Aplausos y una poda

Si hay que revisar la película del festival es sobre todo en el guion. De nuevo, un primer fin de semana con una programación excesiva, inabarcable y centrada en el cine español, que se olvida de mimar las películas latinas que después protagonizan jornadas insulsas y descompensadas de lunes a miércoles. Faltas de brillo, de público y hasta de prensa. A lo que se une el horror vacui de sumar tres secciones oficiales con horarios duplicados y algunas películas más de compromiso que de mérito que aportan poco. Amén de un nuevo ciclo internacional encajado con calzador. Un exceso que pide algo de equilibrio. Y una poda.

En la cinefilia, el certamen ha sido un regalo para los ojos. Descartada 'Alcarrás', que se exhibió fuera de concurso, ha habido dos películas que han destacado sobre el resto y han ganado con absoluto mérito las Biznagas de Oro, 'Utama' y 'Cinco lobitos', pero el nivel del resto ha sido más que notable. Con el cine español sobresaliendo todavía sobre la producción iberoamericana, que, por fortuna, ha brillado esta edición como hasta ahora nunca lo había hecho. Mantener ese nivel y poner lo latino en los grandes escaparates del festival es el reto.