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Lorena Codes
Miércoles, 27 de abril 2016, 00:19
La quinta jornada de la alfombra roja del Festival de Málaga se las prometía felices con una lista de invitados en la que figuraban algunos de los valores seguros en esto de desfilar ante los focos. Sin confirmar su presencia, con la mera posibilidad de que Juana Acosta acudiese a su cita con el Teatro Cervantes, la expectación entre el público se multiplicó. «Que la Juana no vino ayer, así que le toca hoy seguro», porfiaban las señoras desde las terrazas aledañas a la alfombra a eso de las 20.30 horas. Y así fue, esta vez no las hizo esperar demasiado.La actriz de origen colombiano volvió a dar en la diana del estilo con un look de gala impecable firmado por Andrew Gn. Y es que Acosta maneja muy bien los códigos de la adecuación y la armonía a la hora de componer un estilismo, tal y como volvió a demostrar ayer con un diseño en un tono celeste grisáceo ornamentado con coloridos bordados de pedrería en forma de mariposas y flores. Un recogido alto dejaba al descubierto un rostro impecablemente maquillado, alumbrado por las joyas de Barcenas. No obstante, el hábito no hace al monje, y fue la actitud de la colombiana la que terminó por coronar una más de sus apariciones estelares. Con ella se hizo la primavera.
La de ayer fue definitivamente una jornada de sorpresas en positivo. A diferencia de lo que ocurre otras veces, Acosta no fue la única protagonista de la noche, sino que tuvo duras competidoras para hacerse con el reconocimiento a la mejor vestida. Le pisó los talones su compañera de reparto en Acantilado Ingrid García Jonsson, que se ha destapado en este 19 Festival de Málaga como una de las promesas de la moda dentro del sector cinematográfico. La rubia pizpireta derrochó frescura y simpatía ataviada con un espectacular vestido de plumeti negro de Temperley London, con bordados de fantasía en varios tonos.
En un registro completamente distinto deslumbró Bárbara Goenaga, que acababa de presentar Gernika, y eligió un vestidazo rojo de Escada, con escote asimétrico y abertura lateral de la que salía un plisado en tono nude. Un bolso joya de Stella McCartney fue su perfecta pareja de baile.
Para cerrar este póquer de bellezas y clausurar la alfombra roja de ayer no había mejor opción que la de una angelical María Valverde vestida con uno de los diseños de la última y laureada colección de Gucci. Un espectacular vestido de largo midi que alternaba pedrería en un tono verde jade y transparencias en negro, rematado por un cuello victoriano con una flor fucsia en el centro. Unas sandalias mules de strass (también de Gucci) pusieron la guinda a un look con un toque naif pero de plena tendencia, en lo que la crítica de moda ha denominado el magic chaos o caos mágico de la firma italiana.
Mucha magia y personalidad para una noche en la que también hubo aciertos en la parte masculina y algún que otro atrevimiento. El actor Daniel Grau cosechó vítores por doquier vestido de forma sencilla pero con estilo. Por otra parte, Julián Villagrán volvió a demostrar su interés por atender a las normas de etiqueta y acudió a la cita con un moderno esmoquin bicolor (azul marino y negro), muy favorecedor. La nota de color la puso el malagueño Ángel Caballero, que desafió a la mala suerte con un traje en amarillo y pajarita blanca que recordaba el de Jim Carrey en La máscara. En el terreno de lo patrio, las actrices Silvia Maya y Marine Discazeaux optaron por el diseño made in Spain, la primera con un modelo con pantalón y sobre falda de Pepe Botella y la segunda con un vestido camisero de una diseñadora canaria. Optaron por el traje sastre Ana Gracia y Alba González de Molina.
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