Secciones
Servicios
Destacamos
La coalición de Unidas Podemos siente que están remontando en esta última semana los malos resultados que les auguraban las encuestas. Por eso, tanto Irene Montero como Alberto Garzón han insistido esta tarde en Málaga (en el mitin central de la provincia) en dirigirse a ... no solo a sus más de 1.500 convencidos que han abarrotado el Palacio de Congresos, sino al votante del PSOE que se encuentra indeciso. «Votar al PSOE no es votar a la izquierda, porque cuando pueden pactan con Ciudadanos», señalaba Montero. «El PSOE dice que es de izquierdas en campaña, pero después se anaranjan», argumentaba Garzón. La pregunta (y repreguntas) que Pablo Iglesias lanzó a Pedro Sánchez en el primero de los debates de esta semana ha terminado por ser el argumento base de estos últimos días; y el silencio (primero) y la poca claridad (después) del presidente del Gobierno es la mejor artillería que tiene la coalición para 'robarles' votantes a los socialistas en el último minuto.
Con este argumentario como punto en común, Irene Montero trató de poner el punto más emotivo al acto. Apelando a la maternidad, reconoció que se había sentido de forma distinta en esta campaña, porque era la primera en la que salía a pedir el voto siendo madre. «Luchar por un país mejor es mucho más importante cuando se hace para que nuestros hijos tengan dignidad y futuro», señaló, aunque con un matiz. »No hace falta ser padre o madre, pero en mi caso he sentido mayor urgencia. Las cosas tenemos obligación de hacerlas ahora«.
Montero, que era aclamada casi al final de cada frase, sostenía que estas elecciones eran cruciales, Para la portavoz de UP, las derechas se preparan para un cambio de modelo. «Quieren imponernos un feudalismo moderno; una semiesclavitud», criticaba, mientras se refería a las 'kellys' para recordar que ellas ya llevan muchos años sufriéndola. Así, baño su discurso en una defensa de todo lo público, tan encarnizada como carente de estridencias. Un tono alejado de lo que se ha escuchado en esta campaña, y que el publico, en corrillos, agradecía mientras aplaudía. La diputada, que admite que la política institucional cambia las cosas de forma muy lenta. «Por eso seguimos en las calles, porque solo así podremos tener un presidente (Pablo Iglesias) que defienda unos precios más bajos de la luz; una reforma que afecte a los precios del alquiler; unos empleos y unas pensiones dignas. Hablad con cada indeciso; con cada votante socialista. Que esta vez nos presten el voto», repetía una y otra vez apuntando a la diana de la abstención del PSOE.
Irene Montero no vino sola a Málaga. Junto a ella estaba Eva García Sempere, la candidata 2 por Málaga; el coordinador regional de IU, Antonio Maíllo; la diputada Noelia Vera; y Alberto Garzón, el preferido del público malagueño. Con un perfil algo más de docente que de mitinero; el coordinador federal de IU comenzó su discurso recordando que hay una batalla no resulta en España sobre el modelo de país. «Estas no son unas elecciones más. Nos estamos jugando la sanidad, la educación y las pensiones. Hay que tenerlo presente», apeló en su discurso.
Envuelto en el economista que nunca ha dejado de ser, Alberto Garzñon explicaba que esta crisis no había sido como otra cualquiera. «Han aprovechado estos 10 años para saquearnos. Mientras mas decían que no había dinero se rescataban los bancos, las empresas de Florentino Pñerez y al Ibex 35», insistía. Y luego, recordaba que en Andalucía, en su criterio, se habían bajado los impuestos a los que más tienen. «Pero no fueron los primeros, porque antes lo hizo Susana Díaz y el PSOE», recordaba, como un mantra que no cesaba hasta que abandonaron, entre ovaciones, el último gran acto de campaña en Málaga.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.