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Anabel niño
Domingo, 7 de agosto 2022, 00:14
En la década de los 80, José Soto Cortés –más conocido como el Tijeritas– cantaba que el amor era como un caballo. Veloz y sin riendas que pudiesen pararlo una vez que estabas enamorado. Sobre las arenas del Club Hípico El Ranchito, cada miércoles se puede contemplar una breve historia de amor al ritmo de sevillanas entre una bailaora, un jinete y su caballo. Y este espectáculo también podrá verse en la inminente Feria de Málaga. Apenas dura unos minutos, pero a los ojos de quienes les observan parece una relación ampliamente consolidada en el tiempo, gracias a la más que evidente química, compenetración y respeto que existe entre los tres.
Pero la realidad es muy diferente, ya que Estrella Lara, José Carlos González y 'Profeta' llevan tan solo unas semanas bailando juntos en esta relación a tres. Un aspecto que a simple vista no es percibido por el público gracias a los años de paciente trabajo y entrenamiento que se esconden detrás. «Aunque sea la primera vez con ese caballo y con el jinete, quien asiste al espectáculo tiene que ver en ti que llevas toda la vida bailando con ellos», destaca Estrella Lara, bailaora de El Ranchito desde hace casi tres años y dedicada al mundo del flamenco desde su niñez.
Y es que el caso de 'Profeta XII' –un pura raza español de seis años y color blanco– es más que especial. Como bien explica José Carlos González, campeón de España de doma clásica de alta escuela y entrenador de 'Profeta', se trata de «un caballo privilegiado que, si lo llevamos al símil de lo humano, tiene un coeficiente intelectual alto». A pesar de que al corcel se le atascan algunos de los ejercicios, tiende a asimilarlos de manera correcta porque es «muy inteligente».
El caballo nació en la finca que esta empresa familiar tiene en Álora, y con tan solo dos años y medio llegó a El Ranchito para comenzar su educación, que se ha visto más avanzada con respecto a otros caballos debido a sus altas capacidades y rápido aprendizaje: «Todo lo que hagamos en el entrenamiento de hoy, él mañana se acuerda perfectamente de todo, como si siguiera la clase del día anterior. Hace sus deberes por la noche».
El entrenamiento de 'Profeta' se basa esencialmente en la repetición, sin necesidad de generar ambientes tensos que puedan causarle algún tipo de estrés. Es por ello que el caballo trabaja de lunes a viernes durante una hora al día, donde lleva a cabo su calentamiento, realiza sus ejercicios de elasticidad y flexibilidad y ejecuta unos ejercicios concretos que, por norma general, suelen durar muy pocos minutos. «El caballo tiene que salir y entrenar, no puede aprender en una cuadra. Ha de ser como un deportista, que todos los días entrena para poder llegar a ese nivel. Y ahí es donde está 'Profeta', con seis añitos y empezando a debutar», detalla su cuidador.
Tras el entrenamiento llegan sus minutos de tranquilidad y descanso antes de volver a entrar en el establo. Aunque como bien explica González hay veces que el caballo tiene tan interiorizado el ejercicio que lo realiza a la primera: «Lo dejas porque ha hecho bien su trabajo. Lo sacas al campo y lo premias. Eso le viene muy bien porque se relaja, no puede ser todo trabajar, hay que darle algo más. El que tiene que estar muchas horas trabajando soy yo», destaca entre risas.
La confianza es fundamental en cualquier relación, también en la que tiene lugar sobre la pista de baile y más aún cuando tienes como pareja a un animal de media tonelada de peso. Estrella Lara aclara que uno de los aspectos esenciales para bailar con un caballo es «tenerle mucho respeto, y sobre todo confianza, para que tanto el caballo como el jinete y la bailaora se compenetren». Si no hay confianza, «no se llega a ningún lado».
Son varias las bailaoras que han precedido a Lara, algunas con un amplio talento para el baile por sevillanas. Sin embargo, ninguna mostraba ese valor y entereza que esta joven de 21 años exhibe ante el corcel. «Estrella hace una gran labor y confía mucho en mí, porque no solo tiene que tener ese valor, tiene que tener confianza en mí y en Profeta, sabiendo que el caballo la va a respetar», sentencia González.
Esa confianza entre los tres crea una simbiosis casi perfecta cada vez que suenan los primeros acordes de una copla, donde el caballo parece moverse alrededor de la bailaora sin la necesidad de acatar las órdenes del jinete, que son prácticamente imperceptibles para el público.
