La Feria de Málaga sirve más de un millón de copas

«Litros de alcohol corren por mis venas, mujer. No tengo problemas de amor. Lo que me pasa es que estoy loco por privar». Lo cantaba Ramoncín, el 'rey del pollo frito', a principios de los años ochenta, en plena Movida Madrileña. Se ha convertido en un clásico, ahora se escucha por todas partes y puede ser también parte de la banda sonora del final de la feria, que llegará esta misma noche con el apagado de la portada del real, o, a volumen más bajo, de la resaca que para muchos significará el domingo.

Porque a lo largo de los últimos ocho días quienes se han paseado por el Cortijo de Torres, que es el lugar del tardeo, de las noches interminables de cachondeo que se extienden a las madrugadas, tanto los locales como los forasteros que han acompañado a los malagueños en la gran fiesta de la capital costasoleña, se habrán bebido más de un millón de cubatas, de pelotazos, de combinados, de copazos, como cada cual los llame según la generación a la que pertenezca –cómo delata el lenguaje– o su geografía de procedencia.

Y lo del millón de copas es un cálculo bastante conservador que ha efectuado este periódico a partir de la información proporcionada por distribuidores del sector licorero, que estiman en al menos 100.000 el número de botellas de destilados con que han surtido a las casetas de la feria y que a su vez éstas han servido a su nutridísima clientela en esta semana ecuador del mes de agosto.

De esta manera, si se estima que por cada botella pueden salir diez copas, con las al menos 100.000 que se han distribuido en el real de la feria tenemos como mínimo un millón de cubatas vendidos. Aunque también hay que tener en cuenta que si bien con cada una de ron o de vodka sí se suelen servir hasta diez copas, con cada una de las de whisky, por el modo en que se consume este licor, se pueden llenar hasta quince combinados con sus correspondientes refrescos. Por lo que esa cifra del millón se puede quedar corta. Además, se trata de unos números que se ciñen al real y hay que sumar lo suministrado a la feria del centro.

Todos estos datos convierten a la de Málaga en la feria en la que más pelotazos se beben, ya que, por ejemplo en la feria de Sevilla se estila más beber vino que otros licores de alta graduación.

Las marcas que se estima más vendidas en la feria de Málaga son Barceló, Absolut, Ballantines, Larios, Beefeater o Johnnie Walker.

Esta millonaria venta de alcohol se traduce también en una importantísima recaudación para las casetas. A una media de diez euros por copa, sólo con la venta de combinados, los establecimientos de los feriantes han podido facturar como mínimo diez millones de euros.

De hecho, los litros de alcohol de los que hablaba Ramoncín en su canción son en esta información únicamente correspondientes licores de alta graduación, quedan al margen, por lo tanto, los de cerveza, los de vino y también los de cartojal.

Y estos últimos no son pocos. De acuerdo con fuentes de San Miguel, únicamente en su caseta de la Plaza de la Constitución han vendido a razón de 2.500 o 3.000 litros de cerveza diarios, lo que multiplicado por los ocho días de feria hacen un total de hasta 24.000 litros de este zumo de cebada.

A la vista de estas importantísimas cifras, este periódico se ha puesto en contacto con las principales marcas de cerveza para conocer cuántos litros de esta bebida se han podido haber consumido en total durante la feria, tanto en el centro como en el real. Pero no disponen de esta información: sólo recogen datos mensuales referidos al conjunto de la capital malagueña o del total de la provincia.

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