La marcha en la calle Larios, siempre un éxito Migue Fernández

El calor marca una jornada con ambiente de mediodía en el Centro

A pesar de ser el penúltimo día de feria, el Centro no volvió a registrar la afluencia del sábado, manteniendo la estela de caída en asistentes

Viernes, 18 de agosto 2023, 19:27

¿Saben esa escena de cuando alguien entra a un bar que no está lleno y entonces se marchan a otro? Pues algo así, salvando ... las distancias, es lo que está ocurriendo este año con la feria en el Centro de Málaga. La primera jornada –la del sábado– sí registró un ambiente más o menos animado (aunque menos que otros años), pero de ahí en adelante la estela de caída en el número de asistentes es una realidad que se ha consolidado a lo largo de la semana.

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Es la comidilla de todo el mundo. Es cierto que esto ya es algo que ha venido ocurriendo últimamente, pero la brecha es cada vez mayor entre los dos escenarios principales de la semana grande de Málaga. Hace años las 'quejas' eran que en el Centro había muchas bullas. Ahora, los lamentos son los contrarios. Nunca llueve a gusto de todos, pero nadie niega una tendencia que está presentando al Centro como un lugar para quienes prefieren más tranquilidad, o para unos turistas que flipan al observar cómo se transforma la almendra central durante la semana. Nada gana a la calle Larios como potencia visual, pero los mogollones, el botellón, las alternativas musicales y el mejor ocio está a unos kilómetros de allí, en el Real del Cortijo de Torres.

Si ya de por sí el punto de partida del sábado era bueno pero inferior a otros años, que el comentario de que el real se ha comido la tostada esté en la calle no beneficia al centro. A eso nos referíamos con lo del bar que no está lleno. Es difícil no conocer –o encontrarse a gente por la calle– que no tuviera entre sus planes ir más días al centro, pero que finalmente han cambiado sus planes porque les han dicho que en el otro sitio se está mejor.

Aun así, esto no tiene por qué ser negativo. Ir al Centro supone vivir la feria tradicional de Málaga con espacios y sin agobios, como nunca se había vivido. Y es mejor aún si la idea es ir a comer con amigos, familia o compañeros de trabajo.

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Y es que más allá del análisis sobre el equilibrio entre ambos espacios, la realidad es que este fue un viernes de almuerzos, de mucho ambiente de mediodía que –como no podía ser de otra manera– derivó en un divertido 'tardeo'. Para esos malagueños a los que les ha tocado trabajar estos días, el Centro fue un lugar en el que salir del trabajo y comenzar el fin de semana de clausura de esta Feria de Málaga. Por eso, era complicado no cruzarse con grupos de personas ataviadas de feria, pero también otros que claramente acababan de salir del trabajo.

Eso sí, lo que marcó la última jornada de Feria de Málaga fue el calor, el auténtico tema de conversación cuando el termómetro superaba con facilidad los 36 grados de temperatura. Para este sábado la situación se plantea incluso más calurosa, y de nuevo esta circunstancia dará que hablar entre los feriantes.

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Una cuestión que sí se ha mantenido más o menos con un público similar es todo lo que sucede entre las 12 y las 18 horas, especialmente en la primera franja. Las pandas de verdiales y las charangas –algunas sobre los escenarios y otras directamente por la calle– le dan ese punto de tradición a la feria y su razón de ser sigue presente como cada año. Especialmente en el caso de los segundos, que adaptan las canciones de toda la vida, pero también las más populares de los últimos meses; siempre con su sonido particular.

Y luego están los escenarios, claro, esa incorporación que cumplirá ya una década y que ha sido una de las innovaciones más acertadas. Aquí la cosa va por barrios (o por plazas), empezando por una plaza de la Constitución que junto a la calle Larios son los epicentros de la fiesta. Este viernes era el turno de las Hermanas Alarcón, que estuvieron animando a los feriantes hasta las 16 horas, cuando cogieron el testigo el grupo Calle Botica.

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A unas decenas de metros de allí, en la plaza del Obispo, Mr Proper (que actúan todos los días de la feria) consiguió una jornada más darle un punto más rockero a las fiestas, entendiendo así que ésta debe ser para todos los públicos. Como cada tarde a las 18 horas, el 'bajón' del público al apagar la música es tremendo. Habría que plantearse para otros años –si es que hay interés en que la feria del centro sobreviva– en dejar algunos espacios con música hasta algo más entrada la tarde.

Donde también había algo más de gente es en los bares de la plaza de la Merced, que una vez que acaba la hora de comer empiezan a recibir algo de público, al igual que los locales situados en la calle de San Juan de Letrán; así como en aquellos situados en las zonas cercanas a la plaza Uncibay. Se puede decir que igual que siempre, aunque nunca con los mogollones de otra época. Esto ha cambiado, es cuestión de asumirlo.

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