Este es precisamente uno de los objetivos de la doma, que ese binomio entre el caballista y el animal esté perfectamente acoplado en mente y cuerpo, de forma que los movimientos no se perciban: «El caballo me tiene que sentir a través de todos sus sentidos, excepto el de la vista, porque solo tiene que verla a ella. Debe escucharme por mis cambios de posición para que sepa qué ejercicio vamos a hacer. A 'Profeta' lo manejo a través del contacto con las riendas, con mi mano y la boca, que es lo que nos une a ambos».
La práctica de bailar sevillanas ante un caballo no es algo novedoso. Se trata de una disciplina ecuestre que se lleva practicando desde hace años y que no debe resumirse en un mero baile a caballo alrededor de una chica mientras suena la música y queda estéticamente bonito para aquel que la contempla: «El caballo tiene que hacer doma, con un buen 'passage', un buen 'piaffe' y un buen paso español. Y todos esos ejercicios debe de realizarlos en 20 metros cuadrados, que es donde está la dificultad y es el lugar al que yo quería llevar las sevillanas para diferenciarnos de otros compañeros».
De manera previa a cada espectáculo intentan que 'Profeta' se familiarice con Estrella y la vestimenta que ella portará durante la actuación –volantes, color del vestido y complementos que puedan poner nervioso al caballo–, así como cualquier elemento que vaya a emplear en la misma –abanicos o mantones–. «Mi primera vez con 'Profeta' fue directamente en el espectáculo, no hubo un ensayo previo. Pero tanto los jinetes como las personas que trabajan allí estaban pendientes para ver cómo reaccionaba el caballo conmigo», explica Lara.
A pesar del breve período que llevan trabajando juntos, su confianza en José Carlos y 'Profeta' es plena, aunque como bien insiste ella misma, el miedo sigue estando presente: «Al final estamos hablando de un animal, cuya comunicación la realiza a través de los movimientos. El miedo no se me nota porque conozco al caballo y conozco al jinete y sé que si se asusta porque hago algún movimiento brusco, José Carlos va a estar preparado para que no me pisotee».
Pese a los extraordinarios avances de 'Profeta' para un caballo de su edad, González sigue manteniendo la cautela y respetando las distancias con Estrella cada vez que tiene lugar una actuación, ya que el proceso de aprendizaje del animal es constante: «No es solamente que no se asuste de los movimientos de la chica, de los colores o de los volantes, sino que también aprenda que ella está ahí y que tiene que respetarla».
El trabajo con la bailaora también es permanente, y a día de hoy Lara y González se encuentran perfilando esa conectividad entre ambos. «Ella sabe hasta dónde puedo llegar o no», declara el jinete, quien también justifica que su veteranía como picador le lleva a ser demasiado valiente en algunas ocasiones, aunque siempre manteniendo mucha precaución: «Un caballo, sin querer, puede abrir un poco más el pie y la puede pisar o arrollar. Pero es como el toreo, si el toro no pasa cerca del torero el 'vellómetro' no funciona. Pues con esto pasa lo mismo».
Durante la celebración de la última Feria de Málaga en 2019, 'Profeta' iniciaba su educación en las instalaciones del club hípico. Ahora, tres años después, hará su debut en la caseta ecuestre ubicada en el Cortijo de Torres, participando en varios números a lo largo de los días de feria. Este año además será especial, no solo porque supondrá el regreso de esta festividad después de dos años, sino también porque El Ranchito celebrará su quinto aniversario como participante dentro de estas actividades gratuitas que se realizan en el Real y que atraen a un gran número de personas.
Para esta ocasión incorporarán varias novedades, entre ellas el número de la 'garrocha', con la que se busca ofrecer una representación de las labores que se realizan en el campo andaluz con el toro bravo. «Durante la actuación se colocará un tablao para que Estrella pueda taconear sobre él y no esté dentro de la arena», detalla González. Todo ello con una escenografía propia de feria, en la que incluirán una mesa típica sevillana de color verde y blanca rematada por flores y una silla de anea: «Yo entraré con el caballo mientras ella baila con la música y utiliza las castañuelas, el abanico y juega con el mantón».
El espectáculo estará marcado por la variedad, donde se irán alternando los números básicos como los caballos de aires altos, con las sevillanas, entre otros, en los que se hará especial hincapié en la figura de la amazona: «Vamos a introducir una paridad entre hombres y mujeres en esta feria, en números como 'La Vaquera' –donde saldrán dos chicos y dos chicas– o 'Binomio Ecuestre', donde solamente trabajarán dos chicas».
Hasta el día del estreno en la próxima feria, 'Profeta' continuará entrenándose a diario en las instalaciones de El Ranchito, desarrollando aún más sus ya altas capacidades. Todo ello con el finde buscar la perfección de esa maravillosa fusión que se crea entre el jinete, su caballo y la bailaora al son de una sevillana.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
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