Borrar
El actor Jorge Martínez, de Últimos días en La Habana’, en Málaga.
Del compromiso cubano al 'thriller' de atracos

Del compromiso cubano al 'thriller' de atracos

‘Últimos días en La Habana’ deja ver «las heridas» de Cuba y ‘Plan de fuga’ busca entretener con una historia de amistad

Regina Sotorrío

Viernes, 24 de marzo 2017, 00:59

Son dos historias de grandes amistades, de relaciones que se mantienen aunque todo parezca en contra. A partir de ahí, cada una se presenta en un envoltorio totalmente diferente. La mañana de la sección oficial del Festival de Málaga comenzó con cine cubano, con una película comprometida y «valiente» que toma el pulso a La Habana (Últimos días en La Habana de Fernando Vázquez). Y terminó con producción española, con un thriller de atracos que busca entretener al espectador (Plan de fuga de Iñaki Dorronsoro).

La Habana «es así». Con esa puerta que no cierra, con ese edificio que en su día tuvo que ser señorial y ahora amenza ruina, con esos almendrones (coches clásicos) por la carretera, con esa falta de productos básicos y con esas calles abarrotadas de gente «caminando, buscando, luchando», enumera el actor Jorge Martínez. El director Fernando Pérez un reconocido cineasta de la isla «se mete dentro de la vena de la sociedad cubana» y la muestra en Últimos días en La Habana, un película «contestataria» que a muchos recordó a la ya emblemática Fresa y chocolate. De hecho, los protagonistas comparten nombre (Diego) en un claro «homenaje».

Últimos días en La Habana es una historia de amistad entre dos hombres más allá de convencionalismos. Uno de ellos, heterosexual y con el sueño de abandonar la isla rumbo a EE UU, cuida de su amigo de la adolescencia, homosexual y enfermo de sida. Se habla por el camino de homofobia, de la oposición al régimen, de las pocas aspiraciones de futuro de la juventud y de las duras condiciones de vida del cubano de a pie, «a dos cuadras de la Habana vieja, a pocos kilómetros de Varadero».

Una crítica social que, asegura Martínez, no supone «ningún problema» en su país. «El cine es el que más dice, el que más ahonda en las heridas», apunta. Él, un actor muy popular en Cuba por sus interpretaciones en televisión, casi siempre en el papel de conquistador, da aquí vida a un homosexual que lucha contra el sida postrado en una cama. Le queda poco tiempo, pero es «el más optimista de todos». Reconoce que su mayor temor era caer «en la caricatura», pero consiguió construir a un personaje que expresa su vitalidad a través del rostro y las manos. «No soy gay, pero si lo fuera me encantaría ser como Diego. Es muy divertido», asegura el protagonista.

Plan de fuga

La otra cinta de la sección oficial a concurso nació en un bar. «Estaba con un amigo y me dijo: ¿por qué no haces una película de un robo? Son muy entretenidas». Típica conversación de colegas que suele acabar en nada. A no ser que te llames Iñaki Dorronsoro, seas cineasta y te lo tomes como un reto apetecible. El resultado se titula Plan de fuga, un thriller que el cineasta presentó ayer y que protagonizan Alain Hernández, Javier Gutiérrez y Luis Tosar.

«El cine de robos es un subgénero del suspense y en mis películas siempre intento buscar con contenedor que sea entretenido para el espectador», señaló Dorronsoro sobre el filme que también retrata «la amistad y la fidelidad» con la historia de un butronero que es contratado por una banda del Este para un ambicioso robo.

El filme, que está producido por Atresmedia y se estrena a finales de abril, se sitúa en la línea de la reciente cinta de atracos 100 años de perdón, un filme que Dorronsoro no ha visto «porque sabía que me ibais a preguntar por ella».

El personaje central es el butronero encarnado por Alain Hernández (El rey tuerto), que aquí encarna su primer papel protagónico. Un personaje para el que tuvo que ponerse en forma y a dieta, pero que ha disfrutado con sus compañeros de reparto. «Cuando Iñaki me dijo que en la película iba a estar Javi (Gutiérrez), me eche a temblar de emoción porque lo admiro y, cuando me dijo luego que entraba Luis (Tosar), fue ya para echarse a llorar», reconoció.

Por su parte, Javier Gutiérrez encarna al conductor de la banda, un tipo con asías de cambiar de vida, pero enganchado a la droga. «Cuando a uno le ofrecen un personaje como éste es en realidad un caramelo envenenado», dijo el ganador del Goya por La isla mínima, que explicó que se crió en El Ferrol en los 80 en un barrio maltratado por «la droga y el caballo», lo que le ha servido como referente.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur Del compromiso cubano al 'thriller' de atracos