Álvaro Díaz Lorenzo, director de 'Vírgenes': «Antes no había más libertad»
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El guionista y director fuengiroleño estrena en el Festival de Málaga su sexta película, ambientada en el Torremolinos yeyé de los años 60Comedia. ·
El guionista y director fuengiroleño estrena en el Festival de Málaga su sexta película, ambientada en el Torremolinos yeyé de los años 60Carlos Zamarriego
Martes, 18 de marzo 2025, 00:11
Un cartel en la porosa roca de La Punta de Torremolinos recuerda que fue allí, en un antiguo cuartel de carabineros, donde se estableció el ... primer hotel de la Costa del Sol. Un lugar perfecto para hablar con el director Álvaro Díaz Lorenzo (1977) de su última comedia, 'Vírgenes', ambientada en el Torremolinos de 1968. Tendrá su estreno absoluto en el Festival de Cine de Málaga, donde se programa fuera de concurso, y promete nostalgia de la buena: tres veinteañeros, cansados de la estricta moral franquista, deciden viajar a la Costa del Sol para iniciarse en el sexo con las 'suecas', esas turistas que desafiaron las costumbres de la dictadura y elevaron la imaginación de los españoles. Díaz, de familia madrileña pero criado y residente en Fuengirola, cuenta que su padre veraneaba con nueve años en la Costa del Sol. «Mis abuelos, por parte de padre y madre, tenían casa aquí en Fuengirola en los años 50, fueron de los primeros» explica el director, «me contaban que era la primera vez que veían un bikini, que veían a la gente besándose, que después de venir del gris de Madrid, era llegar la sueca y ver toda la expresión de color».
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Aquellas anécdotas se quedaron en su imaginario («siempre dije: hay que hacer una peli sobre esto») mientras construía una carrera en el cine con taquillazos como 'Señor, dame paciencia' (2017) o 'Los Japón' (2019). Hasta que, en septiembre del año pasado, comenzó el rodaje de la que ya es su sexta película. Precisamente ahí, al lado de 'El Morro', donde en 1930 Gala Dalí protagonizó el primer topless documentado de la costa española, Díaz Lorenzo rodó las primeras escenas de playa con Carlos Scholz, César Vicente, Xavi Caudevilla, su trio protagonista. Sin embargo, el día que quedamos las nubes de la borrasca Konrad están sustituyendo a las de Jana y el agua del mar es de un verde turbio que no invita al chapoteo. Y tampoco hay suecas, a lo más algunos turistas de edad avanzada que escudriñan el inestable horizonte: al parecer alguien ha visto asomarse a un delfín. El único elemento que nos retrotrae al pasado glorioso de Torremolinos es una barquita de pescadores con cuatro adolescentes con sus cañas y sus móviles intentando aguantar el oleaje.
¿Ha sido difícil encontrar en el Torremolinos actual algo del Torremolinos de los 60? «Ha costado un poquito, hemos tenido que jugar, como hace el cine, en Benalmádena, en Fuengirola, en Marbella…». Una de las escenas más icónicas, con el Seat 600 de los protagonistas entrando por vez primera en Torremolinos, se rodó en la plaza de España de Benalmádena. «La película la he localizado yo al 90%, sabía exactamente cuando escribí el guion dónde quería rodar», afirma Díaz. Otra escena se rodó en la inmensa piscina con trampolín del chalet que el ministro franquista José Antonio Girón de Velasco se construyó a los pies del Castillo Sohail de Fuengirola. «Ahora es de una empresa, creo que francesa, la alquila para bodas, pero nunca se había rodado allí».
Díaz define la película como un «coming-of-agemovie» una historia de crecimiento y desarrollo con mucho humor. «Sobre todo quería hacer que las que parten el bacalao en la película sean las chicas, que son las que al final enseñan un poquito cómo es la vida a estos tres pardillos». El reparto femenino lo encabezan la colombiana Natalia Azahara y la almeriense Cristina Kovani.
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Pero no todo es comedia. La película muestra un Torremolinos como refugio LGTBI asediado por la policía franquista. «Sabía que tenía que tratar el tema de los pasajes de la Nogalera, de la redada, eso marcó el minuto uno, sabía que la mitad de la historia iba a ir por ahí». Un mensaje contra la intolerancia con ecos al presente. «Es verdad que se trata en una época en la que pasaba eso, pero ahora parece que está pasando otra vez», asegura Díaz, que a pesar del tono general de la película quiso tratar sin humor este tema. «Cuando la gente dice que había más libertad antes, se refiere a libertad si eras 'hombre', si eras homosexual te metían en la cárcel. Entonces, si para ti la libertad es eso, ya sabemos lo que piensas. Tú te has descrito a ti mismo, no hay que decir nada más».
Empieza a hacer frío. Los chavales de la barca han vuelto a la orilla de la Carihuela. Como los de la peli, no han pescado nada, si acaso un resfriado, pero confirman que han visto a un delfín. Son del pueblo y permiten que Álvaro Díaz se suba para tomar unas fotos para este artículo. «¿Quién es?», me preguntan. «Un director de cine que ha hecho una película sobre el Torremolinos de los años 60», respondo. Díaz se fija en el nombre de la barquita: «Carmen, como mi protagonista». Uno de los chavales puntualiza: «Carmen, como la patrona de Torremolinos». La aparición de una Virgen parece un buen augurio para el futuro de esta comedia en los cines. El tiempo lo dirá.
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