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Una jornada muy equilibrada. Ninguna película superó el listón de lo correcto, en el mejor de los casos, dejando una sensación general de decepción en el concurso. Y eso que hubo tres títulos en sección oficial para salvar los muebles, dos de ellos argentinos. El ... aprobado raspado se lo llevó el bonaerense Sebastián Borensztein con 'Descansar en paz', una película con sello Netflix y la producción de los Darín –padre e hijo–. El director de los 'Giles', que ya compitió en Málaga con la estimable 'Kóblic', regresó al concurso con un drama tirando a tragedia y salpicado de 'thriller' que tiene al frente del argumento al patrón de una fábrica que debe dinero por todas partes, incluido a un prestamista de los que manda matones para cobrar. Un hecho histórico, como el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) de Buenos Aires se cumplen treinta años–, es el detonante para la desaparición del empresario, que deja atrás no solo sus deudas, sino también a su mujer e hijos.
Título: 'Descansar en paz'
Más allá de la peripecia de la huida y el empezar de cero, Borensztein nos lleva a un sitio incómodo como es el abandono de los tuyos, el sentimiento de culpa y la traición a los propios sentimientos. Joaquín Furriel le pone tormento y desesperación a este aspirante a la resurrección que es en realidad un muerto vida que no se puede despegar de su pasado. El actor le pone carne a esta película correcta y rodada con desahogo en la producción –poco habitual en las películas latinas vistas en el festival–, aunque el relato no termina de despegarse de lo rutinario y lo previsible. Con todo, el discutible personaje del usurero interpretado por Gabriel Goity es el que te lleva a la posición más incómoda y perturbadora de una película realizada con más oficio que brillantez.
Título: 'Naufragios'
Con sello argentino también se estrenó el debut de Vanina Spataro, 'Naufragios', la historia de unos personajes varados en un balneario costero fuera de temporada que es el fiel reflejo de unos protagonistas perdidos y desterrados de sus propias vidas. Amor, desengaño y soledad planean en el coro de náufragos de esta playa desierta, donde esperan que alguien les venga a rescatar y donde acaban formando una particular familia bajo la coartada de la amistad. La melancolía va dejando paso a cierto tono cómico e incluso un elemento fantástico, aunque la trama deambula sin rumbo y casi tan desnortada como los personajes. La metáfora es fácil, pero este debut no llega a puerto.
Título: 'La abadesa'
La única producción española de la jornada fue 'La abadesa', nuevo trabajo del veterano Antonio Chavarrías. Lo mejor que se puede decir de esta película es que una rara avis en el cine español, con su impecable ambientación de época medieval y la excelente puesta en escena con la localización maravillosa de ese convento en el que parece que en cualquier momento puede aparecer Sean Connery en 'El nombre de la rosa'. Pero no, aquí el protagonismo es para una joven noble consagrada a Dios –interpretada por Daniela Brown– que asume el puesto de abadesa en una zona fronteriza con Al-Andalus y el encargo de convertir a los que están fuera, aunque su principal lucha será con los suyos y contra un poder patriarcal que trata de dominar a esta devota y pacífica Juana de Arco. Una mujer enfrentada a su tiempo y precursora del feminismo que, para su desgracia, también se topa con la oposición de un relato tan gris y frío como la helada ambientación de la pantalla. Todo un alarde eso de contar la película con un ritmo medieval. Porque será veraz, sí, pero también eterna.
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