Secciones
Servicios
Destacamos
Francisco Griñán
Sábado, 18 de abril 2015, 15:32
Es de esa generación de malagueños que quedaba para salir con los colegas en el banco Zaragozano. «Entre rockers y mods», recuerda Antonio de la Torre (Málaga, 1968), que después se marchó a Madrid a estudiar periodismo e interpretación, encontró trabajo como reportero deportivo en Sevilla, pero nunca dejó su deseo de triunfar. De colarse de «estrangis» en las primeras ediciones del Festival de Málaga, ayer presentó la película inaugural Hablar y hoy recibe el principal galardón honorífico del certamen: el Premio Málaga SUR. En esta entrevista habla de luces y sombras. Está feliz y nervioso por el galardón, pero también decepcionado con el resultado de las últimas elecciones andaluzas. Y dice con la boca pequeña que quiere hacer una carrera internacional. Acaba de conseguir papel en la miniserie de la BBC The Night Manager, adaptación de una novela de John Le Carré en la que comparte planos con Hugh Laurie (Dr. House). Aunque confiesa que lo que más ilusión le hace es trabajar con la directora y ganadora del Oscar Susanne Bier.
Pregonero del carnaval, de la feria, y, ahora, Premio Málaga SUR. Se nos agotan los reconocimientos.
El galardón de mañana por hoy es el más importante de mi carrera. Al margen de lo que significa un premio Goya y lo que supuso para mí el año que lo gané, el premio Málaga SUR es mi mayor logro, ya que es un reconocimiento a mi trayectoria y, sobre todo, por el componente emocional que tiene para mí como malagueño. Lo sé desde hace mucho, pero ya estoy nervioso perdido. Solo hago pedirle entradas a Vigar director del festival que lo traigo loco. Ya le dije en su momento: «Tú no sabes lo que es darme a mí un premio».
Recuerdo verlo en una de las primeras ediciones tomado algo en la barra que ponían en el exterior del Cervantes. ¿Soñó con esto alguna vez?
Vine a aquel festival de estrangis, ya que me quedé en la habitación de Alberto San Juan o en casa de Domi del Postigo, no me acuerdo. No estaba invitado oficialmente al certamen, pero participaba con un personaje pequeño en San Bernardo y me vine. Para mí fue espectacular hacer la alfombra roja en una película en la que no tenía papel suficiente para hacer el paseíllo. Ni tampoco tenía trayectoria, seamos sinceros.
¿Qué le preguntaría el entonces periodista Antonio de la Torre al ahora actor?
Pues le diría: ¿Y ahora qué?
¿Y ahora qué?
Ja, ja. Pues intentando hacer lo más difícil, que es mantenerme. Ahora que invocas al Antonio periodista, recuerdo que una vez me mandaron a entrevistar a El Cabrero y, como no sabía que preguntarle, le hice una de esas cuestiones recurrentes: ¿En qué momento se encuentra de su carrera? Él se apiadó de mí, se tomó una pausa y me contestó en plan racial: «Yo siempre subo la montaña, porque todo lo que no sea subí es rodá pabajo». ¡Muy grande!
¿Qué pinta tiene tu montaña?
No te quiero dar el titular: «Me gustaría hacer una carrera internacional». Es cierto que ya he hecho tres proyectos en inglés. El último es un papel para una miniserie de la BBC The Night Manager, que son cinco capítulos basados en una novela de John Le Carre. Pero sobre todo es una oportunidad de trabajar con la directora Susanne Bier, la responsable de En un mundo mejor, que es una película impresionante. Lo que intento es hacer nuevas cosas y, básicamente, seguir subiendo la montaña.
De Antonio a «Sr. De la Torre»
El festival también estuvo en su despegue como actor ya que fue aquí donde se presentó y salió premiada AzulOscuroCasiNegro.
Guardo una anécdota entrañable de aquel filme. Llegué a Málaga y por fin estaba invitado y con habitación en el Málaga Palacio. En recepción dije mi nombre, pero no lo encontraban. «Cómo dice que se llama», me preguntaba una y otra vez el recepcionista. Le dije la película y tampoco daba con ella. El hombre se fue dentro a ver si encontraba mi reserva por algún sitio. Entonces entró Imanol Arias al hotel y empieza a señalar hacia la recepción, pero yo no lo conocía de nada. Miro a los lados y veo que estoy solo. Se viene hacia mí y de pronto me abraza y me suelta: «No debería decirte nada porque soy miembro del jurado, pero cabrón, qué bien estás en la película». Solo pude contestar: «Gracias, no sé que decir». «No digas nada que ya lo has dicho todo en la pantalla», me respondió. Entonces me volví y me encontré con el recepcionista que me miraba diferente y me decía: «Sr. De la Torre, aquí tiene su habitación».
