Carolina Yuste con la Alcazaba de fondo, desde la terraza del hotel AC Málaga Palacio. Francisco Hinojosa
24 Festival de Málaga

Carolina Yuste, actriz: «Con la superficialidad de la industria siempre tengo un conflicto»

Ha conseguido lo más difícil tras el Goya a actriz revelación: mantenerse. 'El cover' es una de las tres películas con las que participa en Sección Oficial

Viernes, 4 de junio 2021, 01:25

Carolina Yuste es pura expresividad. Habla con los ojos, con las manos y con palabras. La actriz, a la que el Goya revelación por 'Carmen ... y Lola' colocó bajo el foco mediático, ha conseguido lo más difícil de la profesión: permanecer en ella tras un primer éxito incuestionable. La prueba está en el Festival de Málaga. La pacense figura en el reparto de tres películas de la Sección Oficial, tres proyectos absolutamente diferentes que reflejan su versatilidad. Carolina Yuste inauguró ayer la competición con 'El cover' de Secun de la Rosa en el papel de una joven que se esconde tras el personaje de Amy Winehouse (a la que copia hasta los andares); volverá el miércoles con la comedia fuera de concurso 'Sevillanas de Brooklyn' y se quedará el jueves para el debut de Carol Rodríguez con una personal historia de amistad en 'Chavalas'.

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–¿La llamo Amy o Carolina?

–Amylina (risas).

–¿Alguna vez ha tenido que fingir ser otra persona como su personaje en 'El cover'?

–Lo hacemos todo el rato. Tenemos una educación tan nefasta que cuesta mucho entender quién es una. No nos comportamos igual con todas las personas con las que nos relacionamos, adoptamos un cierto rol. La hija, la pareja, la mejor amiga, la clienta… Seguramente me haya puesto máscaras muy grandes delante de la gente. De pequeña y en la profesión cuando todo se convierte en superficial y tienes que venir a eventos. Eso es adoptar un personaje claramente.

«Las redes sociales son demoníacas, las detesto profundamente»

–Y más aún en el mundo virtual.

–Ay sí, las redes, son demoníacas. Yo las detesto profundamente.

–Pues tiene Instagram.

–Sí, a mi pesar. Por un lado son tremendamente útiles. Yo hago mucho teatro y, como tiene menos promoción, las redes hacen que pueda acceder un público más joven a esa información. Y he descubierto a artistas increíbles, pintores, poetas y músicos. Pero, por otro lado, son venenosísimas. Generan una comparativa constante, una exposición constante de alguien que no conoces y crees conocer… Parece que necesitas todo el rato que alguien te valide con un 'like'. Es peligroso porque generas referentes a adolescentes y das una idea de lo que puede ser el éxito y lo físico. Leí una entrevista a una chavala de 15 años que había sido anoréxica y hablaba de todo lo que habían influido las redes en esto. Por eso yo cuido lo que pongo de mi cara y de mi cuerpo.

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–En su profesión son tremendamente esclavos de la imagen. Contaba que una vez no la eligieron en un cásting porque no era demasiado guapa para la portada de una revista.

–Ojo al dato, de portada de revista. Claramente no quiero estar ahí, si eso es lo que tú quieres para tu proyecto, es más un producto que un proyecto. Yo con la superficialidad de la industria siempre tengo un conflicto. Cuando venimos a eventos como este y de repente la alfombra y no se qué; entre querer darle un valor a algo así y el valor que hemos entendido que tiene, o cómo te vistes para darle un valor y luego emperifollarse… Intento todo el rato buscar el equilibrio y ser lo más coherente que puedo en este momento.

«Con el Goya sentí que ocupaba un lugar dentro de la profesión»

–'El cover' es un retrato del mundo de los secundarios. ¿Se ha sentido en segundo plano muchas veces?

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–Todo el rato. El otro día salía que solo el 8% de la profesión podía vivir de esto. Es una barbaridad, somos cuatro privilegiados los que ahora mismo podemos estar aquí presentando una peli. Estudiar, hacer cásting y funciones de teatro en salas pequeñas es la cotidianidad, y esto no está tan valorado ni reconocido. Y luego además parece que nos odian a veces y no entiendes muy bien por qué, y no puedes hablar, no quieren que te posiciones… Pero sí, este trabajo es currártelo mucho, es tener muchos miedos a no conseguirlo jamás, es estar en un alambre todo el rato. Y, sobre todo, el no, no, no. Y cuando ya sale un sí, ahora quédate. Eso es lo difícil, ser constante.

–¿El Goya le ha dado seguridad en sí misma?

–No tanto eso, pero sí ocupar un espacio dentro de la profesión. De repente, gente que no me conocía decidió llamarme. Aún así, vas al cásting o a la peli igual de nerviosa porque parece que todo el rato tenemos que ser validados. Pero mentiría si dijese que no sentí que ocupaba un lugar.

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–Son muchos los que mantienen que el Goya no se tradujo en más llamadas.

–Es que un Goya no implica nada de eso. Es un reconocimiento hermosísimo de la profesión, pero no es un contrato de siete pelis, ocho series o cinco obras de teatro después.

–En unos días volverá con 'Chavalas', una de las películas dirigidas por mujeres en este festival, con mucha presencia femenina.

–Es guay, porque se está viendo que hay una cantidad de talento, de sensibilidades y de diferentes voces. Llevamos mucho tiempo viendo personajes femeninos que tienen que ver con un imaginario masculino. Que sea una mujer no implica que la película sea mejor, pero al igual que nos hemos comido películas desastrosas de hombre durante siglos, pues comámonos ahora películas desastrosas de mujeres. Es una cuestión de justicia.

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