Málaga rueda ya su película coral

Málaga rueda estos días su mejor película. Su cita anual con el cine español. «Una cinta coral que dura diez días». Así definió anoche Javier Gutiérrez al Festival de Málaga, que ya va por su 19 edición. Superada la mayoría de edad, el certamen puede presumir de ser un evento consagrado, señalado en rojo en el calendario de la industria cinematográfica, como insistió su compañera Natalia de Molina durante la gala inaugural, que empezó con casi una hora de retraso y a la que asistieron el alcalde Francisco de la Torre y la consejera de Cultura Rosa Aguilar. «El festival ya no tiene que demostrar qué quiere ser de mayor, porque es un punto de referencia del sector», subrayó la actriz, quien destacó el papel del público malagueño, «ellos sí que se merecen un premio».

Gutiérrez y De Molina se afanaron por dar ritmo a la gala, algo lenta. Él recurriendo a píldoras de humor («yo pongo el ketchup y tu la mostaza», empezó diciendo en alusión al color del vestido de la presentadora), mientras que ella optó por hablar de su vida privada: «Estoy soltera y entera, ¿y tú?», le espetó durante un momento del discurso inaugural, en el que ambos pusieron el foco sobre las buenas cifras que avalan al Festival de Málaga:«Con más de 125.000 asistentes, un crecimiento del 200% en redes sociales y un impacto económico de 40 millones de euros es lógico que cada año termine con un continuará», detallaron.

La actuación en directo de la malagueña Diana Navarro y una espectacular lluvia de confeti fueron de lo más destacada de una gala en la que Paz Vega quiso estar presente, aunque fuese a través de la pantalla. La actriz, que recibe este sábado el premio Málaga SUR, confesó en un simpático vídeo -en el que aparece conversando con Gracia Querejeta yTeresa Font- la ilusión que le ha hecho el reconocimiento. «Soy medio malagueña, porque mi madre es de Ronda y pasábamos todos los veranos aquí, así que me hace muy feliz recogerlo. Es un festival muy bonito con un público entregado», resaltó.

Esa entrega a la que aludió Vega quedó patente una vez más a las puertas del Cervantes, sobre una alfombra roja en la que Mario Casas y Rubén Cortada fueron los nombres más coreados, desatando a su paso la locura del fenómeno fan.

La moda, por su parte, volvió a ser otra de las protagonistas de una noche en la que se impusieron los encajes, los detalles de pedrería, las siluetas sirena, los cortes asimétricos, los escotazos de espalda y los acabados metalizados. Fue una alfombra algo insulsa. Con pocos modelos de esos que dejan sin palabras. Las actrices optaron por correr pocos riesgos.

Pero hubo excepciones. A destacar una Carmen Machi con un llamativo vestido de silueta arquitectónica con volumen en las mangas y el modelo mostaza de la presentadora, de la firma libanesa Azzi&Osta. Muy favorecidas Silvia Alonso, que acertó con un diseño azul klein de Pronovias, María León -con un vestido negro con maxi flor en el escote de Roberto Diz-, Andrea Duro -de Thename, con un original aplique metálico en el hombro- y Belén López, otra de las que nunca defrauda. Luis Fernández, de David Delfín con escudo de España, lució el look masculino menos discreto de la noche. ¿Lo más inentre ellos? Sustituir la pajarita o la corbata por un broche.