Imagen de la felicidad de Ventura tras poner un par a dos manos sin el cabezal de su caballo 'Dólar'. Hugo Cortés

«Una pena no haber acertado porque tenía dos orejas cortadas»

El rejoneador Diego Ventura se queda con la miel en los labios ante la posibilidad de abrir la puerta grande del coso malagueño

Manuel García

Málaga

Viernes, 17 de agosto 2018, 00:14

La jornada de ayer comenzó con todas las bendiciones, aunque el festejo tuvo sus luces y sombras. Tras el sorteo de las reses a mediodía, un grupo de personas le daban la sorpresa al párroco de San Felipe Neri de la ciudad, Alejandro Pérez, brindándole la oportunidad de oficiar una misa en la capilla de la plaza, dada su gran afición taurina. Una posibilidad a la que el sacerdote accedió junto a una nutrida reunión de amigos. Algo muy íntimo que distorsionaba con el ambiente que se respiraba en el barrio.

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Y es que con la llegada de las figuras, además de los amantes de los caballos, se notó no solo en la taquilla. En los restaurantes y cafeterías no se cabía con respecto a los días anteriores y la cuadra de Diego Ventura en la zona suroeste del coso captaba todas las atenciones antes del inicio de la corrida. Mientras, el rejoneador cabalgaba con uno de sus equinos en el interior del patio de caballos, previamente a que Enrique Ponce recibiera de manos del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, acompañado de la concejala de Fiestas, Teresa Porras, el capote de paseo a la mejor faena del año pasado que concede el Consistorio. Una obra bordada con la imagen de la Patrona de la ciudad, la Virgen de la Victoria, que ha sido realizada por el bordador Salvador Oliver, siendo el sexto trofeo concedido al maestro de Chiva en esta plaza.

Tras esto, el espectáculo ecuestre de Ventura revolucionó los tendidos, sobre todo los de la zona de sol, con la plaza puesta en pie coreando ¡torero, torero! en una actuación que el rejoneador valoró positivamente, aunque se quedó con la miel en los labios ante la posibilidad de abrir la puerta grande con el segundo astado. «Estoy muy contento por las dos actuaciones. Han sido muy buenas, aunque una pena no haber acertado con este toro porque tenía dos orejas cortadas y el público se ha entregado y ha disfrutado muchísimo», expresó a SUR, una vez se serenó del enfado consigo mismo.

Asimismo, Ponce también conectó con el público, pese a que el primero de su lote «era sosito y había que anticiparse mucho a él. Era un toro más de toque que de bamba para fijarle y provocarle para que transmitiera algo», dijo a este periódico. Durante el segundo toro, en el tendido 3, una aficionada le recriminó que cuándo iba a torear por el pitón izquierdo, a lo que Ponce le contestó: «¿No lo has visto aún?». Seguidamente dio varios muletazos por ese lado y mirando a la espectadora de nuevo le dijo: «¿Lo has visto ahora? Por que hay que fijarse bien», replicó entre los aplausos de los aficionados. Para el torero el animal no reunía cualidades. «Era un toro muy malo, muy complicado. Con la cara arriba. Pero ha sido una faena importante. Si lo hubiera matado a la primera, le hubiera cortado una oreja», reconoció.

En cambio El Juli se mantuvo en la apatía que ha demostrado en los últimos años en Málaga, al margen de la idoneidad del lote que le tocó, que el respetable criticó con pitos.

Una plaza en la que anoche los técnicos de la Diputación, propietaria del coso, solucionaron los desperfectos causados por los toros en los chiqueros con cornadas hasta en los conductos del aire acondicionado y de las que el miércoles salió un toro astillado al ruedo. «Los toros embestían a su sombra en los chiqueros, entonces esta noche (por ayer) se va a pintar con pintura al agua, para que seque rápido y no huela, y que sea gris para evitar que las sombras sean tan marcadas para los toros», explicó Víctor González, diputado provincial de Cultura en el callejón. Un espacio en el que estaba Victoriano Valencia, suegro de Ponce; los toreros Fortes y Rafael Porras, el presidente de la Diputación, Elías Bendodo; y el entrenador del Málaga C. F., Juan López Muñiz. En los tendidos, el torero Javier Conde y la cantaora Estrella Morente.

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