Secciones
Servicios
Destacamos
CRISTINA PINTO
Miércoles, 26 de agosto 2020, 02:00
El sitio de su recreo: el Valle de Arán. Donde con los ojos cerrados se divisan infinitos campos. Mirando al horizonte, Jordi Évole recorre la canción de Antonio Vega a través de la melodía de su amigo, Pau Donés. Silencio, brisa y cordura. El final ... del mes de mayo y la primavera hicieron aún más bonito ese paisaje que fue testigo de un canto a la vida. «Una interpretación hecha desde las entrañas», precisa Évole.
Noticia Relacionada
Una charla mágica convertida en documental que se estrena hoy en el Festival de Málaga bajo el título de 'Eso que tú me das'. Sesenta y cinco minutos llenos de vida o, mejor dicho, de ganas de vivir. Ese era el deseo que tenía el cantante de Jarabe de Palo, hablar de todo sin tapujos días antes de fallecer. Y especialmente quería hacerlo con él, con un confidente, con un testigo real, con Jordi Évole. El periodista siente que fue «un regalo». «Una entrevista única. No todos los días alguien al que le queda poco tiempo de vida te llama y te dice que quiere explicar cómo se siente, explicar la vida», admite.
Encarar una entrevista así puede ser muy especial, pero muy difícil a la vez. El periodista confesaba tener un poco de miedo por el impacto al ver a su amigo. Pero ese miércoles llegó al Valle de Arán. Se saludaron, hablaron y lloraron juntos. «Cuando llegué estaba con su hermano Marc y con su hija Sara, ayudándole a vestirse. Pau no estaba de humor, pero claro... ¿Cómo vas a levantarte sabiendo que te queda muy poquito?», reflexiona Évole. Minutos más tarde, el cantante ya estaba nervioso, ansioso por empezar y, sobre todo, «por probarse y ver si estaba listo para la entrevista», asegura el periodista.
Cámaras en acción, micrófonos abiertos y una conversación entre amigos. Y con él, el escenario de su hogar. Los ojos del cantante lo dicen todo: «Me transmitían muchas ganas de hablar», apunta Évole. Hablando de ojos, un detalle que no se escapa son las miradas cómplices entre estos dos amigos. Frente a frente, cada uno en un sofá, se miran, se ríen y, tras un silencio, el periodista suelta un «es que no sé qué preguntarte», «hablemos de la vida», contesta el cantante.
Ver el otoño por la ventana
La última entrevista y el último encuentro de Jordi Évole y Pau Donés toma su forma. Diversión y mucha verdad. «Pau iba a calzón quitado, sin frenos, hablando desde la libertad absoluta. Ese es un estatus al que todos deberíamos llegar sin necesidad de tener la muerte tan cerca», confiesa el periodista. Los pequeños pero grandes detalles son los que llenaron el alma del cantante en sus últimos días: la naturaleza, la montaña, respirar aire, estar con su familia... Es un temperamento natural. «Que alguien en las circunstancias en las que estaba Pau te recuerde la importancia de mirar por la ventana y ver cómo llega el otoño, observar las hojas al caer... Joder... En ese momento se te parte el corazón», reflexiona el periodista.
Si le hubiesen concedido una prórroga, Pau Donés hubiese pedido quince o veinte años más. Tal y como dice en esa charla, le gustaría haber aprovechado más el tiempo con su hija. Hablar del amor es hablar de ella, de Sara Donés. De la conversación, una de las partes favoritas de Jordi Évole: «Yo también soy padre y cuando cuenta que fue su hija la que le enseñó a mirar a los ojos y a decir te quiero... Es precioso», recuerda emocionado. La misma tarde de la entrevista, cuando el periodista fue a despedirse, Pau Donés estaba con su hija jugando con una raqueta eléctrica para matar moscas y mosquitos. «Les hice una foto en la cama a los dos. Nos reímos mucho ese ratito, fue muy divertido y tierno», narra así Jordi Évole la última situación en la que vio a su amigo.
Esa última vez, ese último adiós que en ningún colegio ni universidad se enseña, que es la vida con el tiempo la que hace que se aprenda. Dos semanas después de esta charla, el 9 de junio, el mundo se despidió de Pau Donés. «Fue muy duro. Ahí me volvió a salir mucha emoción contenida del día de la entrevista», confiesa Évole. Aunque, como le hubiese gustado al cantante, su adiós estaba lleno de vida. Durante los cinco años que duró su cáncer estuvo luchando contra los estigmas, tal y como dijo en la entrevista: «Es bueno normalizar este aspecto. El cáncer y ver a un enfermo nos da miedo. Pero hay que hablar de la vida, no de la muerte». Sin duda, este documental, como dice Jordi Évole: «Ojalá nos sirva como lección para esos días negros en los que pensamos que el mundo se acaba y son solo tonterías».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.