponsable. He hecho cosas que no ahora no haría.