Secciones
Servicios
Destacamos
¿Alguna vez se ha planteado cómo sería abandonar en un lugar aislado a uno de esos populares 'influencers' que cuentan con millones de seguidores en las redes sociales? Cambiarle la interacción continua a través del 'like' por la soledad más absoluta, la comodidad de la vida tras la máscara, en la que disfrutan de prebendas de todo tipo a cambio de publicidad, por la incertidumbre de no saber si podrá comer un día más. ¿Qué mostrarían entonces? Es lo que propone el cineasta Israel González en 'Fuel', el angustioso largometraje que proyectó ayer el Festival de Málaga en la sección de Estrenos Especiales. Raúl es un periodista español y crítico gastronómico que realiza reportajes fotográficos y críticas para revistas especializadas. Un 'foodie' al que se le va a atragantar su siguiente aventura 'social media'. Tras pasar unos días en Los Ángeles, el protagonista inicia una ruta por la Costa Oeste de Estados Unidos para llegar hasta Las Vegas, donde pretende realizar un artículo sobre la gastronomía a pie de carretera y lo que se come en la 'Ciudad del Pecado'. Su pesadilla comienza cuando despierta en mitad de Death Valley, en el desierto de Mojave, atado con una cadena a un viejo Plymouth Barracuda. Sin posibilidad de escape y sin nadie para ayudarle en cientos de kilómetros a la redonda.
Para dar vida al guión que escribió conjuntamente con Juan de Dios Garduño, Israel tuvo ante sí un reto casi a la altura del protagonista de la cinta: cuatro días de rodaje en Almería con un presupuesto de 6.000 euros. El carácter realmente independiente del proyecto, además de la historia en sí, fue lo que atrajo a los productores de la película, según explica uno de ellos, Miguel Rueda: «Hacer cine independiente significa arriesgar con tus propios recursos, sin subvenciones, y que el resultado sea de calidad, para mí este filme reunía esas dos características». Junto a Pedro Luis Carmona, Félix Martín Rojas, Floren González, Miriam Díaz Aroca y Alejandro de Felipe, decidió apostar por una historia que mezclaba dos temas particularmente atractivos: haber sido rodado en un sólo espacio, en subgénero del 'thriller one location', y poner sobre la mesa un asunto de carácter universal, qué hacemos cuando nos sabemos realmente solos. «Nada más ver la película me di cuenta de la maestría de Israel, hay que ser bueno para que ambas cuestiones se den con buen resultado, filmar una historia carente de movimiento, justamente lo opuesto a lo que es el cine», destacó Rueda.
El espejo más ingrato es el que refleja lo que no se ve. Quizá seamos sólo lo que queda cuando se resta la faceta social. «El hombre solitario o es una bestia o es Dios», Aristóteles dixit. Acostumbrado a exponerse exteriormente, el protagonista de 'Fuel' tendrá que mirar hacia adentro. Esta travesía en el desierto persigue lo místico a través de monólogos intimistas y el recuento de deudas sentimentales que el protagonista ha acumulado a lo largo de su vida. «En nuestra sociedad veloz no hay tiempo para el silencio», apunta Rueda. Con estas cartas sobre la mesa, el guión trata de cuestionar la incapacidad del hombre para tener conciencia del tiempo más allá del presente, del instante, de lo fugaz. La película se instala entonces en la lentitud para transmitir esa angustia física y existencial que carcome al antihéroe de la pantalla. ¿Qué se hace cuando no hay nada que hacer? El 'instagramer' no tiene más remedio que ir despojándose de la máscara y asumiendo el verdadero cariz de sus relaciones personales.
En el instante en que parece que el personaje ha exprimido hasta el límite esa faceta interior, la trama presenta un giro insospechado que pone a prueba las cualidades dramáticas de Fernando Cerdeño. El actor revela una transformación física que acompaña la historia, un proceso que trabajó cara a cara con el director. «Teníamos poco tiempo y hay emociones tan intensas que tienen que salir a la primera porque luego no se repiten», insiste González. Para generar esa ansiedad dejó a Cerdeño sin algunos de sus hábitos, días sin café y sin cigarrillos que esculpieron una mueca de desaliento en su rostro.
El ingenio del equipo para exprimir al máximo los recursos de producción sobresale en el relato de los días de rodaje, regados de anécdotas rocambolescas. Como la relacionada con el Plymouth Barracuda, uno de los elementos clave del filme y que a punto estuvo de volatilizarse por culpa del calor que soportaba en el desierto de Tabernas, Almería, donde tuvo lugar la filmación. «Cuando la historia es buena y hay talento, el resultado no está comprometido, e Israel ha demostrado que se puede hacer buen cine sin cifras astronómicas», defiende Rueda. No en vano, Israel González llevó a cabo su primer largometraje con tan solo 300 euros, ' Los límites del cielo', en 2015 y fue el creador y productor de la primera serie en España para Instagram, 'Dulces de barrio'.
Tanto productores como el director se plantean ahora la posibilidad de realizar un 'remake' americano del guión y trabajan ya conjuntamente para un nuevo proyecto, a partir de un relato que cobró vida durante el periodo de confinamiento por la pandemia y que llevará por título 'Delayed'. El producto está pensado para adaptarse a la nueva realidad del séptimo arte, en relación a las formas de exhibición y consumo. Además, según adelantaron, tendrá algunos puntos en común con 'Fuel', como la idea de rodar en una única localización, así como el género, vuelven con el suspense. Será un tipo de intriga al modo que presenta la propuesta que se estrenó ayer, entretenida, atractiva, pero con detalles intimistas que invitan a la reflexión.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.