Sánchez pide «unidad» para salir a ganar el 23-J con el PSOE tensionado por las listas

En una larga intervención en las que se ha afanado en contraponer su modelo socioeconómico al del PP -«Nosotros tenemos a Nadia (Calviño) y ellos a nadie»-, ha ironizado, ha pedido un PSOE «unido, valiente y potente» para salir a ganar el 23-J. Una alocución destinada a apretar unas filas desanimadas. Sánchez ha valorado que el acuerdo labrado en torno a Sumar vaya evitar la fragmentación de las izquierdas que dispersó negativamente el voto el 28 de mayo, pero ha apelado a concentrar los apoyos en los socialistas para contrarrestar a la derecha.

El objetivo del jefe del Ejecutivo era hoy complicado: tratar de convencer a su partido de que es posible remontar el 23 de julio un escenario que le ha llevado a perder buena parte de su poder territorial y cortar el paso al PP y Vox. Un día después de que Sumar y Podemos sellaran la coalición para concurrir unidos a las urnas, Sánchez ha insistido en que la unidad en el espacio de la izquierda es una «buena noticia» pero también ha advertido de que la «responsabilidad intransferible» del resultado electoral corresponde al PSOE.

Sus palabras llegaban en medio de un clima tenso por los cambios introducidos este viernes desde Ferraz en las listas que le habían sido remitidas desde los territorios. Finalmente, los barones afectados han preferido, en la mayor parte de los casos, no trasladar la bronca a este encuentro, aunque el malestar siga latente. El presidente en funciones de Aragón, Javier Lambán, optó por no asistir siquiera a la reunión «como señal de disconformidad» . Y tampoco lo hizo Emiliano García-Page, aunque en su caso, su equipo asegura que se dan por satisfechos con el acuerdo que permitirá que su secretario de Organización, Sergio Gutiérrez, siga encabezando la plancha por Toledo.

El valenciano Ximo Puig, que se considera deslegitimado por la decisión de la dirección federal de modificar sus candidaturas y respaldar las planteamientos de quien ya ha empezado a moverse para sucederles al frente de la organización, el secretario provincial de Valencia y alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, ha optado por su parte por lanzar un mensaje que fuentes del comité califican «ejemplar» y ha esgrimido que nadie le «distraerá» ahora de lo verdaderamente importante. «Hay que defender al presidente del acoso al odio y al proyecto» ha dicho.

También el castellanoleonés Luis Tudanca reconoció a la entrada sentirse «indignado, defraudado y dolido», por la decisión de Ferraz de colocar al secretario de Estrategia y Acción Electoral de la ejecutiva federal, Javier Izquierdo, en la lista del Senado por Valladolid, por delante de Sara Galván, y en la del Congreso por Ávila a Manuel Arribas, diputado que estuvo en la cena en el restaurante Ramsés del Juan Bernardo Fuentes, 'Tito Berni', y que había sido sido deliberadamente apartado por la provincial. «Mi obligación es defender las propuestas que se aprobaron por unanimidad», ha subrayado. Sin embargo, también ha dejado claro que «lo importante hasta el 23 de julio» es emplearse para que el Gobierno progresista continúe.

En su intervención inicial, Sánchez ha insistido en que la victoria es posible, aunque muchos en su partido son escépticos respecto a las posibilidades reales de mantenerse en el Gobierno y otros aseguran que choques internos como los de las listas solo sirven para desincentivar a unos cuadros que ahora tienen que tirar del carro. El jefe del Ejecutivo, que ya trató de hacer de su gestión económica el principal argumento de la campaña de las autonómicas y municipales, ha argumentado que ellos lo tienen «todo» para ganar y la derecha nada.

«Lo tenemos todo para 23J: una mayoría apuesta por nosotros -ha dicho apelando a la valoración que, en las encuestas, se hace de medidas como la solución ibérica o el impuesto a las energéticas-, un plan, reformas estructurales, unos fondos europeos que batallamos a brazo partido, el prestigio ganado en las instituciones europeas y el mejor equipo posible». «Tenemos todo lo que ellos no tienen·, ha insistido.

El jefe del Ejecutivo no ha hecho alusión alguna a las cuestiones que, en su propio partido, creen que les han pasado factura: la coalición con Unidas Podemos, los lazos con Bildu y ERC y el poso de cuestiones concretas como la ley del 'solo sí es sí' o la derogación de la sedición y la reforma del delito de malversación. Pero sí ha reconocido que el «ruido», y en esta legislatura ha habido mucho en el propio Gobierno, desgasta. Y en ese sentido ha valorado positivamente el acuerdo en Sumar.