'Años luz', un viaje para el reencuentro de tres hermanos

La quinta jornada de la sección oficial empezaba y terminaba con películas procedentes del otro lado del charco en torno a dramas familiares y bautizadas con distancias temporales como metáforas de desapegos emocionales. Si '15 horas' relata el horror de la violencia machista, 'Años luz' aborda la incomunicación en el seno doméstico, a partir de la historia de tres hermanos que emprenden un viaje para vender la casa familiar después de quedar huérfanos y que se toparán en ese periplo con una excusa para el reencuentro con los otros y, también, de cada uno consigo mismo.

La producción uruguaya dirigida por Joaquín Mauad reúne a María José (Virginia Farías), Mateo (Federico Repetto) y Belén (Gabriela Freire), tres hermanos muy distintos que vuelven a reunirse para solventar la herencia de sus padres. Si María José ejerce de madre con exceso de afán protector, Mateo se refugia en la poesía y los recuerdos familiares para canalizar la ansiedad provocada por un trastorno mental. La pequeña de los tres, María José regresa a Uruguay después de tres años viviendo en España en la industria cultural.

Mauad ha presentado por vídeo conferencia 'Años luz' como «una 'road movie' donde los personajes se están desplazando física y emocionalmente». Director de 'El sereno' (2017) y los cortometrajes 'Obnubilante' (2015), 'La casa de Nico' (2014), 'Mi amigo verde' (2013) y 'Malos hábitos' (2012), el director uruguayo ha agradecido tanto el apoyo del Festival de Málaga desde los primeros compases del proyecto hasta su estreno en el mercado de esta edición del certamen.

Desde el Salón Rossini del Cervantes, Repetto ha reflexionado sobre los tres hermanos «muy distintos» que llevan el peso de la trama de 'Años luz' y sobre su propia labor actoral. «Esta película me movió cosas adentro», ha compartido el intérprete. Repetto ha compartido presentación en Málaga con Antonio Di Mateo, que da vida en la película al mecánico que repara el coche de los hermanos cuando sufren una avería y que termina convirtiéndose junto a su propia familia en un elemento catalizador para el inicio de la regeneración de los afectos.