'No sé decir adiós' emociona con una historia sobre los lazos familiares con la muerte de trasfondo

Ni el director Lino Escalera ni la actriz protagonista Nathalie Poza pudieron evitar la emoción. Juan Diego le puso palabras: "Todos tenemos en común la desaparición de alguien. Esta película tenía tantos destinatarios, como todos los que estáis aquí. Lino Escalera lo cuenta de una manera que nos ha llegado a todos. Es emocionante". 'No sé decir adiós' emocionó esta mañana al Festival de Málaga con una historia sobre "esos complejos lazos afectivos que nos unen con nuestros padres, nuestros hijos y nuestros hermanos" con la muerte de trasfondo.

En la película, un padre (Juan Diego) y una hija (Nathalie Poza) enfermos, uno físicamente y la otra emocionalmente, "se embarcan en una huida hacia adelante para escapar de la muerte". En medio de ambos, la otra hermana, una mujer pegada a la tierra, pero con ganas también de huir de su realidad (Lola Dueñas). Nathalie Poza asume el papel protagonista. "Y no es facil para una actriz de mi edad hacer un personaje con tantas secuencias en una película", declaró. Reconoció que no esperaba encontrarse con algo así "a estas alturas": "El teatro es el centro de operaciones de las actrices de entre 40 y 50. Ha sido un viaje hermoso".

La película muestra los diferentes códigos de comunicación entre los miembros de la familia, entre dos hermanas alejadas por los kilómetros y por la vida (una decidió quedarse en el pueblo con el negocio familiar y ser madre; otra se marchó a Barcelona, donde ha triunfado en el trabajo pero ha fracasado en su vida personal); y entre un padre y una hija que quizás no se han contado todo.

En todos hay "miedo a la pérdida y a lidiar con la emoción, el amor y la rabia acumulada". Y eso les hace huir y negarse a decir adiós a su realidad. Pablo Remón firma el guión por encargo del director. "Y justo se acababa de morir mi padre. Fue un poco catártico, ya no tengo que contar esto más en la vida", concluyó.

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