Ja, ja. Debería rodar un corto con esta escena.
No hay nada como que un famoso te dé un abrazo para que te consideren importante. Tengo un gran recuerdo de esta película que tuvo una acogida fenomenal en Málaga y que después me permitió ganar el Goya.
Si aquel comienzo fue un luminoso azul oscuro casi negro, ¿de qué color es su vida en estos momentos?
Pues como las personas que tienen ya una mochila a sus espaldas, con luces y sombras. Con una luz muy potente de una niña que se llama Martina y que nació en Málaga. Y con una luz profesional muy fuerte, que es un faro que me guía. Mi carrera se resume en la constancia. Mi palabra favorita es voluntad, porque creo que mueve montañas. Es muy bueno conocerte y ver tus límites, pero también tus posibilidades y si le pones voluntad, puedes conseguir cosas grandes.
Bueno, hay algo que le queda por hacer en Málaga. Una obra de teatro en el Cervantes.
Es verdad y me gustaría mucho. Aunque me siento malagueño, soy un actor de origen madrileño. Estudié interpretación en la Escuela de Cristina Rota y la gente de mi generación son Willy Toledo, Alberto San Juan, Pilar Castro, Nathalie Pozas, Juan Diego Botto, Ernesto Alterio... El grupo de la gente que estudiaba conmigo.
Hablando de Cristina Rota, su maestra también produce Hablar, un proyecto en el que usted participa y que ha inaugurado esta 18 edición del certamen.
Me llamó Juan Diego Botto y me propuso la idea de reunir antiguos alumnos para rodar la película. Hablar tiene algo de experimento cinematográfico. Por un lado, un plano secuencia que se rodó sin cortes y, por otro, tiene algo de teatral por su formato y por estar vinculado a la escuela de Cristina.
«Robo de cartera»
Su personaje tiene acento andaluz.
Es sobre todo un homenaje a ese actor mítico que fue Pepe Da Rosa. «Este arte se pone a cantar no se puede aguantar / son las cosas de Pepe Da Rosa» . Era un gran artista que representaba además la comedia del extinto franquismo y la incipiente democracia. Yo escuchaba sus cintas cuando era niño y todavía me sé de memoria el gag de El Cheque. Y como mi escena va se ancos y estafas... pues ahí lo dejo.
En su personaje y, especialmente, en la película Hablar planea también un retrato crítico de la España reciente.
Lo del cheque de Pepe Da Rosa es casi naif con lo que está pasando. Ahora todo es mucho más sucio. Ves los titulares de la prensa y te das cuentas del robo de cartera generalizado y la pérdida de derechos de la gente. Veo poca movilización.
Hablamos hace unos meses y estábamos en precampaña. Ahora lo volvemos a hacer y estamos de nuevo en precampaña. ¿Ha cambiado el panorama?
La verdad es que el resultado de las elecciones andaluzas me han decepcionado. Pensaba que este país estaba más harto y que lo iba a gritar más alto. La conquista de la libertad, la información y la cultura es diaria. Volviendo a El Cabrero, hay que estar todo el día subiendo la montaña. El 2015 me parecía un año ilusionante para dar un cambio a las instituciones y a la política en favor de una sociedad más igualitaria y con menos robos y escándalos. En nuestras manos está. Ya veremos si queremos ser libres o cautivos.
Lo veo desencantado.
No entiendo la vigorosidad del bipartidismo y el miedo al cambio. Ahora ponen a Podemos como el demonio cuando nos acabamos de enterar de esto de Rato y no dimite ni Dios. ¡Y lo de presentar Ciudadanos como el Podemos bueno y sensato! Como también soy periodista, sé que es muy fácil manipular y muy difícil llegar a la verdad. No quiero condenar a los que hicieron la transición, pero ha llegado el momento de dar un salto hacia delante.
Siempre habla de política con claridad. ¿Le han ofrecido entrar en algún partido?
Lo máximo que he hecho son apoyos puntuales a Izquierda Unida y a Alberto Garzón que me parece un tipo honesto y me gusta mucho. Pero nada más y no tengo ningún interés más allá. No creo en líderes que nos iluminen, sino que los ciudadanos elijamos nuestro destino.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.