¡Manos a la Feria de Málaga!

No hay bullicio, no hay caballos, no hay luces, no hay sevillanas ni música en directo... Les sustituye el sonido de taladros, sierras, martillos; el lugar que ocuparían los coches de caballos lo llenan vehículos aparcados y furgonetas de descarga y, donde habrían miles de personas agolpadas en las casetas, apenas hay 10 o 12 operarios en cada módulo terminando de rematar el montaje para que todo esté en orden el próximo sábado 17 de agosto, que será cuando el Real de la Feria de Málaga dé el pistoletazo de salida con 121 casetas listas para un año más. Mientras tanto... ¡Manos a la feria!

Resulta sorprendente pasear una semana antes de que todo empiece y ver cómo aún hay telas por el suelo, chapas, bloques de madera, vallas y barandillas desordenadas en cada caseta. También sorprende ver cómo cientos de operarios, empresas externas y socios de las propias casetas se están dejando la piel desde principios de julio para que todo quede en orden y sus clientes lo pasen lo mejor posible en su estancia en ellas. Con terral de por medio, ola de calor y temperaturas que hacían que las mañanas fuesen un infierno, por mucho que la jornada comenzase a las siete u ocho de la mañana.

Así llevan desde mediados de julio los operarios de la caseta 'El Patio de Antojo', que el año pasado se estrenó en el Real y para esta feria les sirve la experiencia con mejoras en algunos detalles. «¡Javi! Mira, esto es lo que necesitamos», explica sobre el plano Ana Lillo, diseñadora de esta caseta, a uno de los trabajadores. «Este año vamos más tranquilos, pero hemos incorporado nuevas instalaciones como el toldo, que es más opaco para que mantenga mucho mejor el fresquito del aire acondicionado. También tenemos montaje de una segunda barra, para agilizar y evitar la espera en nuestros clientes», detalla la diseñadora de interiores en una conversación con SUR.

Detrás de cada detalle de estos montajes, personas como Javier Jaime, que tiene más de diez años de experiencia del trabajo previo del Real de la Feria de Málaga. «Venimos todos los días y, sin duda, el calor es lo más duro de esto», resalta el operario. Hay trabajo tanto en el interior de casetas como el exterior de las calles del recinto ferial, del que se encargan cientos de operarios del Ayuntamiento de Málaga para poner a punto la jardinería, señalización y cualquier otro detalle técnico. «Hay que cuidar todo el recinto para que esté a punto y luzca como la gran Feria del Verano en España. En las semanas previas las labores de los Servicios Operativos y Fiestas se intensifican, además del esfuerzo de las empresas concesionarias para que todos puedan divertirse los días de feria», concreta la concejala de Fiestas, Teresa Porras.

Seis personas para la electricidad, cuatro en carpintería, los montadores e incluso «los de las telas y flores». Desde la caseta 'Clandestino' tiran de veteranía y cuentan con las mismas empresas externas desde hace años, a las que confían todo el montaje y material. Aunque los socios no dejan de supervisar cada mañana el trabajo e incluso ayudan en lo que se necesite. Ellos son también parte del equipo: «A mediodía esto es una locura, pero nosotros venimos todos los días para ver cómo va todo y seguir rematando algunos detalles más técnicos con los planos en el ordenador y todas las gestiones de última hora», asegura Óscar Bernal, uno de los socios de la caseta junto a David López, Javier Martín y Pedro Ángel. Ellos resaltan que no es fácil conseguir operarios de confianza para el montaje de las casetas: «Es complicado contratar a personas de confianza y directas porque hay empresas que llevan a la vez varias casetas, y eso al final hace que algún trabajo se ralentice».

En el equipo de la caseta 'Casaamigos-Botanic', José Barea y Ángel Estacio, dos de los socios, montan el decorado del espacio, que este año cambia de ubicación. «Excepto el aire acondicionado, para el que vienen trabajadores especializados, todo lo montamos los socios de la caseta. Venimos todos los días y tenemos algunos compañeros que vienen a ayudarnos, pero la gran parte de nuestro espacio es trabajo propio. Hemos sufrido las horas de máximo calor y nos compenetramos como podemos, porque cada uno tiene también su trabajo», cuenta José Barea.

Pronto llegará el sonido de las casetas de fiesta, sevillanas y palmas y cante. Mientras tanto, aún quedan unos días de montaje y últimos retoques en las más de cien casetas que llenan el Real de la Feria de Málaga para hacer disfrutar a miles de personas.

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