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Francisco Griñán
Viernes, 29 de abril 2016, 00:34
'Los jueves, milagro', por Francisco Griñán
Cerca de tu casa ** La próxima piel ***
Le tomo prestado el título al maestro García Berlanga porque los jueves se han convertido en jornadas que suben la moral y el ánimo en la sección oficial a concurso del Festival de Málaga. Si el año pasado veíamos tal día como ayer A cambio de nada, el filme de Dani Guzmán que se convirtió en el gran triunfador con la Biznaga de Oro, esta edición nos encontramos con La próxima piel, un drama/thriller que nos devuelve al mejor Isaki Lakuesta, que firma la dirección junto a su guionista Isa Campo. La otra cinta de jueves fue Cerca de tu casa, que le pone cara a la España de los desahucios, los excesos de la banca y la crisis económica. Una cinta singular que mezcla drama y género musical, pero que se queda en un catálogo de buenas intenciones.
El cine de autor con el que el festival se ha aliado en los últimos años tuvo ayer una de sus mejores propuestas en el trabajo de Lacuesta&Campo, que indagan en la identidad, las relaciones familiares y la culpa con la historia del regreso de un joven que años atrás desapareció en las montañas. Este adolescente, interpretado con convicción por Álex Monner lo recordábamos por su meritoria intervención en este mismo festival con Los niños salvajes, es un chico problemático que no recuerda su pasado, lo que da pie a esta trama opresiva y misteriosa que no sólo plantea la duda sobre la verdadera identidad del reaparecido, sino que potencia el suspense en un ambiente familiar en el que todos guardan algún secreto. La intriga funciona como una olla a presión que contrasta con ese paisaje helado y frío que rodea a los personajes y que los aísla aún más en sus propios miedos y silencios.
La próxima piel es una cinta áspera e intensa que tiene a los actores como aliados. No sólo Monner, sino también una Emma Suárez frágil y tierna, y un Sergi López huraño e inquietante en un papel diametralmente opuesto al expansivo personaje de Quatretondeta. De este reparto salen varios serios aspirantes a las Biznagas de interpretación este año el nivel del reparto es altísimo, pero también una clara aspirante al gran premio de esta edición. Los jueves, milagro.
Eduard Cortés fue el otro director de la jornada. Hace unos años inauguró el certamen con la entretenida y comercial The Pelayos, pero ayer regresó con un filme más personal, Cerca de tu casa, la historia del origen de los desahucios masivos en España tras el hundimiento del mercado hipotecario durante la crisis económica. Un drama social sobre una familia que se queda en la calle y con el banco reclamándole parte de la deuda y que Cortés mezcla con un musical que aporta originalidad al filme. Silvia Pérez Cruz debuta en la gran pantalla llevando el peso del relato y de las canciones lo que se parece esta chica a Ariadna Gil en muchos gestos. Lo de entonar lo borda y lo de actuar, ¡oh, sorpresa!, también. Todo un descubrimiento que, en absoluto, desmerece ante los destacados trabajos de Iván Massagué y Adriana Ozores. El conjunto gusta y es fácil empatizar con el drama, pero la película está contada desde la militancia y el buenísimo. Lo que hace que recurra a los clichés y que la emoción parezca en ocasiones propaganda. Amén de alguna laguna de guión que emborrona un filme rodado con solvencia y oficio por el cineasta.
'El próximo impacto', por Alberto Gómez
Cerca de tu casa ** La próxima piel ****
No había demasiado margen para las sorpresas en la sección oficial, con doce de sus dieciséis películas ya proyectadas, pero la experiencia demuestra que nunca hay que apartar a Isaki Lacuesta de las quinielas. El director catalán dio ayer la mayor campanada de esta edición del Festival de Málaga en el apartado oficial, insisto, sin contar con las presumibles joyas que suelen trufar otras secciones con La próxima piel, el thriller dramático que firma junto a Isa Campo, probablemente el largometraje más accesible y a la vez menos descifrable de su filmografía, aunque habrá algún adivino que niegue la mayor y vocifere que se olía el final desde las primeras secuencias. La cinta narra la historia de un adolescente desaparecido que regresa ocho años después, una vuelta que hará tambalear la estructura familiar ¿y cuándo permanece inmóvil? al mismo tiempo que abre incógnitas sobre su verdadera identidad.
La historia mantiene el suspense durante todo el metraje y sumerge al espectador en una duda constante y por momentos turbadora, un juego que el guión también traslada a la personalidad de su protagonista, que Lacuesta invita tramposamente a diseccionar, y digo tramposamente porque el personaje interpretado por Àlex Monner es tan tentacular, va adquiriendo tantas capas durante la historia, que resulta imposible averiguar si se trata de un farsante o no. Las localizaciones recrean un ambiente pirenaico y hostil, escenarios pedregosos que conectan con el pasado inquietante, descubierto a trompicones, de madre e hijo. Las interpretaciones de Emma Suárez y Sergi López aportan verdad a la maraña emocional que va envolviendo el filme, pero el mayor impacto, la verdadera sacudida de la película, reside en la actuación de Monner, que borda un personaje complejo y apabullante.
La otra cinta presentada ayer a concurso, Cerca de tu casa, regresa a 2007, el maldito punto de partida de una crisis que desde entonces suma más de medio millón de órdenes de desahucio. Eduard Cortés no podía tener mejores materias primas un tema demoledor y el debut en cine de la prodigiosa cantante Silvia Pérez Cruz, pero construye una historia irregular, lastrada por una concepción estrecha, casi infantil, de los personajes. Ya saben: el banquero arrepentido, el policía que se siente culpable o la suegra odiosa. La mayor virtud de Cerca de tu casa es la propia Pérez Cruz, que no es decir poco; sostiene la mayor parte del metraje y compone e interpreta, y de qué manera, todas las canciones de este drama musical que, pese al contraste entre forma y fondo, no chirría, y eso ya es más de lo que puede decirse de muchas otras películas españolas sobre la crisis. La intención de Cortés es buena pero resulta tan evidente que apenas genera interés. El reparto está a la altura de la crudeza de la historiay hay escenas emotivas, potenciadas por la magistral banda sonora, pero el espectador no sale del visionado con más información que antes, con un planteamiento distinto o una pregunta que resolver, como se espera del cine social. No hay colisión, nada que deje huella en esta cinta previsible pero entretenida que en el recuerdo va transformándose lentamente hasta adquirir forma de conmovedor concierto.
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